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El Metro de Madrid es un servicio bastante peculiar. Da cabida a millones de personas cada día y forma parte de su rutina de manera que casi no nos damos cuenta. Y es que bajar hasta sus andenes y montarnos en sus vagones es prácticamente una tendencia que repetimos sin pensar. 

Además, usar el Metro conlleva otro tipo de rutinas. Tener a mano nuestro Abono Transporte, renovarlo, tener cuidado con los tornos, leer los cuentos publicados en algunos vagones o incluso estar atentos a todas las modificaciones que se llevan a cabo y que guardan diferentes particularidades

Sin embargo, el Metro de Madrid es un lugar impresionante por cuestiones que no solemos conocer. Tiene un lado misterioso y diferente con hechos muy curiosos que van construyendo su historia, la cual arrancó en el año 1919. Desde entonces, sus pasadizos secretos y sus túneles han sido testigo de historias particulares. 

Una de las más conocidas es la de la 'estación fantasma' de Chamberí. Sin embargo, no es la única parada que podría considerarse así. Ya que hay otras que por motivos muy diferentes podrían considerarse casi un efecto de ilusión. Esto es lo que sucedió durante años con la desconocida estación de Arroyofresno

Este es uno de los puntos más peculiares de la Línea 7 del Metro de Madrid, la cual abarca desde Hospital del Henares hasta Pitis. Su historia nace con un fallo urbanístico que convirtió esta parada en un enclave fantasma de Madrid de lo más interesante y polémico. 

¿Cómo es la estación de Arroyofresno?

Arroyofresno es la otra estación fantasma del Metro de Madrid. Se construyó en el año 1999 en la parte más al norte de la localidad, dentro de la mencionada Línea 7. De hecho, se encontraba entre los puntos de Lacoma y Pitis. Sin embargo, estuvo inutilizada durante mucho tiempo por una cuestión bastante extraña. 

A pesar de que su construcción estaba aprobada, lo cierto es que estuvo cerrada al público durante muchos años. El motivo fue un fallo en el desarrollo urbanístico de la zona. Se había construido una estación en un lugar en el que no había edificaciones y, por lo tanto, nadie la utilizaba. 

El crecimiento de este área estaba pactado y pautado y por ello una de las primeras construcciones que se realizaron fue esta estación. Sin embargo, hubo que esperar más de dos décadas para que pudiera ver la luz del sol. Fue el 23 de marzo del año 2019 cuando esta estación, construida hacía 20 años, se abrió al público para su utilización

Ahora funciona con total normalidad, pero no ha conseguido quitarse el traje de ser la otra estación fantasma del Metro de Madrid. Se encuentra situada en María de Maeztu con Federica Montseny, en el área residencial de Arroyo del Fresno, el cual forma parte del barrio de Mirasierra, dentro del distrito de Fuencarral-El Pardo. La consolidación de este barrio y la finalización de numerosas promociones inmobiliarias en la zona permitieron su polémica reapertura.

Aunque el público no podía utilizarla, los trenes sí transitaban por ella. No obstante, lo hacían sin detenerse para continuar hacia en dirección hacia Pitis, al norte, o rumbo a Lacoma, al sur. Esta situación de abandono, que perduró más de 20 años, provocó desperfectos en el interior, ya que los actos vandálicos, las pintadas y los múltiples destrozos fueron una constante.​

No fue hasta el año 2017 cuando el gobierno autonómico de Cristina Cifuentes se puso manos a la obra con el proyecto de su rehabilitación para proceder, dos años más tarde, a su reapertura definitiva.