Nada más entrar al local y sin mediar palabra, el joven dispara a bocajarro contra los tres chavales, que son pandilleros de los Trinitarios. Un tiro. Dos. No mata nadie, pero sí hiere a uno de sus objetivos en el costado. Todos huyen despavoridos. El ataque sucede en un abrir y cerrar de ojos, pero ha reabierto el debate sobre el poder de estas bandas en la capital española.

El pistolero, según los primeros pasos de la investigación, estaría vinculado de alguna manera a la banda rival, los Dominican Don't Play (DDP). Ambas organizaciones guardan una feroz enemistad en la capital. Su rivalidad ya se saldó en febrero de 2022 con la muerte de un quinceañero trinitario a manos de tres DDP. Dos meses después, llegó la venganza y murió otro chico, de 18 años.

Las dos organizaciones son de origen dominicano. A grandes rasgos, se asemejan en sus estructuras, en la concepción de la identidad grupal y en las normas. También imponen sanciones a los miembros que incumplen y les cobran tasas. Así lo refleja el documento 'Investigando grupos juveniles de calle en España. Transbandas en Barcelona y Madrid', publicado en 2022 dentro del proyecto TRANSGANG, una iniciativa liderada por el catedrático de antropología social Carles Feixa.

En este sentido, desde el Centro de Ayuda Cristiano afirman que es habitual que los pandilleros de estas bandas paguen una cantidad semanal, que varía en función de la edad o de la jerarquía.

El suceso de Delicias da lugar a abordar dos elementos: la delincuencia precoz de las bandas y su grado actual de violencia. El pistolero de Delicias tiene 16 años. Reclutar adolescentes tiene "ventajas" para estas bandas. "Son más disciplinados, hacen menos preguntas y están dispuestos a hacer lo que sea para ascender en la banda", recoge el último Observatorio de Bandas Juveniles realizado por el Centro de Ayuda Cristiano. "Espían" y se quedan con las armas tras una reyerta porque "si les pillan no van a la cárcel".

Los DDP, los Trinitarios y el resto organizaciones juveniles no sólo fichan a preadolescentes de 12 años, sino que captan incluso a niños de nueve años. Y no se trata sólo de integrantes latinoamericanos. Dentro de las pandillas hay personas de otras nacionalidades, como españoles, marroquíes o rumanos. 

¿Más violentas?

El pistolero utilizó una recortada contra sus adversarios. "El grado de violencia se ha exacerbado en los últimos dos o tres años en España. Antes era un machetazo, ahora van a matar", explican a este periódico desde el Centro de Ayuda, institución asentada en Arganzuela.

En su informe, publicado en enero, ya advirtió que el uso de armas de fuego cada vez es "más frecuente", lo que "evidencia una clara escalada de la violencia". También avisó de que, tras un periodo valle con la actividad de estas bandas contraída, se avecinaba un verano "violento".

Esta entidad fue cuestionada por ofrecer datos que supuestamente no encajaban con la realidad. La organización evangélica asegura que su información la obtiene de los familiares de las bandas y de los propios pandilleros que acuden al Centro en busca de ayuda. Además de ofrecer charlas de prevención, en su página web expone un programa de reinserción para jóvenes de estos grupos.

En cualquier caso, la Fiscalía de Madrid señala en su última memoria (con datos de 2022) que es "evidente" que la actividad de estos grupos ha crecido. También el Ayuntamiento de Madrid admite que las bandas juveniles representan un "problema grave" en una de las "ciudades más seguras del mundo".

Un asesinato en año y medio

A raíz de los últimos episodios, el delegado del Gobierno, Francisco Martín, ha recordado que en 2022 hubo seis homicidios fruto de las bandas juveniles, otro en 2023 y ninguno, por ahora, en 2024. En cuanto a hechos violentos, se contaron 39 el año pasado frente a los 53 del anterior.

El representante gubernamental también habló sobre el uso de las armas de fuego: "Sus efectos, sin duda, son letales, son tremendos y, por ello, siempre nos obligan a estar con la máxima dedicación a ellas. Pero es una cuestión absolutamente excepcional".

Agentes de la Guardia Civil cachean a unos jóvenes en un control para prevenir la violencia entre bandas juveniles, en febrero de 2022. Alejandro Martínez Vélez Europa Press

Sobre los apuñalamientos, Martín explicó que no todos los sucesos con armas blancas tenían que ver con las bandas juveniles. Además, descartó que se estuviera produciendo una escalada de apuñalamientos en los últimos meses y años. Cabe recordar que en Madrid está activo desde finales de 2021 un plan antibandas que, desde entonces, se ha traducido en miles de actuaciones y cientos de detenidos.

¿Dónde están las bandas?

El autor de los disparos en Delicias acabó entregándose en comisaría. Al parecer, según apuntan fuentes policiales a Europa Press, el ataque podría estar enmarcado dentro de un rito de iniciación en los DDP. Se sospecha que el tiroteo podría ser un aviso a los tres trinitarios, que estaban en territorio de los Dominican Don't Play.

Son los dos grupos con más presencia y con un comportamiento más violento. Están asentados en el arco suroeste de Madrid, como Villaverde, Tetuán, Ciudad Lineal, Usera, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas. También se encuentran en distritos del norte, como Tetuán y Hortaleza, y en ciudades madrileñas como Móstoles, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares o Collado Villalba.

Las bandas latinas no son un fenómeno reciente. Existen desde hace tiempo, principalmente en la periferia, y "vinculadas inicialmente a procesos migratorios internos y a la exclusión social", recoge el citado documento de TRANSGANG. La primera gran banda latina que llegó a Madrid fueron los Latin Kings. Después les siguieron los Ñetas, DDP y Trinitarios.

El Centro de Ayuda también cita a otros grupos como los Bloods y Forty Two. En los últimos tiempos ha detectado presencia de pandilleros de las maras hondureñas, aunque desconoce "si están formando bandas" o si, simplemente, se están escondiendo. Las organizaciones juveniles -agrega la misma fuente- se nutren del dinero del tráfico de drogas y de los atracos y robos a ciudadanos a pie de calle. 

Los grupos se dividen en 'coros' y operan en territorios separados por fronteras imaginarias. Que un pandillero se atreva a entrar en 'territorio enemigo' dependerá de las circunstancias y del nivel de hostilidad.

"Sin embargo, al contrario de lo que pueda parecer por la alarma social mostrada en los medios, no existe en la ciudad una rutina de peleas constantes o disputas abiertas, sino un acuerdo tácito de no intervenir en los espacios físicos de otros grupos para evitar conflictos, combinado con una sensación de malestar si tienen, por una u otra razón, que ir a uno de esos barrios en los que otro grupo tiene predominio", señala el estudio del proyecto TRANSGANG.

Problemas en casa, sin autoestima...

Tanto el Centro de Ayuda Cristiano como el Ayuntamiento de Madrid coinciden en que el acercamiento de los chavales a las bandas cada vez es más precoz. Precisamente, el Gobierno de José Luis Martínez-Almeida lanzará un proyecto piloto este año en un colegio de Puente de Vallecas para evitar que los niños no fichen organizaciones juveniles como los DDP, que predominan en este distrito.

Cibeles, a través del organismo público Madrid Salud, tiene identificado cuáles son los chavales más susceptibles de caer en las garras de las bandas. En muchos casos, son escolares que no reciben afecto, sin oportunidades y a los que les faltan experiencias favorables y saludables. La entidad religiosa los describe como alumnos generalmente de familias desestructuradas o que tienen baja autoestima o padecen diferentes trastornos mentales.

Ahora, como apuntábamos, un español también puede formar parte de una banda latina. De hecho, están "muy cotizados" porque "pasan más desapercibidos", apuntan desde el Centro de Ayuda. La Fiscalía interpreta este interés de los chicos no latinoamericanos como una forma de reconocimiento social y una manera de protegerse de las agresiones de otros grupos o individuos.

El experto Carles Feixa sostiene en otro artículo sobre el fenómeno que la mayoría de los jóvenes que pertenecen a bandas latinas "no son violentos" y tampoco las considera organizaciones criminales, pese a que sus miembros puedan estar implicados en actividades ilícitas. El investigador, en el otro artículo referenciado de TRANSGANG, defiende que las bandas "no siempre son el problema, sino que pueden ser parte de la solución".

"Estamos convencidos de que la cuestión no puede tener un abordaje exclusivamente policial, sino que requiere una fuerte apuesta e inversión social. Tenemos la esperanza que las políticas públicas y los programas que se implementen para abordar el problema se guíen por la investigación y no por los estereotipos, y que combinen las medidas punitivas a posteriori con medidas preventivas a priori", concluye.