El Ayuntamiento de Madrid repartirá los ladrillos del antiguo monumento del 11-M que reinaba frente a la estación de Atocha. Las obras para ampliar la Línea 11 de Metro han obligado a desmontar la cúpula de vidrio que homenajeaba a las víctimas del atentado terrorista. La delegada del Área de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, ha anunciado que las piezas que lo componían "se distribuirán entre las asociaciones de víctimas y los ciudadanos que lo deseen".
"Estamos convencidos de que esta es una buena forma de continuar recordando y honrando a las víctimas, y de preservar la memoria de lo ocurrido aquel 11 de marzo", ha dicho la concejala durante el pleno ordinario que se celebra este martes en el Palacio de Cibeles.
La cúpula cilíndrica se encontraba frente a Atocha desde 2007, medía 11 metros de altura y estaba compuesta por 15.000 piezas. A finales de julio de 2023, se anunció su desmontaje como parte de las obras de ampliación de Metro. El homenaje se fue desmantelando con "sumo cuidado", tal y como explicó la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras.
[Adiós a los últimos ladrillos del monumento del 11-M: 3.000 piezas se han perdido en el desmontaje]
El Ayuntamiento era el propietario del cilindro y, por tanto, el responsable de darle un futuro a los ladrillos, pero hasta este martes no había dado a conocer el destino de los ladrillos. Durante el desmontaje, por cierto, se recuperaron 12.000 de las 15.000 piezas, perdiéndose 3.000 por el camino.
Un nuevo monumento
Tal y como ha explicado Rivera de la Cruz en el pleno, la Dirección General del Espacio Público, Obras e Infraestructuras tiene previsto ultimar la propuesta de urbanización del espacio en el que ahora se están llevando a cabo las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro a lo largo de este verano a nivel de proyecto básico y de proceder posteriormente a la redacción del proyecto de ejecución".
"Desde el Área, y más específicamente, desde la Dirección General de Patrimonio Cultural, estamos en comunicación directa y constante con ellos, al objeto de, cuando el proyecto esté aprobado y se conozca con detalle la solución adoptada para la zona específica en la que se ubicará el monumento, iniciar los trabajos para el diseño y la ejecución del nuevo monumento", ha indicado.
Los viejos ladrillos, para las asociaciones
A juicio de la responsable del Área de Cultura, desmontar el monumento de 2007 no significa que los madrileños se queden "sin memoria del atentado". "No vamos a poder olvidar nunca aquella mañana del 11 de marzo, donde Madrid dio una muestra ejemplar de solidaridad, de compromiso y de responsabilidad", ha agregado.
En este sentido, Rivera de la Cruz ha defendido que Cibeles lleva "tiempo" estudiando "diversas opciones" con las asociaciones. "Este monumento tiene un profundo significado, por supuesto, para las víctimas, pero también para todos los madrileños. Por ello, como anunciaremos próximamente, los ladrillos de vidrio que lo componen se distribuirán entre las asociaciones de víctimas y los ciudadanos que lo deseen", ha agregado.
Los atentados del 11 de marzo de 2004 causaron la muerte de 192 personas, 193 incluyendo un miembro de los GEO que murió durante la detención de los terroristas, y dejó más de 1.840 heridos. El valor de los daños materiales superó los 17,6 millones de euros y su coste indirecto ascendió, al menos, hasta los 211,6 millones.