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No muchos de los peatones que pasan delante del Hospital Universitario Niño Jesús, ubicado en la calle Menéndez Pelayo 65, saben que en la parte de atrás de este centro se alza un edificio muy especial. Se trata de la casa Ronald McDonald de Madrid que pertenece a la Fundación Infantil homónima. Un inmueble cuya finalidad es hospedar a familias cuyos hijos necesitan tratamientos médicos de diversos tipos. Y en muchas ocasiones se trata de pacientes oncológicos

Nada más entrar en el edificio, se percibe una atmósfera especial. En una sala de juegos, un padre baja por un tobogán con el pequeño Mateo hasta zambullirse en una piscina de bolas. Su hermano Fran, de 10 años, necesita tratamiento en una clínica de Pozuelo. Por eso Mateo y su familia se han trasladado desde Murcia a la casa Ronald McDonald de Madrid.

El padre de estos niños explica que, ante una situación tan "delicada", el haber llegado a este 'hogar fuera del hogar', ha sido "clave", puesto que si no, sería realmente "difícil" costear una estancia de un tiempo indeterminado en un hotel de Madrid.

Como la suya, hay miles de historias de familias que han pasado por esta casa, que se encuentra a pocos metros del Hospital Universitario Niño Jesús. Una ubicación clave en caso de que alguno de los pacientes requiera algún tipo de atención de urgencia. 

El próximo viernes 6 de diciembre será un día especial para la Fundación Infantil Ronald McDonald. Todo el dinero que se recaude en la venta de Big Macs irá destinado a ayudar a las familias que se alojan en esta casa. Además, este día, la mítica hamburguesa tendrá una edición especial en forma de corazón. 

Una de las salas de la casa Ronald McDonalds. Fundación Infantil Ronald McDonald

Tal y como explica Rocío Balsón, responsable de Comunicación y Marketing de la Fundación Infantil Ronald McDonald, desde que se inauguró la primera casa en Barcelona, se ha atendido a "más de 18.000 familias". En total, hay en España hay otras tres casas de la Fundación que se encuentran en Málaga, Valencia y Sevilla. 

En este hogar de Madrid hay salas de juegos con ordenadores, juegos de mesa, piscina de bolas... Un ambiente que transmite "paz y tranquilidad" a las familias que residen en esta casa para mitigar una situación tan delicada como es tener un hijo enfermo. Además, colaboran nada menos que 40 voluntarios que organizan actividades, ayudan en la casa y brindan su apoyo a la Fundación. 

Un apoyo "fundamental"

Madrid Total ha podido charlar con tres familias que viven en la casa Ronald McDonald de Madrid. Tres historias diferentes que se han encontrado y se han conocido en este hogar tan especial. A pesar de que cada situación es distinta, las tres familias coinciden en que "el apoyo" que han recibido en esta casa ha sido "fundamental" para afrontar las enfermedades de sus hijos. 

Iraide tiene 12 años. Es una paciente oncológica que llegó a la casa el pasado 6 de octubre. Si todo va bien, podrá volver con su familia a su casa de Cruces (País Vasco) a finales de enero, pero su padre dice que no "tienen prisa" que lo importante es que "todo salga bien". 

La madre de Iraide destaca que la casa está "totalmente preparada" para atender a pacientes oncológicos. Algo fundamental dada la delicada situación que viven estos niños y sus familias. De hecho, la propia Iraide recalca que la casa "tiene de todo" y afirma que sería "imposible para algunas familias" costearse un hotel en Madrid para "una estancia indeterminada de tiempo". 

Iraide cuenta a Madrid Total que su enfermedad ha marcado un antes y un después en su vida: "Cuando eres un paciente oncológico, te quitan el colegio, los amigos, el deporte... Te quitan la vida. Pero aquí en la casa, todos estamos en una situación de responsabilidad y compartimos nuestras experiencias. Eso ayuda a sobrellevar la situación un poco mejor". 

Agoney con su familia. Jesús Soler

"Los niños quieren estar con niños. Por eso, aunque yo no pueda estar con mis amigos del colegio en Cruces, aquí he conocido a otros niños con los que puedo estar, así se puede luchar contra la sensación de aislamiento que supone ser un paciente oncológico. Además, aquí la higiene está pensada para pacientes de todo tipo, cosa que no sucede en un hotel", cuenta con rotundidad Iraide

Un caso muy distinto es el de la pequeña Amaya, que nació muy prematura: con tan solo cinco meses. Su madre, su padre y su hermanito León, que son de Canarias, se mudaron a la casa Ronald en agosto, cuando se produjo el nacimiento prematuro mientras estaban de visita en Madrid. 

Los padres de Amaya se vieron entonces en una situación muy difícil y compleja: con una hija recién nacida e ingresada, un niño muy pequeño y lejos de su casa. Por eso, destacan que la estancia está siendo "una maravilla": "Conoces a otras familias y puedes hablar con gente que realmente te ayuda a desconectar de la realidad tan dura que estás viviendo. Además, la casa es realmente acogedora, te llegas a sentir en tu propio hogar, por eso, mi familia y yo nos quedamos con la tranquilidad, el espacio para los niños y la convivencia". 

Agoney es otro paciente oncológico que vive con sus padres en la casa Ronald McDonald desde abril. Ellos vienen de Canarias y Yurena, la madre de Agoney destaca que la casa es "un sitio totalmente seguro por estar justo al lado del Hospital Niño Jesús". 

"Esta misma mañana, a Agoney le han tenido que hacer una punción lumbar y le han mandado reposo absoluto. No hemos tardado nada en llegar a la casa desde la sala donde le han hecho la prueba y tiene una habitación muy cómoda en la que reposar" cuenta Yurena. 

Tres familias con tres historias distintas que han coincidido en la casa Ronald McDonald, un edificio de Madrid que encierra tras sus puertas historias reales, complejas y duras, pero que es a la vez un espacio seguro en el que se respira verdadera magia y ganas de vivir.