La investigación sobre el caso de Ana María Knezevich Henao, la mujer colombo-estadounidense desaparecida el pasado 2 de febrero en Madrid se desplaza 2.676 kilómetros al este de Europa.
En concreto a Belgrado, lugar en el que, tal y como informan fuentes policiales, se ha desplazado el Grupo XII de Desaparecidos de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid. Su objetivo es encontrar el cuerpo de Ana María Knezevich Henao y reproducir los pasos de su exmarido, David Knezevich, que viajó desde la capital serbia hasta Madrid. Presuntamente, para secuestrarla y posteriormente acabar con su vida.
Al parecer, David Knezevich habría viajado desde Estados Unidos, país en el que reside, a su Serbia natal, donde alquiló un coche con el que recorrió los 2.676 que separan Madrid de Belgrado.
Tal y como publicó El Confidencial, David Knezevich viajó a Belgrado el 30 de enero y volvió el 5 de febrero atravesando la frontera con Croacia en un Peugeot 308 azul marino. El citado media también publicó que Knezevich había pedido al dueño del negocio de alquiler de coches que tintara los cristales del coche, puesto que le molestaba el sol. Ese dato hace sospechar todavía más de que tenía algo que ocultar.
David Knezevich permanece en arresto en una cárcel de Estados Unidos y, aunque niega tener vinculación alguna con la desaparición de Ana María. Lo cierto es que todos los indicios le apuntan a él. Su detención se produjo el pasado día 4 de mayo en el aeropuerto internacional de Miami (EE.UU) por su presunta relación con el caso, tal y como informó Policía Nacional a través de su cuenta de X, antes Twitter.
De acuerdo a las declaraciones a principios de mayo de un portavoz del citado cuerpo policial, no había una orden de detención contra el empresario por parte de España. Por tanto, fue la policía estadounidense quien decidió llevar a cabo el arresto de Knezevich acusándole de un delito de desaparición forzada y homicidio.
Pero a pesar de los esfuerzos, el cuerpo de Ana María continúa sin aparecer y la explicación de este extraño caso sigue sin estar clara. Los pasados días 29 y 30 de mayo, la Policía Nacional junto con los siete agentes del FBI buscaron el cuerpo de Ana María en el entorno de Medinaceli y en el río Jalón, en Soria.
El motivo de buscar por esta zona, tal y como publicó Voz Populi, se debe a que se sabe que David Knezevich recorrió un trayecto de la R-2 en 28 minutos, cuando se estima que en condiciones normales se recorre en 20.
David Knezevich, también conocido como Dusan, es un empresario de 35 años de origen serbio afincado en el barrio de Oakland Park, en la ciudad de Fort Lauderdale, en Florida. Es CEO y fundador de la empresa EOX Technology Solutions, cuya misión es ayudar a las empresas a mejorar su productividad y su rendimiento en los mercados.
Las autoridades sospechan que una de las principales motivaciones de David para atentar contra la vida de Ana María sería su patrimonio, pues este empresario tenía miedo de perder todo lo que había conseguido tras varios años viviendo en Estados Unidos.
Este mediático suceso sigue bajo secreto y ha movilizado a Policías de varios países que siguen trabajando, ahora en Belgrado, para tratar de contestar una pregunta ¿Qué pasó con Ana María Knezevich Henao el 2 de febrero en Madrid?
Un difícil divorcio
Ana María había venido a Madrid en busca de una nueva vida tras haber pasado por un duro divorcio con David Knezevich. El proceso comenzó en enero y se tornó "muy difícil y complicado, hasta el punto de pedir ayuda médica por depresión", tal y como explicaron desde SOS Desaparecidos. David y Ana María habían tenido otras crisis en el pasado, pero siempre habían terminado reconciliándose.
La última comunicación de la desaparecida fue el día 2 de febrero a las 11:30 horas. Una amiga suya le escribió ese mismo día, pero no hubo respuesta, tampoco al día siguiente. Preocupada, le llamó por teléfono sin éxito.
Era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María "estaba muy ilusionada con ello". De hecho, su amiga llegó a ir en vano a la estación de Atocha para coger su tren con la esperanza de ver a la desaparecida allí, pensando que quizás no le contestaba por haber perdido el móvil, pero sí acudiría al viaje.
A las 13:00 horas del día 3, esta amiga -y otra que vive en otro punto de Europa y que iba a visitar en breve a Ana María a su casa de Madrid- recibieron un mensaje idéntico en WhatsApp.
Les decía que "había conocido una persona maravillosa y que se había ido con ella a una casa de campo situada a dos horas de Madrid, pero que allí había mala señal, por lo que ya contactaría con ellas cuando regresara". Aunque provenía del móvil de la desaparecida, no creían que lo hubiera escrito ella.
Nunca más han recibido mensaje alguno de ella. Además, tampoco la familia de Ana María cree que lo escribiera ella, ya que no es su forma de hablar ni de expresarse. "Parece como si le hubieran pasado un corrector", explicó Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos.
Las cámaras tapadas
Alarmada, la amiga española de Ana María acudió al domicilio de la desaparecida, en la calle Francisco Silvela. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los Bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias.
Una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3. Y que en ese fin de semana intentaron robar en el edificio (aunque no hay denuncia alguna al respecto) y que por ello unos desconocidos taparon con un espray negro la cámara del telefonillo de la entrada y la de seguridad junto al ascensor.
Ante todo ello, el pasado día 4 de febrero formalizaron una denuncia por su desaparición en la comisaría de la Policía Nacional del distrito de Salamanca. En los días posteriores, los investigadores revisaron las cámaras de seguridad del edificio y vieron que un hombre con un casco de moto entró a las 21 horas en el edificio.
Rehacer su vida
Tanto la amiga como los familiares aseguraron a los agentes que los mensajes que recibieron no encajan con la forma de actuar de Ana María, y menos que dejara colgadas a personas tan allegadas con las que ya había hecho planes.
Tampoco encaja que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural le encantaba y en la que quería rehacer su vida. No creen que fuera ella la que escribiera los mensajes, por lo que, en un escenario mejor, podría estar retenida con alguien en contra de su voluntad.
El presidente de SOS Desaparecidos afirmó que la desaparición de Ana María "presenta unos rasgos muy preocupantes desde el primer momento". "Es de los pocos casos en los que no hemos recibido ninguna noticia", ha indicado.