Un joven de 13 años ha muerto este domingo en el Hospital de La Paz, después de haber sufrido un ahogamiento en una tranquila urbanización de Alcalá de Henares el pasado miércoles.
El fatídico suceso tuvo lugar cuatro días antes de su muerte, en una piscina de un recinto de casas ubicado en la avenida Miguel de Unamuno, en la ciudad complutense.
Todo transcurría con normalidad hasta que el menor quedó atrapado en la rejilla de la depuradora. Un amigo intentó ayudarle, pero sin éxito. Desesperado, el joven pidió ayuda a los adultos que allí se encontraban.
La reacción de los vecinos fue inmediata. Apagaron la depuradora y lograron sacar al niño del agua, pero ya se encontraba en parada cardiorrespiratoria. El silencio que allí reinaba solo se rompió con la llegada de los Bomberos de la Comunidad de Madrid y agentes de la Policía Local, quienes comenzaron las maniobras de reanimación con la esperanza de devolverle a la vida.
El helicóptero del SUMMA 112 aterrizó con urgencia y tras varios minutos de esfuerzo, el equipo médico logró estabilizar al menor para así poder trasladarlo al Hospital de La Paz en estado crítico.
Durante su estancia en el hospital, los médicos lucharon por su vida, pero lamentablemente el joven no pudo recuperarse y falleció este domingo.
Desde el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, las autoridades expresaron su más sentido pésame a la familia y amigos del niño a través de la red social X.
La noticia corrió como la pólvora y la comunidad local está profundamente afectada por la tragedia, transformando un rincón de paz en un lugar de duelo.
La Policía ha comenzado una investigación para entender cómo ocurrió el trágico accidente. La piscina, que atiende a una comunidad de apenas 25 vecinos, no cuenta con socorrista, una situación que ahora está en el centro del debate sobre la seguridad en estas instalaciones privadas.
La piscina permanecerá clausurada mientras se llevan a cabo las indagaciones pertinentes sobre el funcionamiento de la depuradora. Los técnicos analizarán si hubo algún fallo en el sistema que pudiera haber provocado el trágico incidente.
El incidente ha dejado una cicatriz profunda en Alcalá de Henares. Los vecinos, unidos en su dolor, han organizado una vigilia para honrar la memoria del niño, un gesto de solidaridad y amor que intenta arropar a la familia en su desconsuelo.
El suceso ha generado una ola de solidaridad entre los vecinos, quienes están proporcionando apoyo emocional y logístico a la familia afectada en estos momentos tan difíciles.
En una urbanización que alguna vez fue sinónimo de tranquilidad, ahora resuenan las preguntas y los lamentos por una vida truncada demasiado pronto.