La mujer de 75 años que resultó gravemente herida el pasado jueves tras la explosión de su vivienda en Fuencarral-El Pardo ha fallecido, según informa Telemadrid. En su piso, situado en una novena planta, también se encontraba su hija de 42 años, que fue trasladada a la Unidad de Quemados del Hospital La Paz. Ambas sufrieron quemaduras en el 60% del cuerpo. 

El edificio donde ocurrió el fatal suceso se encuentra en la calle Arzobispo Morcillo, 42. Según informó una portavoz de Emergencias Madrid, a su llegada, los bomberos tuvieron que cortar la fuga abierta de gas en el piso que estalló y la general del edificio, aunque ya no había llamas a su llegada.

Sobre las 13.30 horas, los Bomberos concluyeron sus labores en el edificio después de haber descombrado a lo largo de la mañana los elementos inestables que corrían riesgo de caer a la calle desde la novena planta. También revisaron de nuevo la estructura del bloque y todas las viviendas.  

Como consecuencia del fuego, todos los vecinos desde la planta 9 a la 13 se quedaron sin agua, luz y gas. En el lugar de los hechos, los cuerpos de seguridad también atendieron a una joven de 25 años, vecina del piso continuo de la explosión, quien presentaba una crisis de ansiedad. 

Según explicó el Cuerpo de Bomberos, todo apunta a que fue una explosión de gas en canalización. "A nuestra llegada había una fuga abierta. Ha sido una explosión fuerte, lo que indica que la mezcla de aire y gas ha sido muy enriquecida. Cuando hay un aparato de indicción, que puede ser un aparato eléctrico o interrupción, se produce una deflagración, una onda expansiva, que lleva consigo normalmente una bola de fuego, que es la que ha producido las quemaduras a las heridas", detalló José Luis Leguido, supervisor de guardia de Bomberos, en declaraciones recogidas por Europa Press

El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad y segundo teniente de alcalde de Madrid, Borja Carabante, apuntó el viernes que los inquilinos de los pisos superiores -del 8 al 13- tardarán unos cuatro meses en poder regresar a sus hogares, tras ser desalojados por el colapso del ascensor y las escaleras, que permanecen inaccesibles.