Médicos del Summa y efectivos de la Guardia Civil en la piscina de Humanes en julio de 2021.

Médicos del Summa y efectivos de la Guardia Civil en la piscina de Humanes en julio de 2021. 112 Comunidad de Madrid

Sociedad

La "semana trágica" de ahogados en Madrid: las piscinas privadas y su seguridad en el punto de mira

En Madrid, las piscinas de menos de 200 metros cuadrados están exentas de tener un socorrista que supervise la actividad.

30 julio, 2024 02:00

A punto de terminar julio, uno de los meses centrales de la época estival, los servicios de emergencias madrileños han tenido que informan en diversas ocasiones de algo que, por desgracia, ya es habitual en verano: varias personas han muerto o han quedado en estado muy grave tras haber sufrido un ahogamiento en una piscina o en un embalse. 

El último caso, la tarde del domingo hacia las 17:00 horas, cuando un joven de 22 años quedó en estado crítico tras ahogarse en la piscina de un gimnasio ubicado en el número 1 de vía Lusitana, en Carabanchel

Y tan solo unos días antes, el pasado jueves 25 de julio, un niño de 7 años entró en parada cardiorrespiratoria debido a un episodio de ahogamiento en el embalse de Picadas, en San Martín de Valdeiglesias. Por desgracia, unas horas después, este menor falleció en la UCI Pediátrica del hospital 12 de Octubre de Madrid.  

Son solo dos de los muchos episodios de ahogamiento que han tenido lugar en la Comunidad de Madrid desde que comenzó el verano y en la última semana. Además, varios de ellos han tenido lugar en piscinas privadas de Madrid, lo que lleva a preguntarse si la triste noticia de los ahogamientos que ocupa titulares cada verano se puede evitar. 

La Comunidad de Madrid establece en su legislación centrada en el uso de piscinas que las instalaciones deberán contar con la presencia de un socorrista cuando la lámina de agua esté comprendida entre 200 y 500 metros cuadrados, o bien cuando la lámina de agua sea inferior a 200 metros cuadrados, pero la profundidad máxima de los vasos sea superior a 1,40 metros.

En la citada legislación, también se indica que las piscinas de comunidades de propietarios de más de 30 viviendas, cuya lámina de agua sea inferior a 200 metros cuadrados, pueden no contar con la presencia de un socorrista. 

Por tanto, las piscinas de menos de 200 metros cuadrados están exentas de tener un socorrista que supervise la actividad. Y es precisamente la vigilancia lo que podría evitar muchos de los ahogamientos que se producen en la época estival. 

La vigilancia es "clave"

Roberto Barcala-Furelos es catedrático en la Universidad de Vigo, especialista en socorrismo y es coordinador del grupo de socorrismo de la Sociedad Española de Emergencias y de Urgencias (SEMES) y, en conversación telefónica con Madrid Total, explica que la vigilancia es factor fundamental a la hora de prevenir incidentes: "Los ahogamientos en piscinas domésticas y privadas se producen normalmente porque no están vigiladas, pero eso existe un elevado riesgo de ahogamiento infantil". 

Barcala-Furelos apunta a que los ahogamientos de los niños, como el que tuvo lugar en el embalse de Picadas, son "muy rápidos y silenciosos". "Pueden tener lugar tras un pequeño despiste, como puede ser una llamada de teléfono que quite la atención de la piscina durante unos minutos", explica.

Por eso, desde el SEMES recomiendan "restringir y perimetrar el acceso a las piscinas privadas cuando no haya un adulto supervisando". Y para más seguridad, "no se debe delegar la vigilancia en otros niños, porque la percepción del riesgo no es la misma". 

"Un ahogamiento es muy sutil y silencioso, tiene lugar en unos 90 segundos y las víctimas no gritan ni piden ayuda, al contrario de lo que se ven en el cine. Además, los dispositivos de flotación como los manguitos o el flotador no proporcionan una seguridad total a los menores", detalla este experto. 

Cuando una persona se ahoga se debe llevar a cabo una reanimación cardiopulmonar: "Por cada minuto que se retrasa la reanimación se pierden entre el 10 y 12 por ciento de posibilidad de supervivencia y conforme va pasando el tiempo, el daño neurológico es mayor, puesto que el oxígeno no llega al cerebro". 

"Con una reanimación inmediata, el pronóstico de una persona que haya estado menos de cinco minutos bajo el agua es favorable, entre cinco y diez minutos variables y más de diez muy malo", apunta Roberto Barcala-Furelos. 

De los distintos casos de ahogamientos que se han producido durante el mes de julio en Madrid, las víctimas han quedado en estado muy grave o crítico y, algunos de ellos han terminado falleciendo: "Los ahogamientos tienen distintos grados de severidad. Se puede conseguir restaurar el sistema cardio circulatorio, pero si los daños orgánicos son muy graves, el cuerpo no es capaz de recuperarse del todo". 

Incidentes "evitables"

Roberto Barcala-Furelos califica los ahogamientos como "incidentes", una palabra que no está escogida al azar, puesto que se trata de sucesos que "se pueden evitar": "Se pueden usar muchos mecanismos para evitarlos, si se produce un ahogamiento es que ha fallado algo en la prevención, como puede ser la supervisión de los niños o los riesgos a los que se exponen los adolescentes en pantanos o ríos". 

Por tanto, a la pregunta de si se pueden evitar los ahogamientos, este catedrático responde que "sí" pero que se necesita un "cambio de mentalidad": "Para prevenir este problema es necesario que las campañas de prevención se hagan antes del verano, que es cuando se acumula el 80% de los casos. Además, las alarmas empiezan a saltar cuando se han producido muchos casos". 

Ante la afirmación de que la vigilancia es clave, Gemma Izquierdo, médica jefa de Guardia de SUMMA 112, coincide con las palabras de Roberto y explica que esta semana ha sido "especialmente dura en Madrid" y a pesar de que en muchas ocasiones se confirman el fallecimiento, los sanitarios "siempre intentan revertir la parada cardiorrespiratoria". 

Añade que, además, en muchas ocasiones "se desconoce cuál ha sido el tiempo que la víctima ha estado bajo el agua", pero hace énfasis en que la presencia de un socorrista es clave: "Tienen formación en reanimación cardiopulmonar básica y en caso de que se produzca un ahogamiento pueden comenzar las maniobras hasta la llegada de los sanitarios". 

Al preguntar por las causas de los diversos ahogamientos que se han producido en Madrid durante los últimos días, Gemma Izquierdo explica que ha sido "una semana especialmente trágica" pero lo cierto es que "los casos no tienen relación entre sí y son muy distintos".