Corrían los últimos años de la década de los 50 y en Madrid se buscaba un lugar óptimo para elaborar leche embotellada. No podía haber otras industrias alrededor ni agentes contaminantes. Esa ubicación se encontró en el distrito de Fuencarral-El Pardo, en lo que hoy es el número 67 de la Avenida del Cardenal Herrera Oria. Fue ahí donde se levantó la mítica fábrica de Clesa. La misma que terminó abandonada en 2011 y que ahora, después de la lucha vecinal, será declarada como Bien de Interés Cultural.
Así lo anunció el jueves el consejero de Cultura, Turismo y Deportes, Mariano De Paco, en la sesión de control a Gobierno en Pleno de la Asamblea de Madrid. Después de que De Paco detallase que se iba a conceder la categoría de monumento a este edificio, la plataforma Liebre por Gato, integrada por numerosas asociaciones vecinales y patrimonialistas, no tardó en celebrar la noticia.
En octubre de 2022, el Gobierno regional visitó las instalaciones y elaboró un primer informe técnico que concluía que la vieja fábrica no cumplía las condiciones para ser declarado BIC: había perdido volúmenes, carpintería, las escaleras y tampoco contaba con maquinaria original ni los espacios de almacenaje y tratamiento de la leche de estos dos edificios construidos en los años 60 por Alejandro de la Sota.
Las asociaciones no se rindieron. Volvieron a pedir su protección y solicitaron un segundo informe, el mismo que ahora ha permitido que la fábrica pueda comenzar su declaración como BIC. La Comunidad encargó informes a la Dirección General de Patrimonio para valorar la significación histórica del edificio el pasado mayo. Hace unos días, el Ejecutivo madrileño recibió la luz verde para poder arrancar los trámites.
Espinar ha puesto el foco en su intervención de las más de 30 asociaciones que han reclamado esta protección de esta "obra maestra de la arquitectura industrial". Un "edificio emblemático", que consideran los socialistas que necesita ser, además, una dotación cultural para Fuencarral-El Pardo, informa Europa Press.
Ruego vecinal a Almeida
La plataforma Liebre por Gato ha reclamado al Ayuntamiento de la capital, propietario del inmueble, que el edificio se ponga "al servicio de todos los ciudadanos, que son finalmente sus legítimos propietarios".
En un comunicado, la plataforma se ha congratulado de que Dirección General de Patrimonio haya rectificado su primer dictamen y se ha referido como "éxito de la sociedad civil" la declaración como BIC del inmueble.
En este sentido, espera que sea "el primer paso para que el Ayuntamiento de Madrid ponga el edificio al servicio de todos los ciudadanos, que son finalmente sus legítimos propietarios".
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La fábrica iba a ser rehabilitada por una firma holandesa para convertirla en un centro de investigación e innovación. El proyecto tenía el visto de Cibeles después de que se celebrase un concurso internacional de ideas. El Gobierno autonómico no ha aclarado si la declaración BIC afectará a estos planes.
El proyecto de I+D+I contempla también un centro cultural con un espacio de coworking, dos auditorios y una cafetería. La declaración BIC obliga a que los usos que se le dé al edificio sean compatibles con la puesta en valor del bien. Sin embargo, no existe una normativa que impida su uso terciario.