Un amplio despliegue formado por agentes de Policía Municipal y miembros del cuerpo de bomberos han acudido la mañana de este miércoles a la calle Zurita 31, ubicada en el barrio de Lavapiés, para llevar a cabo el desahucio de Zohra y su familia, que, tal y como denuncian desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, se encuentran en situación de vulnerabilidad. 

El de este miércoles ha sido el tercer intento de desahucio de esta familia de inmigrantes de origen marroquí. Una operación compleja, pues uno de los activistas que quería frenar el desahucio, se encontraba colgado en el vacío del patio del bloque. Al parecer, tal y como informaron desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, si la Policía trataba de abrir la puerta del inmueble, el mecanismo que le mantenía colgado se activaría y el activista caería al vacío 12 metros contra el suelo de hormigón.

Tal y como informan los miembros del sindicato a través de redes sociales, hacia las 10:00 horas del miércoles, los bomberos descolgaron al activista, que fue posteriormente detenido. Hacia las 10:30 horas, los agentes desalojaron a la familia de la vivienda de Zurita 31, posteriormente, fueron atendidos por los miembros del Samur social. 

Fuentes policiales informan de que los activistas que se habían concentrado en el entorno de la vivienda de Zohra estaban en una actitud pacífica. Sin embargo, el Sindicato de Inquilinas ha publicado vídeos en redes sociales en los que se puede ver a varios activistas tratando de evitar que la Policía entrara en el inmueble. 

A través de una nota de prensa, el citado sindicato denunciaba que Zohra, su marido y su hijo menor de edad iban a ser desahuciados de su hogar, a pesar de cumplir con todos los requisitos de vulnerabilidad que marca el Real Decreto que suspende los desahucios.

Al parecer, desde esta plataforma afirman que Zohra y su familia han estado viviendo en condiciones deplorables: la casa presenta muchísima humedad, infestaciones de chinches y cucarachas, y problemas estructurales graves, como techos a punto de colapsar y filtraciones de agua desde el baño de los vecinos de arriba