Cuando está a punto de caer el sol, Alberto López, Javier Sintes, o cualquiera de sus 23 compañeros de unidad, se meten en su traje de camuflaje, instalan en el tronco de un grueso árbol una plataforma a tres metros del suelo, se equipan con un arco de caza profesional y, sin moverse prácticamente nada, mimetizados con el entorno, esperan pacientes a que aparezca su presa: uno de los miles jabalíes salvajes de Madrid.
Puede parecer una escena sacada de una novela de aventuras o de una película de acción, pero no es así. Tiene lugar en diversos puntos de la región, cuando el ayuntamiento de algún municipio requiere la presencia del SCAES-FMC, es decir, el Servicio de Control con Arco de Especies Silvestres, una unidad perteneciente a la Federación Madrileña de Caza cuya misión es controlar la población de jabalíes en Madrid, unos animales que pueden poner en riesgo a la población de diversas maneras.
José Lara, el Jefe Área de Caza y Pesca de la Comunidad de Madrid, explica a Madrid Total que, en la actualidad, hay "entre 35.000 y 40.000 ejemplares de jabalí en la Comunidad de Madrid". Se trata de un animal que Lara describe como "prolífico, inquieto y territorial" y cuya población "se debe controlar" puesto que ha provocado accidentes de tráfico muy graves, se ha colado en zonas de seguridad, como el aeropuerto de Barajas, y es transmisor de graves enfermedades.
El último incidente mediático con este mamífero se produjo el pasado domingo 20 de octubre, cuando un jabalí desorientado apareció en las calles del barrio de Entrevías. La Policía Municipal de Madrid trató, sin éxito, de sedar al animal, pero ante su comportamiento violento, un agente tuvo que abatirle a tiros. Además, durante los últimos 15 días, en la zona de Collado Mediano se han registrado cinco accidentes de tráfico con jabalíes, tres de ellos en una hora.
Los arqueros del SCAES dan caza a los jabalíes como se hacía hace miles de años: equipados con un arco, unas flechas, subidos a un árbol y ocultándose en el entorno del animal. Eso sí, el suyo es un arco profesional y moderno. Un sistema de caza que, Javier Sintes, miembro fundador de esta unidad, define como "discreto, limpio y que no conlleva riesgo para las personas".
Un control poblacional
Alberto López, delegado de Federación Madrileña de Caza y director del SCAES, y Javier Sintes Pelaz, escritor, arquero profesional y asesor ambiental del SCAES, reciben a EL ESPAÑOL en el club Arqueros de Torote, ubicado la localidad de Fresno de Torote. Cuentan que el origen del SCAES está "en el año 2011", cuando el consejero de Medio Ambiente les pidió ayuda "para controlar a los jabalíes en una zona muy particular y como una prueba piloto".
"Creamos el grupo, que fue el primero en España y Europa, entre Javier, otro compañero llamado Emilio de la Cruz y yo y cada uno tenemos un rol concreto en el SCAES. El motivo por el que se nos requirió en aquella prueba piloto en 2011 fue porque los jabalíes estaban causando daños en la fauna y la flora de una zona e incluso se habían producido accidentes de tráfico, por eso, era necesario un control de estos animales. En la zona afectada, no se podían poner jaulas o trampas porque podían suponer un riesgo para los animales domésticos o incluso para los niños", explica Alberto.
Durante aquella prueba piloto, se eliminaron un total de "ocho jabalíes". Fue a partir de este momento cuando se llevaron a cabo convocatorias "en abierto" para formar una unidad. El perfil que se buscaba era de gente que ya tuviera experiencia en "caza con arco, en tiro" y lo más importante, que tuvieran "la madurez y el conocimiento suficiente" para llevar a cabo la actividad con absoluta seriedad y respeto.
Alberto insiste en que su labor consiste en "un control poblacional sobre jabalí": "A los aspirantes se les hace un tutelaje, una formación y, a pesar de que son cazadores, buscamos que nuestro equipo esté formado por gente madura, cuyo objetivo no sea 'matar' animales".
Por eso, los arqueros del SCAES siguen un protocolo de actuación muy estudiado y claro antes de subir a un árbol a dar caza a un jabalí. Por ejemplo, saben "dónde está el hospital más cercano" por si hay un accidente, siempre actúan "en pareja", cuentan con veterinarios que les han dado formación sobre cómo actuar "en caso de que un animal tenga zoonosis" y tienen conocimientos "en primeros auxilios y en escalada". Tienen además un grupo de WhatsApp en el que los arqueros que están 'de servicio', comunican su posición y su actividad en todo momento. Un control absoluto del entorno, de la situación y de sí mismos.
"Hemos llegado a ser 55 arqueros en el SCAES y ahora mismo somos un equipo de 25. Cuando una entidad, como por ejemplo el ayuntamiento de un municipio, tiene un problema por la presencia de jabalíes, contacta con la Consejería de Medio Ambiente y ellos les ofrecen diversas opciones de control, entre ellas la nuestra, que tiene una particularidad: tiene coste 0. Esta es una actividad que hacemos de manera altruista y se trata de una simbiosis de cooperación entre Medio Ambiente y cazadores", cuenta Javier.
"Cirugía ambiental"
Una vez que el SCAES recibe una solicitud, los arqueros comprueban "la viabilidad" de dar caza a los jabalíes en cada entorno: "Hacemos un informe técnico de cada sitio en el que actuamos, por ejemplo, hemos estado recientemente en una zona en la que había muchos niños y también mucha presencia de jabalíes, por lo que se requería un control. Por eso, fuimos a la zona y comprobamos que a las 23.00 horas se cerraba el complejo afectado y no quedaba nadie. Ante una situación así, no hay ningún riesgo y podemos actuar".
Por eso, estos arqueros veteranos destacan que a ellos se les "requiere" en un determinado punto de la Comunidad de Madrid, no son "cazadores anhelantes de matar animales" y ninguno de los miembros del SCAES lo es.
Por otro lado, el arco es "un complemento a la caza clásica con arma de fuego", pero sí provoca un "efecto de miedo en la zona" que los animales perciben. Javier define la actividad del SCAES como una "cirugía ambiental" y jamás como "caza recreativa".
Una vez que los arqueros del SCAES cazan a un animal, redactan una ficha con todas sus características: quién lo ha cazado, a qué hora, si es hembra o macho, etc. Estos animales se destinan a "recuperar aves" en un centro que tiene la Comunidad de Madrid.
En la actualidad, el Servicio de Control con Arco de Especies Silvestres ha cazado 798 animales desde que se fundó un remoto día del año 2011. La gran mayoría son jabalíes, pero también se han hecho con "28 cérvidos y 58 cabras montesas": "En las zonas que son reserva de la biosfera no se permiten armas de fuego y tienen el grado de protección más alto. Tuvimos un caso en el que se produjo un brote de tuberculosis y la Consejería nos pidió cazar machos y hembras de varios animales para hacerles analíticas e identificar la enfermedad".
"Los jabalíes son animales inteligentes que pueden suponer un riesgo para los humanos por diversos motivos. Siempre se habla de los accidentes de tráfico que han causado estos animales, pero lo cierto es que también son transmisores de graves enfermedades, como la Tuberculosis o la Hepatitis E, que en muchas ocasiones han llegado a los humanos", explica Javier.
Pioneros y arqueros veteranos
Además de delegado de Federación Madrileña de Caza y director del SCAES, Alberto es también instructor de la Federación Española de caza. El tiro con arco es también su hobby. Comenzó su camino en esta disciplina hace "30 años" y no tiene "permiso de armas de fuego". Además, a nivel deportivo también tira con arco, pero se trata de una actividad muy distinta a la caza de jabalíes.
Por otro lado, Javier Sintes, cuenta que se enamoró de la caza con arco "cuando era pequeño", desde que cayó uno en sus manos. Cuenta que siempre ha concebido su actividad como una "caza conservacionista", cuyo objetivo es potenciar "una ecología natural" para mantener las especies y los hábitats "de la forma más natural posible".
"Después de viajar mucho, me di cuenta de cómo en diversos países se aprovechaban de la caza con arco. En este sentido, la nación más veterana es Estados Unidos y Canadá. Me hice instructor y poco a poco nuestra actividad comenzó a expandirse, pero nosotros fuimos los primeros. Estamos muy contentos, porque ya hay nueve ciudades españolas con grupos de cazadores con arco: Oviedo, Gijón, Vigo, Málaga, Mijas, Alicante o Denia, por citar algunas", concluye Javier.