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Desde hace más de 42 años, Manolo y su mujer Juana abren todos los días las puertas de la floristería Baccara, ubicada en el paseo de las Delicias número 33, en pleno corazón de Arganzuela. Se trata del tercer negocio más antiguo de esta famosa calle, una de esas tiendas 'de toda la vida' que, por desgracia, echará el cierre de manera definitiva el próximo día 30 de diciembre por la jubilación de sus dueños.

Un retiro que Manolo y Juana han decidido adelantar por culpa de las obras de Línea 11 de Metro que han ocupado gran parte de la zona, ocasionando ruido, molestias, inseguridad y grandes dificultades de acceso a los negocios a pie de calle, como es el caso de la floristería Baccara. 

La decisión de adelantar la jubilación y colgar el cartel de 'cerrado' no ha sido nada fácil. Este matrimonio recibe a Madrid Total en el interior de su floristería y comienza contando cómo fueron los primeros pasos de su negocio: "Empezamos hace nada menos que 42 años en el local contiguo a este, que mide poco más de 18 metros cuadrados. Nuestro objetivo principal siempre ha sido dar un buen servicio, por eso fuimos creciendo poco a poco y hemos obtenido unos clientes muy fieles, no solo el barrio, sino por todo Madrid".

Manolo y Juana cuentan que han visto el barrio "crecer y cambiar" a lo largo de los años. Pero ahora, las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro han provocado cierta sensación de "inseguridad", sobre todo "por la noche", cuando los peatones tienen que pasar "por unos túneles" que más parecen "un gueto". 

"Cuando instalaron en agosto todas las vallas, la sensación que tuvimos fue horrible. Sentíamos como todo se iba cerrando y que ya no veía nada. A todo eso hay que sumar el ruido constante que empieza pronto por la mañana y termina por la noche, es realmente molesto", cuentan.

Manolo y Juana en la puerta de Baccara, su floristería. Jesús Soler

Antes del mes de agosto, Juana y Manolo habían pensado en dirigir la floristería durante "dos años más". De hecho, apuntan a que, en la actualidad, siguen teniendo "una clientela fiel", pero han perdido "la venta de paso" porque ya "no pasan coches" por la calle y tampoco hay "paseantes" que ven la floristería y se paran a comprar. 

Cuando llegó la enorme obra, Manolo calculó entre un 35 o un 40 por ciento de bajada de ventas: "Nosotros podemos reducir una serie de gastos, pero, al final, en la floristería somos un equipo de siete personas. De hecho, no somos el único negocio afectado por las obras de ampliación de la Línea 11, le está pasando lo mismo a toda la calle". 

"Ya no hay paso atrás. Hemos decidido que el día 30 de diciembre ya no se abre la floristería. Nos va a costar mucho porque hemos creado este negocio y le hemos dedicado mucho tiempo e ilusión, es una sensación agridulce", cuentan Manolo y Juana.

Cuando los dueños de Baccara se enteraron de que comenzaban las obras de ampliación de la Línea 11 de Metro, no pensaron que fueran a tener "tanta dimensión". Se lamentan de que nadie se puso en contacto con ellos para avisarles de que la calle iba a quedar "completamente cerrada". 

"Es normal que en una ciudad tan grande como Madrid haya obras para mejor las infraestructuras, pero es una pena que cuando se ejecutan no se tenga en cuenta a los comercios que van a sufrir un impacto, como está pasando en el paseo de Delicias", lamenta Manolo. 

Como no puede ser de otro modo, para los clientes, el cierre de Baccara también ha sido una mala noticia: "Este mismo martes, vino una clienta a comprar un ramo de flores para su hija, que se casa. Lo curioso es que esta misma clienta también compró su ramo de novia con nosotros, hace ya muchos años". Una prueba clara de que se va del corazón de Arganzuela uno de esos negocios 'de toda la vida'.