El zulo donde encontraron a Raquel era su habitación: "Se aislaba por aprensiva, pero pedía ayuda con la mirada"
Raquel desapareció el pasado sábado 31 de agosto y fue su propio marido el que puso la denuncia.
12 septiembre, 2024 02:28La avenida Romero en la zona del Robledal de Villalbilla tiene amplios y lujosos chalés, muchos de ellos con grandes jardines y otros, incluso con piscina. Los vecinos de esta calle se conocen casi todos de vista, de cruzarse a última hora de la tarde cuando salen a pasear a los perros. Pero no son muchos los que se saben el nombre del vecino que vive puerta con puerta.
César y Raquel B. L. eran la pareja que vivía en el número 15 de la misma calle. Ambos "se habían mudado a la casa tras comprársela a sus anteriores dueños, poco antes de la pandemia", tal y como relata una residente. Una pareja que estas mismas fuentes definen como "rara y extraña". Pero, a pesar de ello, ninguno de los vecinos de la tranquila Avenida del Romero sospechaba que Raquel había muerto en su habitación, una especie de "zulo".
Fue el pasado sábado 31 de agosto cuando se activó la alerta porque Raquel se había esfumado. Al parecer, había salido de Villalbilla para visitar a su madre, que vive a 75 kilómetros, en Griñón, al sur de la Comunidad de Madrid, pero no había regresado a casa como estaba previsto.
O por lo menos así lo declaró César en la denuncia que interpuso en el cuartel de la Guardia Civil. En realidad, ella nunca llegó a ver a su progenitora. Por eso, los agentes comenzaron una investigación para intentar descubrir dónde se encontraba Raquel. Las pistas les llevaron finalmente a la casa familiar, donde vivía con César.
Al entrar en la casa, encontraron la terrible escena: Raquel muerta en su habitación, tumbada en la cama y con espuma en la boca. También había blísteres con pastillas a su lado. César, que volvía a casa en ese momento, intentó escapar, pero fue apresado y detenido.
Fuentes judiciales destacan a EL ESPAÑOL que la jueza está a la espera de los detalles del informe elaborado por el Instituto Anatómico Forense, que determinará las causas de qué pudo pasar en el número 15 de la avenida Romero.
La mujer no presentaba signos de violencia, por eso la principal hipótesis es que podría haber fallecido por una sobredosis, pero hasta el momento los investigadores de la Guardia Civil no han determinado si el marido participó en la muerte de la mujer hallada sin vida en esa localidad madrileña. Por eso se están tratando de recabar otras pruebas que sirvan para acreditar si fue o no asesinada. El caso se encuentra ahora bajo secreto de sumario y César en dependencias policiales.
"Pedía ayuda con la mirada"
A pesar de no conocer mucho a César y a Raquel, otro vecino explica a Madrid Total que la pareja "salía mucho a pasear": "Ella era mucho más agradable que él, que era bastante antipático, pero la mirada de ella era triste y huidiza".
"Él recogía flores, que según algunas personas podían ser tóxicas. Eran de los Hare Krishna, por lo que seguramente las recogía para ponerlas en algún altar", explican estas fuentes.
Este residente narra que, desde que llegaron, estuvieron "aislados del resto de vecinos" y se comentaban sus "extrañas costumbres": "Cuando salían a pasear, él llevaba el rosario en la mano, le daba vueltas con el dedo y rezaba en voz alta. Desde la casa de al lado se les escuchaba dando golpes, con cuencos y con platillos, eran realmente devotos".
"Él estaba muy delgado y no tenía mucha fuerza, por eso pedía a veces ayuda a los vecinos para cortar los árboles. Al parecer, un día, ella les dijo a estos vecinos que estaba tan delgado porque no comía carne y que a ella tampoco se lo permitía", explica.
"La Guardia Civil definió la habitación en la que vivía como un zulo. Al parecer, ella era muy aprensiva y no soportaba los ruidos a la hora de dormir, por eso dormía allí", comenta el vecino.
Uno de los detalles que hizo sospechar a los residentes de la Avenida del Romero que algo pasaba fue que apareció "un coche aparcado" que nunca habían visto: "Al llamar a la Guardia Civil, nos enteramos de que el coche estaba bajo investigación policial y que tenía relación con la persona que había desaparecido, Raquel".
"Vimos a la Guardia Civil la semana pasada haciendo batidas por el campo por si Raquel aparecía. Fue el domingo pasado cuando vimos un gran despliegue policial delante de la casa, hubo un momento en que la Guardia Civil cogió un coche y corrió calle arriba. Cuando bajaron, trajeron al marido esposado", recuerdan en la urbanización.
Raquel trabajaba en El Corte Inglés, en la sección de seguros: "Al parecer, cuando se produjo la desaparición, la Benemérita fue a hablar con sus compañeros de trabajo, que la definían como una buena persona, aunque tenía muy poca vida social".