J. Soler
Publicada

Agentes de la Policía Nacional detuvieron hace unos días a tres personas por llevar a cabo la venta de sustancias estupefacientes desde un trastero ubicado en el madrileño distrito de Tetuán, tal y como ha informado la Jefatura Superior de la Policía de Madrid este miércoles en un comunicado.

La comercialización y consumo se producía en este local, de apenas 20 metros. Las investigaciones realizadas en estos meses llevaron a efectuar el día 15 de octubre un registro en su interior, donde se localizaron más de 300 gramos de pastillas de éxtasis, 31 gramos de cocaína, 88 gramos de hachís, además de pastillas de metadona, potenciadores sexuales y benzodiazepinas.

Los agentes incautaron también numerosas armas blancas como espadas o catanas, entre otras, y diversas herramientas empleadas en robos con fuerza. En el interior, los investigadores pudieron encontrar teléfonos móviles, televisiones, ordenadores, bicicletas de gran valor o patinetes eléctricos que se encontraban denunciados como sustraídos.

Por tales hechos la Policía Nacional procedió a la detención de estas personas como presuntos autores de un delito contra la salud pública, tenencia ilícita de armas y un delito contra el patrimonio, siendo puestos a disposición de la autoridad judicial.

Cinco detenidos en San Blas

No es el único caso relacionado con tráfico de drogas que ha tenido lugar en Madrid. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en el madrileño distrito de San Blas-Canillejas a un grupo criminal formado por cinco personas (tres mujeres y dos hombres) que se dedicaban a la venta de drogas, lo que provocaba continuas quejas y hasta manifestaciones de los vecinos.

La investigación se inició el pasado 16 de mayo cuando los agentes tuvieron conocimiento de la posible existencia de un punto de venta en los alrededores del madrileño parque Paraíso. Avanzadas las pesquisas, los agentes pudieron descubrir la gran afluencia de personas en las inmediaciones de este domicilio al que acudían para adquirir sustancia estupefaciente.

El modo de funcionamiento de este grupo se basaba en la división de dos canales de distribución. En el directo, cuatro personas se dedicaban tanto a la regencia del piso como a la custodia, corte y preparación de las sustancias, las cuales vendían desde la propia vivienda.

En el canal indirecto, contaban con colaboradores que vendían la droga en las proximidades de un parque cercano al piso, provocando situaciones de inseguridad en el vecindario.