Un joven socorrista se encuentra en estado grave al sufrir en la tarde de este jueves un ahogamiento en una piscina comunitaria de una urbanización del distrito madrileño de Hortaleza.
Los hechos han tenido lugar en la calle Torquemada. Los vecinos avisaron a unos agentes de la Policía Nacional que pasaban cerca del portal de la urbanización, han informado fuentes de Emergencias 112 Comunidad de Madrid a Europa Press.
La patrulla ha sido la primera en intervenir al sacar al joven de la piscina, que no estaba en parada cardiorrespiratoria. Posteriormente, el equipo sanitario del SUMMA-112 lo ha atendido, estabilizado y trasladado grave al Hospital Ramón y Cajal. Policía Municipal de Madrid y SAMUR-PC también han intervenido.
En las últimas semanas, la Comunidad de Madrid ha experimentado varios casos trágicos de ahogamientos, destacándose la muerte de un niño de 7 años en el embalse de Picadas y la de un joven de 22 años en una piscina de gimnasio en Carabanchel. Estos incidentes son parte de una tendencia preocupante que se repite cada verano, a menudo en piscinas privadas que carecen de la vigilancia adecuada.
La legislación en Madrid establece que las piscinas con ciertas características deben contar con la presencia de un socorrista, pero muchas piscinas privadas quedan exentas de esta obligación, lo que aumenta el riesgo de ahogamientos. Los expertos, como Roberto Barcala-Furelos, especialista en socorrismo, subrayan la importancia crucial de la vigilancia para prevenir estos incidentes, especialmente en el caso de los niños, cuyos ahogamientos pueden ocurrir en cuestión de segundos y sin señales evidentes.
La falta de supervisión adecuada y la subestimación del riesgo son factores clave en estos accidentes. Barcala-Furelos y otros especialistas coinciden en que estos ahogamientos, aunque trágicos, son evitables con las medidas de prevención correctas. Recomiendan restringir el acceso a las piscinas cuando no haya adultos presentes y evitar confiar la vigilancia a otros niños.
Además, en caso de ahogamiento, la rápida intervención mediante reanimación cardiopulmonar es esencial para mejorar las posibilidades de supervivencia. Sin embargo, la realidad es que muchos de estos incidentes terminan en tragedia, dejando a las víctimas en estado grave o falleciendo, como ha sido el caso en Madrid durante este mes de julio.