La familia del psicólogo Marcos Olmedo, que desapareció en Fuenlabrada el pasado domingo 18 de agosto, no pierde la esperanza de encontrarle sano y salvo. Por eso, le buscan sin descanso en distintos lugares que le gustaba frecuentar, como por ejemplo, algunas localidades de la sierra de Madrid.
Un caso rodeado de varias preguntas sin resolver, pues, el día de la desaparición, Marcos, de 37 años, le dijo a su familia que se iba a dar un paseo. Cogió su coche y lo aparcó en la estación de La Serna, en Fuenlabrada. Y por desgracia, eso es lo último que se sabe de él.
Tal y como informaron desde SOS Desaparecidos, su desaparición está considerada de alto riesgo, puesto que necesita medicación, un detalle importante que confirma lo importante que es dar cuanto antes con su paradero.
Estas fuentes indican que, la última vez que se le vio, Marcos vestía pantalón pirata gris oscuro, camiseta verde y zapatillas negras. Tiene el pelo rapado, ojos marrones, complexión delgada y mide 1,85 metros. Fuentes familiares también indican que podría llevar gafas de sol negras colgadas de su camiseta.
Juan Manuel Medina, abogado y portavoz de la familia, explicó a Madrid Total que Marcos estaba atravesando "una depresión desde el mes de mayo" y recalcó que, dentro de la complejidad de una situación como esta, "llevaba una vida normal".
Estas fuentes confirmaron que, el día de su desaparición, Marcos se fue a "confesar con un cura", un extraño detalle, puesto que no era católico practicante y no acudía a la iglesia con regularidad. Ese mismo día, Marcos fue a una farmacia de Fuenlabrada y compró "una caja de 50 pastillas de Lorazepam". Por tanto, el farmacéutico que le atendió sería la última que vio a Marcos antes de su desaparición.
Dos detalles importantes, pero que, por desgracia, no ayudan a precisar dónde puede estar Marcos: "Vivimos en una incertidumbre absoluta y además no tenemos mucha información de qué ha podido pasar. Para no quedarnos en casa parados, mi familia y yo estamos buscando a Marcos en distintas zonas, como en comedores sociales del centro de Madrid, por si alguien le ha visto", explica Dani, hermano de Marcos a este periódico en conversación telefónica.
Dani explica que la información que se le ha proporcionado a la familia desde que se inició la investigación "es nula": "Hemos hecho todo lo que nos ha pedido la Policía para colaborar en la investigación, pero ellos no nos han transmitido nada concluyente. Muchos amigos y familiares nos preguntan que qué pueden hacer para ayudar, pero al no tener prácticamente información ni siquiera nosotros podemos hacer nada" explica.
Al estar pasando por una depresión, y al haber desaparecido en la estación de La Serna, Dani apunta a que es posible que su hermano cogiera "un tren" con el objetivo de ir "a algún lugar tranquilo y desconectar".
Pero, por desgracia, todo se reduce a hipótesis y especulaciones. Dani explica que, a partir de mayo, cuando Marcos comenzó a caer en la depresión, rápidamente "pidió ayuda a un psicólogo": "En ese momento le notamos un poco más tranquilo, pero creemos que bajarle la medicación no fue la mejor idea, pues fue cuando volvió a caer en el hoyo de la tristeza y la depresión".
Dos días antes de su desaparición, Marcos fue al hospital de Fuenlabrada y le volvieron a subir la medicación, pero tal y como explica su hermano, con tal solo 48 horas, no era "tiempo suficiente para que recobrara la normalidad". Además, también apunta a que no hubo una buena comunicación entre los dos psicólogos que estaban tratando a Marcos: "Le habían visto muy poco tiempo, sobre todo uno de ellos, por eso, apenas se había profundizado en el problema que tenía".
Dani explica que, antes de coger la baja en el mes de mayo, "Marcos trabajaba y estaba contento en su puesto". Por otro lado, se trata de una persona tremendamente preparada académicamente, pues tiene las carreras "de Psicología, Sociología y Audiología, se saca todo lo que se le ponga por delante", detalla su hermano.
"Además, tiene unos amigos espectaculares: vinieron diez de ellos desde Navarra y nos ayudaron a hacer batidas en Cercedilla, porque le gustaba mucho la sierra", explica Dani. Pero, por otro lado, y por desgracia, también recalca que están "algo perdidos" sin saber donde buscar puesto que apenas tienen información.
A nivel policial y jurídico el caso es complejo. Lo está llevando la Unidad de Atención a la Familia de la Policía de Fuenlabrada y también está en manos del juzgado número 5 del citado municipio, el mismo tribunal en el que la madre de Marcos puso la denuncia. Juan Manuel Medina explicó que, en este sentido, la situación "no está siendo fácil, porque el juzgado es reacio a dar ciertos detalles como la geolocalización del teléfono", por eso se han personado como "acusación particular para pedir una serie de diligencias" que ayuden a resolver la desaparición.
Para comunicar cualquier información que ayude a dar con el paradero de este u otro individuo desaparecido, se ruega contactar con la Policía Nacional en el teléfono 091, la Guardia Civil en el teléfono 062 o directamente al teléfono de Emergencias 112. O a los teléfonos de la asociación: 649 952 1957 y 617 126 909.