Las obras de rehabilitación en un edificio de viviendas de la calle de la Cava Alta, en el distrito Centro de Madrid, han revelado una joya histórica oculta: la famosa firma con rúbrica de Juan Carlos Argüello Garzo, conocido como 'Muelle'. Considerado el primer grafitero español, 'Muelle' dejó su marca en la historia del arte urbano madrileño y su firma, con espirales que terminan en forma de flecha, es icónica dentro de la movida madrileña.

El concejal socialista Antonio Giraldo dio a conocer este hallazgo, destacando la vulnerabilidad de la firma debido a que fue realizada con rotulador, lo que significa que si se deja a la intemperie, podría desaparecer rápidamente. "Sería interesante hacer una reproducción sobre ella indicando que el original está debajo", sugirió Giraldo.

El jueves pasado, Giraldo y su compañera Adriana Moscoso visitaron la calle Cava Alta para evaluar el estado de la firma. Los obreros a cargo de la obra les aseguraron que evitarían dañar la firma tanto como fuera posible, probablemente salvando el 80% de la misma. Sin embargo, ante la falta de legislación específica para proteger estas manifestaciones artísticas, el futuro de la firma sigue siendo incierto. Tras protegerlo durante unos días y picar por ahora en otras zonas, esta semana que empieza es clave para decidir su futuro.

La firma descubierta se encuentra en la fachada de un edificio que hace esquina con la calle de Toledo, en pleno corazón del barrio de La Latina, una zona frecuentada por numerosos turistas. Dado que la obra de rehabilitación incluye la reparación de una bajante de agua que pasa justo detrás de la firma, existe una alta probabilidad de que la pared sea picada, poniendo en riesgo la conservación del grafiti.

Ante esta situación, Giraldo hizo un llamamiento a la comunidad para encontrar una solución rápida y técnica para preservar la firma. "Estamos a punto de perder un Muelle", advirtió. El concejal ha detallado que el grafiti se encuentra en una propiedad privada, con obras autorizadas y no existe una legislación que ampare la conservación de la firma.

El debate sobre la preservación del grafiti también refleja un choque de valores entre la apreciación del arte efímero y la necesidad de desarrollo urbano, tal y como se ve en las respuestas a los tuits de Giraldo. Hay quienes consideran que estos grafitis deben desaparecer junto con las estructuras antiguas para dar paso a nuevas construcciones. De hecho señalan que como arte efímero no debe mantenerse en el tiempo.

El concejal aboga por documentar estas obras, algo que sólo hacen particulares, y hay quienes defienden que se trata de una narrativa visual indispensable de la historia local, parte de la identidad cultural de Madrid. Al final es un debate sobre cómo equilibrar el respeto por el pasado con las demandas del presente.

'Muelle', icono de la movida

El grafiti de 'Muelle', además de ser un símbolo de la movida madrileña, también un es testimonio del primer auge del grafiti en España durante los años 80 y 90. Este estilo, conocido como 'grafiti flechero', inspiró a numerosos artistas como Bleck, Tifón y Daniel Guzmán. Desafortunadamente, la mayoría de las obras de 'Muelle' han desaparecido con el tiempo, quedando muy pocas en la ciudad.

La historia de 'Muelle' y su arte es una parte integral del patrimonio cultural madrileño. Aunque algunas de sus obras han sido restauradas, como la de la calle Montera en 2017 muchas otras se han perdido. 

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'Muelle' inventó las normas de la primera generación de grafiteros españoles. El artista siempre pintaba en lugares que no afeaban el paisaje urbano y, sobre todo, respetando la propiedad privada, solía decir que había que hacer "una firma decorativa que no genere un gasto".

Desde 2016, con el gobierno de Manuela Carmena, el grafitero Muelle tiene su nombre en el callejero de Madrid, concretamente en un espacio entre la calle de Carabias y el paseo de Extremadura. La entonces Junta de Gobierno reconocía así a Juan Carlos Argüello, Muelle, (1966-1995), uno de los pioneros del grafiti en Madrid con una característica firma. Era el colofón a una iniciativa que partió del distrito de Latina, donde se había aprobado con los votos a favor de Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos y la abstención del PP.

Actualmente se conservan muy pocos grafitis de Argüello: sólo hay uno en la calle Montera, en el centro Madrid, y otro en la calle Seseña , en el distrito de Latina. El 1993 el artista urbano dejó de firmar por considerar que su mensaje estaba ya agotado.