Parece que pasan desapercibidas entre los glamurosos locales que decoran el céntrico barrio Salamanca de Madrid, pero las tiendas de arreglos de ropa todavía tienen una gran demanda. De hecho, no paran de trabajar: remiendos para el día siguiente, ajustes de talla para dentro de dos días e, incluso, prendas con más dificultad en el perchero esperando para ser modificadas.

Es el caso de Cecilia, una de las dueñas de Arregla T, que se encuentra sola en el establecimiento cosiendo una chaqueta cuando recibe la visita de este periódico. Se turna con su hermana, Natalia, copropietaria del negocio. Las dos argentinas aseguran "no tener tiempo de nada", y el goteo de clientes constante así lo demuestra.

Se mudaron a un local del barrio hace 10 años y, aunque se llevaron a algunos vecinos de la zona en la que estaban anteriormente -cerca del Barrio de las Letras-, la mayoría son residentes de las calles contiguas.

Tanto ellas como sus compañeras de profesión de las tiendas cercanas, como La Retoucherie de Manuela -una de las cadenas de tiendas de arreglos con más presencia en barrios de todo Madrid- o Tintorerías Ronsel, afirman que los bajos de los pantalones y los cambios de cremalleras son los arreglos más comunes del día a día.

A pesar de lo que pudiera parecer del barrio donde se encuentra la famosa Milla de Oro de Madrid, las marcas más comunes no son las más lujosas. La cadena de moda de Amancio Ortega, Zara, es la firma por excelencia en estas tiendas, seguida de Mango. "A veces me encuentro con que vienen en el mismo mes tres vestidos iguales", apunta Natalia de Arregla T.

Rosario cosiendo una prenda en la tienda Laqocha. I.G.

En estos casos, es muy común que vengan sin estrenar. El motivo es el tamaño o los patrones, puesto que les quedan grandes y necesitan unos arreglos para entallarlas a su medida. En este sentido, Natalia dice que los clientes llevan "de todo". "Hasta guantes, para estrecharlos".

Y cuando dicen todo, también se refieren a elementos que no son ropa. Y es que Natalia asegura que hay muchos estudiantes que llegan a la zona a vivir por un tiempo y que llevan cortinas de tiendas como Ikea para acortarlas una vez se acaban de asentar en su nuevo apartamento.

Las perchas con las prendas que están pendientes de arreglar en Arregla T, con marcas como El Corte Inglés o Zara. I.G.

Porque, aunque se puede pensar que el perfil mayoritario en frecuentar este tipo de lugares sea más mayor, lo cierto es que todas las tiendas concuerdan en que hay también bastante gente joven. La mayoría para resucitar las prendas vintage (antiguas) de sus familiares: padres o abuelos.

"Nosotros los llamamos 'arreglos por motivo sentimental'. Son prendas heredadas o de personas queridas que ya no están. Y es bastante habitual porque las quieren conservar por encima de todo", explica Mar Castaño, propietaria de la tienda de arreglos con su mismo nombre. "También los hay que tienen más personalidad y van buscando encontrarse en ese tipo de ropa no tan moderna", dice Natalia.

Vestidos de fiesta y bodas

El local de Mar en específico abrió en el año 1989, un proyecto que empezó su madre, pantalonera de oficio. Ella es modista y no solo hace arreglos funcionales, ya que están especializados en transformaciones más importantes. Esto incluye los trajes de fiesta, vestidos de novia y prendas con materiales más difíciles de tratar como el cuero o el ante.

Desde La Retoucherie de Manuela mencionan que los arreglos para eventos también están presentes durante todo el año. En esos casos, las marcas suelen ser un poco más caras, siendo comunes firmas como Carolina Herrera o Michael Kors.

Yolanda, Lucía y Omaida son modistas de la tienda de arreglos de alta costura, Laqocha. I.G.

"Normalmente, aquí traen prendas de cierto valor, puesto que si son baratas, el precio del arreglo puede llegar incluso a ser superior al precio de compra. Son marcas muy reconocidas, algunas exclusivas", cuenta Pilar Ballesteros, dueña de Tintorerías Ronsel, abierta desde hace 14 años.

En ellas están especializadas las modistas de Laqocha, un negocio que colabora "estrechamente con las marcas de moda más exitosas y lujosas de la Milla de Oro". Se dedican a arreglar vestidos y trajes para eventos, de materiales tan delicados como la gasa o la seda.

La tienda Laqocha en el barrio Salamanca de Madrid. I.G. null

"Ajustamos el largo de la prenda y los entalles. Los cuerpos no son iguales, por lo que un tallaje estándar muchas clientas lo quieren acomodar a su medida", dice Graciela, la propietaria, en conversación con Madrid Total, mientras atiende a contrarreloj a una mujer que necesita su traje para esa misma noche.

También los modifican para que queden al gusto de cada cliente. "La última entrega que hicimos fue la transformación de una chaqueta vintage de Chanel con apliques de perlas". En algunos casos, incluso los crean desde cero. Es el caso del pantalón que está confeccionando Yolanda, una de las modistas de la tienda. "Las cosas más sencillas aparentemente son las que más cuidado y detalle precisan", añade Graciela.

La dueña de Arregla T hace hincapié en los vestidos de boda. "Antes solo había en fechas determinadas, mientras que a partir de la pandemia empezaron a llegar en todas las épocas del año". Aunque la temporada alta de trabajo sigue siendo la primavera y el verano. "Desde marzo, con el comienzo del buen tiempo, hasta agosto, cuando vienen muchos uniformes de colegio", preparándose para la vuelta a la rutina de septiembre.