Los vecinos de Tribulete 7, en el barrio madrileño de Lavapiés, sacan los muebles a la calle este domingo para convertirla en su salón y exigir que no les echen de sus casas.
"Si nos quieren echar a la calle, tomaremos la calle", convoca la iniciativa vecinal a través de sus redes sociales, donde aseguran que seguirán "dando guerra para evitar que el fondo buitre Elix Rental Housing compre el edificio" con sus hogares dentro.
Esta nueva acción vecinal, tras la protesta musical y la concentración que ya llevaron a cabo ante la sede de la empresa, se inicia a las 14 horas de este domingo 17 de marzo en la calle Tribulete, a la altura del número 7.
"Nos enteramos en enero de que la entidad quería comprar nuestro bloque. De repente viene una empresa y de la noche a la mañana estás en la calle y te sientes indefenso. Queremos salvar nuestro hogar", explicaba semanas atrás uno de los portavoces vecinales en Lavapiés, Antolín Sánchez.
La empresa Elix es la que ha mostrado interés por estas viviendas. Fuentes de la compañía han indicado que "quieren contribuir a la mejora de la situación de escasez de vivienda en la ciudad de Madrid mediante la adquisición de edificios muy deteriorados, con inversiones necesarias para actualizar las zonas comunes".
Sin embargo, la asociación de vecinos de Tribulete 7 ha puesto el foco en que "hay gente que lleva aquí más de diez, veinte, treinta años. Viven familias con hijos pequeños con discapacidad y personas mayores", han descrito.
El inmueble se encuentra en pleno corazón de Lavapiés, a dos minutos a pie de la parada de Metro. Se construyó hace más de cien años y alberga 50 viviendas y dos locales comerciales repartidos en seis pisos. En su interior viven entre 52 y 54 familias en régimen de alquiler. Los inquilinos se enteraron hace unos días de las intenciones de esta compañía y ahora temen quedarse en la calle "de la noche a la mañana".
El 'fondo buitre' interesado
Elix Rental Housing es la sociomi interesada en este inmueble en el centro de la capital. La empresa está vinculada a Claudio Aguirre Pemán, primo de Esperanza Aguirre.
Además, en medio de toda esta polémica, la sociedad está contando con la ayuda de una mediadora. Se llama María José Jiménez Cortiñas y su perfil profesional es, cuando menos, llamativo: ex candidata del PP en Ourense a finales de los 90 -"no cuenta ni como experiencia", aseguró ella misma- y cabeza de lista de Podemos en 2015 por Salamanca. Su faceta más conocida, sin embargo, es la de activista por los derechos de las mujeres gitanas en España.