El martes 10 de octubre, Alfredo, vecino del primero C del número 366 de la calle Alcalá, en el madrileño barrio de Ciudad Lineal, pasó de ser un vecino conflictivo y con mala fama a ser un asesino. Pues este hombre acabó presuntamente con la vida de Esteban, el portero del inmueble, en el interior de su vivienda.
Esteban desapareció hacia las 18:00 horas del martes. Tendría que haber vuelto a su casa tras su jornada laboral, pero nunca lo hizo. Su mujer y su hijo comenzaron a buscarle: preguntaron a los vecinos, llamaron a la Policía, también a los hospitales, sin éxito.
La mañana del miércoles, Esteban, que también se llama el hijo de la víctima, solicitó las grabaciones de las cámaras de la finca. Al verlas, comenzó a temerse lo peor, por lo que contactó con la Policía. "Yo sabía que mi padre estaba en esa casa, he visto las grabaciones y he hecho yo el trabajo de investigación de la Policía". En las imágenes se veía como su padre subía la escalera de un rellano para acceder a una vivienda. Unas escaleras que nunca bajó.
Sobre las 03:00 horas, al abrir la puerta del primero C, aparecía la fatal escena, tal y como sospechaba su hijo aparecía el cadáver de Esteban con una lesión por arma blanca. Pero Alfredo, el propietario de la casa, no se encontraba en su interior.
"Una persona conflictiva"
"Alfredo se trataba de una persona conflictiva, tenía serios problemas con el alcohol, las drogas y también con el juego. Por eso siempre estaba pidiendo dinero, no solo a los vecinos, también por el barrio", explica un vecino del inmueble a Madrid Total. Por eso, la principal hipótesis de este crimen apunta a que, una vez más, Alfredo pidió dinero a Esteban y, al negarse, comenzó una pelea entre ambos, que terminó con el asesinato del portero.
Alfredo, Apodado El Gorila, "es famoso en el barrio, además es una persona muy grande, lo que llama la atención. Lo único que hace es sentarse en las terrazas de los bares y siempre va sin asear y con una larga barba blanca sin cuidar", relata un vecino del inmueble. "Esteban me había dicho que tuviera cuidado con él, y que si me pedía dinero le dijera que no y que me fuera, que era mejor no relacionarse con él", apunta este mismo un vecino.
"La casa de Alfredo estaba hecha un desastre, él tenía síndrome de Diógenes, por eso estaba llena de bolsas de basura y botellas, a la Policía le costó entrar en la casa de todo lo que había. Además, tenía serios problemas con el alcohol, las drogas y el juego, por lo que debía dinero", narra otro vecino. "Solo espero que le encuentren y se haga justicia, es terrible lo que ha sucedido", concluye.
El trabajador de un comercio cercano cuenta que "era una persona extraña, de esas que ves que tiene problemas, pero tampoco pensé que pudiera matar a nadie". Este hombre también narra que "su balcón siempre estaba lleno de palomas, a saber lo que habría dentro de su casa".
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