Las autopsias preliminares de los hermanos asesinados en diciembre en Morata de Tajuña (Madrid) han revelado que los cadáveres presentaban heridas incisas. Por tanto, Dilawar Hussain F.C., el asesino confeso, uso presuntamente un arma con varias puntas para cometer el triple crimen.
Así lo reflejan los resultados preliminares de las autopsias a las que han sido sometidos los tres cadáveres, han informado este miércoles fuentes próximas a la investigación a EFE.
Los forenses del Instituto de Medicina Legal iniciaron las autopsias un día después de que los cadáveres fuesen hallados el 18 de enero, pero el avanzado estado de descomposición en el que se encontraban está dificultando los análisis.
Una vez que se obtengan los resultados definitivos serán remitidos al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Arganda del Rey, a cargo de las pesquisas, que están bajo secreto de sumario.
Dilawar, de origen pakistaní, con nacionalidad española y de 42 años, admitió que mató a los tres hermanos el 17 de diciembre dándoles golpes con una barra, tras lo que ingresó en prisión provisional comunicada y sin fianza.
Pese a su confesión, el juez considera que su declaración dejó algunas "lagunas", como dónde se desprendió del arma homicida o qué empleó para prender fuego a los cuerpos de las víctimas, que presentaban algunas quemaduras.
El magistrado no considera viable que, como asegura, usase un mechero, aunque sí tiene claro que lo hizo "con ánimo de dificultar la investigación", según consta en un auto, al que tuvo acceso EFE.
Basándose en las indagaciones de los agentes de Homicidios del instituto armado el juez instructor también baraja la posibilidad que el asesino confeso contase con la colaboración de otra persona en el momento del crimen.
Dilawar Hussein se entregó la madrugada del lunes 22 de enero en las dependencias de la Guardia Civil en Arganda del Rey y desde el primer momento reconoció su implicación en el triple crimen de Pepe, Amelia y Ángeles.
La principal hipótesis es que se trate de un ajuste de cuentas por las deudas económicas contraídas por las hermanas, quienes se habían arruinado tras ser víctimas de una estafa amorosa.
A principios del año pasado le alquilaron una habitación a Dilawar Hussein, al que supuestamente acabaron debiendo miles de euros.
En febrero del año pasado el hombre fue condenado a dos años de prisión por asestar tres martillazos en la cabeza a Amelia, pero quedó en libertad -con una orden de alejamiento- al carecer de antecedentes y comprometerse a indemnizar a la mujer.