El siglo XXI acababa casi de echar a andar cuando Madrid tenía ilusión por el sueño Olímpico. Era una de las ciudades que sonaban con fuerza para albergar los Juegos del año 2012 y, como no puede ser de otro modo, había que preparar y renovar diversas infraestructuras. Entre ellas, una serie de edificios cuyo objetivo sería el de albergar a los atletas y que, después del evento, podrían convertirse en pisos turísticos. Es el principio de la historia del conocido ahora como 'hotel okupa' de San Blas.
Ubicado en la calle Lola Flores número 5, este complejo residencial dividido de cuatro bloques terminó albergando apartamentos turísticos a los que varias familias se mudaron. Fue en el año 2013 cuando empezaron a cambiar.
Los okupas comenzaron a entrar en las casas que se quedaban vacías y, poco a poco, el lugar se fue degradando hasta convertirse en el 'hotel okupa', un verdadero submundo a muy poca distancia del aeropuerto de Barajas y rodeado de hoteles en los que se reúnen importantes empresarios. Ellos ignoran que a pocos metros se produce menudeo de droga, graves problemas sociales y, en poco más de 24 horas, un asesinato y el caso de una mujer que murió accidentalmente por inhalación de monóxido de carbono.
Hablando con uno de los encargados de uno de estos hoteles situado cerca de la urbanización okupa de San Blas, su respuesta es clara: "Pues te puedes imaginar. No es nada fácil llevar el negocio conviviendo al lado de un complejo de edificios que alberga droga, armas y delincuencia".
Estas mismas fuentes apuntan a que fue "poco después de la pandemia" cuando los problemas "aumentaron" en el 'hotel okupa'. Siempre se han visto "redadas y actuaciones de la Policía" en el complejo, pero fue cerca del "año 2021" cuando la situación comenzó a ser insostenible.
"Hace tan solo dos semanas hubo una pelea multitudinaria a la salida de uno de los bloques y lo que es peor, en poco más de 24 horas se ha producido un homicidio y una joven ha muerto por asfixia. Todo en el mismo punto", apostilla este empresario.
Otro de los responsables de uno de los hoteles cercanos al complejo okupa comparte la opinión de su compañero: "Es difícil tener el 'hotel okupa' al lado. Al hotel vienen empresarios que hacen reuniones y gente que pasa una o dos noches aquí por la cercanía al aeropuerto y no es agradable saber que justo a lado hay un nido de delincuencia. Estamos preocupados, porque en este año ha subido considerablemente la inseguridad, aunque también la presencia policial".
Sobre el asesinato que tuvo lugar el domingo en el bloque 1 del 'hotel okupa' y la muerte de una joven venezolana que sucedió durante la tarde-noche del lunes, los responsables de los hoteles coinciden en que se trata de "la prueba" de que los problemas "han aumentado mucho" en la zona.
En la entrada del bloque 1 del 'hotel okupa' se encuentran diversas mujeres peruanas limpiando las hojas de la calle. Fue en ese mismo punto donde el pasado domingo hacia el mediodía, Calero, un colombiano aficionado al fútbol, fue degollado por miembros del equipo rival. Murió tras perder una gran cantidad de sangre justo en el mismo punto donde, ahora, este grupo de mujeres limpia la calle. La Policía Nacional ya tiene identificado a su asesino.
Familias trabajadoras y personas conflictivas
"En este inmueble convivimos personas trabajadoras con gente conflictiva. Yo llevo viviendo aquí tres meses, en un cuarto que me han dejado y he visto de todo: gente responsable que se marcha todas las mañanas a su jornada laboral, tráfico de drogas, marginalidad, el asesinato de Calero y, por desgracia, lo más reciente es la muerte de una joven venezolana de tan solo 25 años".
Al mencionar este caso, esta vecina del 'hotel okupa' cuenta que su muerte se produjo por "ignorancia": "Todos tenemos generadores de electricidad que funcionan con gasolina y que dejamos en la terraza. Esta joven lo metió dentro por algún motivo y terminó asfixiándose por los gases nocivos que desprende. Fue una muerte accidental y su pareja no lo podía creer, los dos trabajaban de camareros y tenían un pero dálmata muy bonito".
Una de las vecinas invita a entrar en su casa. Para llegar a ella, hay que cruzar el vestíbulo del bloque 1 del 'hotel okupa'. Las paredes están llenas de graffitis, hay sillones destrozados, los techos están caídos y con goteras y, al final de un oscuro pasillo, se encuentra la vivienda de esta vecina.
"A pesar de que vivíamos en el mismo pasillo, yo no conocía mucho a Calero. El domingo, cuando lo mataron, yo me encerré en casa y eché el cerrojo, porque vi que había una nueva bronca entre los equipos colombianos rivales", cuenta esta vecina a Madrid Total.
Por otro lado, apunta a que en el 'hotel okupa' viven unas "100 familias" en "malas condiciones" y piden al Ayuntamiento "que les reubiquen".
Fuentes policiales definen el 'hotel okupa', como un "nido de problemas" y enumeran las diversas reyertas que ha habido, además de los sucesos más recientes. Además, sobre el garaje del inmueble, informan de que está "inundado" lo que supone un foco "de insalubridad".
Al preguntar por algún tipo de solución para el 'hotel okupa', sostienen que es "muy difícil", porque se trata de un complejo "muy grande" en el que, en su interior, suceden "problemas de distintos tipos": "Es un verdadero submundo de Madrid".