La Guardia Civil ha detenido, durante una operación, a diez personas acusadas del homicidio imprudente de José Antonio R. A., el agente sevillano de la Benemérita que cayó desde una altura de 10 metros cuando inspeccionaba una buhardilla de una nave industrial de San Agustín de Guadalix. Los arrestados habían sustraído instantes antes el enrejado metálico que cubre los falsos techos de la nave. El robo de este elemento motivó que cediera el tejado por el peso del guardia civil. 

José Antonio tenía 46 años y prestaba servicio en el puesto del Instituto Armado situado en Torrelaguna, una localidad madrileña cercana. Estaba casado y tenía dos hijos pequeños, uno de tres años y otro de 14. "Era un hombre muy trabajador, un gran padre y sobre todo, muy alegre, daba gusto estar con el sevillano, porque siempre estaba contento", explicaron fuentes de su entorno a Madrid Total.

El trágico suceso se produjo a las 13:30 horas del 26 de abril. El agente había acudido junto a otros compañeros hasta el edificio para identificar y detener, llegado el caso, a los responsables del robo de material que se estaba produciendo supuestamente en esta nave, situada en el polígono sur del municipio.

José Antonio se encaramó al tejado para lograr identificar y detener a los presuntos criminales. Cuando se produjeron los hechos, los ahora detenidos estaban sustrayendo el material utilizando mazas, radiales y otras herramientas. El enrejado metálico recubría las paredes y los techos de la nave. 

El agente no murió de inmediato. Sus compañeros y los servicios sanitarios intentaron reanimarlo, pero acabó falleciendo poco después de la caída por las heridas que presentaba. Los detenidos, a quienes se les atribuyen delitos de robo con fuerza y homicidio por imprudencia, cuentan con antecedentes por delitos contra el patrimonio y han pasado a disposición de la Autoridad Judicial competente.

Fue el Equipo de Laboratorio de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid y del personal de la Policía Judicial de San Agustín quienes, en una inspección ocular, descubrieron el material que se habían llevado este grupo de personas. 

La muerte del agente consternó al municipio de Torrelaguna, donde se decretaron tres días de luto, desde el sábado 27 hasta el lunes 29 de abril, en su memoria. 

Días más tarde, el Gobierno de la Comunidad de Madrid reconoció su labor de servicio con la entrega a título póstumo de la Gran Cruz del Dos de Mayo. La condecoración se entregó durante el acto institucional por el día de la región. 

Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles, lamentaron el fallecimiento y pidieron a los miembros del Ejecutivo central que se catalogase a los guardias civiles como trabajadores de riesgo: "El Gobierno no puede seguir mirando hacia otro lado".