Javier, que prefiere no identificarse por su nombre real, se mudó en enero a su nuevo piso de El Cañaveral. Desde entonces, como todos los vecinos de su bloque, debe lidiar con numerosos cortes de luz. Pese a que acaban de estrenar sus viviendas, aún no cuentan con corriente eléctrica al uso. Se apañan con un cuadro de luz de obras que no soporta los sistemas de calefacción y refrigeración. "No hay agua caliente para ducharse, unos se van a casa de familiares, otros se han matriculado en gimnasios...", asegura Javier. En su caso, utiliza el agua que calienta en una olla. 

El complejo residencial se encuentra en una parcela de El Cañaveral, uno de los desarrollos urbanísticos que se construyen en Vicálvaro, al sureste de la capital. Los pisos afectados forman parte de la promoción Miraveral. Son 120 viviendas. Muchas de ellas se han vendido por más de 300.000 euros. El asunto de la luz ha creado un conflicto entre la cooperativa (vecinos) y la gestora, a la que culpan de no gestionar a tiempo los permisos. 

Esta compañía, Aliaria, asegura que no es la responsable de la situación que vienen sufriendo los vecinos ni del proceso de la tramitación de la acometida de luz. "Entendemos que en cualquier relación comercial pueden surgir diferencias y desacuerdos, pero rechazamos rotundamente cualquier insinuación o imputación infundada de responsabilidad por la situación que están viviendo los socios; situación que lamentamos profundamente, pero que en ningún caso puede imputarse a esta compañía", señala la firma en un comunicado. Es probable que el conflicto termine en los tribunales. 

Convivir con hipoteca y alquiler

Los vecinos del bloque de Vicálvaro comenzaron a llegar en otoño a sus nuevos hogares. A partir del 1 de octubre ya podían escriturar y acceder a las viviendas. Fue entonces cuando se les presentó un dilema. Por un lado, sabían que la instalación eléctrica no se había completado y podían encontrarse con el problema de la luz. Por otro, si no escrituraban a partir de esa misma fecha, empezaban a "correr los intereses" diarios de la hipoteca. 

Javier no tiene claro cuántas personas viven actualmente en las viviendas. Cree que pueden ser unas 20 familias y que en primavera llegarán más. Eso sí, según la información que le ha llegado, las sobrecargas comenzaron "casi desde el principio". 

Como parche a la falta de corriente eléctrica, han convivido estos últimos meses con luz de obra, con la que "no te arranca la aerotermia". Este propietario, que pagó más de 328.000 por una casa con dos plazas de garaje, cuenta que uno de sus vecinos ha utilizado una regadera para ducharse, otro usa una taza y, en su caso, una olla

Imagen de los bloques de la promoción Miraveral afectados por la falta de suministro de corriente eléctrica. Cedida

En los días de frío de diciembre y enero -asegura Javier- en el vecindario se han calentado con estufas de camping gas. "Nosotros llevamos viviendo aquí desde el 15 de enero. La primera semana fue dura, hicimos acopio de cosas de gas porque la luz se iba cada dos por tres", relata. Fruto de estas sobrecargas se llegó a "calcinar los cables" del cuadro eléctrico. 

A. es otro propietario, pero en su caso no se ha mudado todavía a la promoción. Se ha hipotecado para pagar cerca de 310.000 euros por una casa que, eso sí, es "muy bonita", pero en la que se va a instalar sin contar "con agua caliente y sin calefacción". 

Conflicto con la gestora

La promoción Miraveral (de la que también forma parte otra urbanización privada ubicada en otro punto y ajena a la situación del suministro eléctrico) la ha construido la compañía Nuicon. La cooperativa contrató a Aliaria para labores de asesoramiento y gestoría del proyecto inmobiliario

En un documento cronológico, la propia cooperativa sostiene que, una vez analizada la "problemática de la finalización de obras (...) se puede comprobar la intervención directa y la responsabilidad de la gestora Aliaria en esta grave negligencia, que está causando daños patrimoniales y morales a todos los socios, que ven como sus viviendas carecen de los servicios básicos pagados". 

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A modo de resumen, este órgano acusa a la gestora de tomar decisiones "unilateralmente", como la de "sacar" la gestión de la instalación del centro de transformación del presupuesto de la construcción. También carga contra Aliaria por no ser transparente durante el proceso de la tramitación de los permisos para la realización de la acometida y de intentar "difuminar su responsabilidad negligente".

Con todo, desde el pasado 12 de marzo, el vecindario ya tiene licencia para operar con el centro de transformación. Sin embargo, otro problema con la instalación de los CUPS (Código Universal de Punto de Suministro) está ralentizando que la corriente eléctrica 'oficial' abastezca por fin a estas casas. 

Aliaria se defiende

Ante este conflicto, la gestora publicó un comunicado donde se defiende de las "acusaciones vertidas" contra ellos. Tras lamentar "profundamente" las condiciones que están viviendo los socios de la cooperativa, dejan claro que la "solución no depende en ningún caso de las actuaciones que haya llevado a cabo la gestora"

"Más allá del asesoramiento que ha llevado a cabo durante el desarrollo de la promoción, esta gestora no ha tomado parte en las decisiones que la cooperativa ha adoptado respecto de la promoción, ni tampoco en el proceso de construcción que han contratado con otros agentes intervinientes", argumenta en el escrito. 

Sobre la falta de suministro eléctrico, añade: "Es necesario aclarar que la cooperativa tenía contratado un proveedor para la tramitación del expediente de acometida general para el edificio, siendo una cuestión totalmente ajena a las funciones que tiene esta gestora". Precisamente, en este punto, chocan las versiones de las dos partes. Javier, miembro de la cooperativa, asegura que Aliaria sí ha sido responsable de la contratación de estas empresas externas. 

Aunque el comunicado se emitió antes de conocer la concesión de la licencia, Aliaria sí da a entender que el contratiempo que retrasó el permiso fue el cambio de proveedor por "determinadas circunstancias propias del desarrollo de la obra", lo que supuso el reinicio del expediente en el Ayuntamiento de Madrid. 

La gestora también dice a su favor que informó "debidamente" a todos los socios del riesgo que corrían si decidían anticipar la escrituración en octubre, cuando la licencia para la acometida general no estaba concedida. 

"Además, a pesar de que esta gestora lleva sin cobrar honorarios por la prestación de sus servicios desde hace ya varios meses, sigue realizando sus funciones y poniendo todos los recursos a su alcance para que esta situación se solucione a la mayor brevedad", concluye.

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