El sueño cumplido de Adrián y Daniel, con discapacidad y contratados por Cibeles: "Ha sido duro y nos ha dado la vida"
- Los jóvenes han logrado dos de las plazas reservadas por el Ayuntamiento a personas con discapacidad intelectual: "Nos ha dado tranquilidad".
- Más información: Calixta, 89 años, comparte 'pupitre' con el pequeño Oliver: la única residencia con guardería en Madrid
Adrián Montero, de 30 años, y Daniel Garrido, de 22, se conocieron hace poco más de un mes. Ambos han recorrido caminos diferentes hasta encontrarse gracias a sus nuevos puestos de trabajo. Pero uno les escucha hablar y descubre que sus historias coinciden en puntos clave. Coinciden vivencias y aspiraciones. Y coinciden las inquietudes de sus familias. También su alegría. Los dos jóvenes tienen discapacidad intelectual y acaban de ingresar como funcionarios del Ayuntamiento de Madrid.
"Obviamente, es el trabajo de nuestra vida", asegura Adrián, que rápidamente revela su siguiente objetivo: "Intentar ascender... A mí me gusta ir lo más alto que se pueda". En octubre comenzó como parte de la Unidad de Apoyo POSI (Personal de Oficios Servicios Internos) del Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad. Daniel también trabaja en la Unidad de Apoyo POSI, pero en la del Área de Gobierno de Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad.
Los dos compañeros se reúnen con Madrid Total en la quinta planta de un edificio con grandes vistas a la calle Raimundo Fernández Villaverde. En ese mismo lugar se encuentra el espacio Madrid Talento, un proyecto impulsado por el Área de Economía, Innovación y Hacienda para captar, valga la redundancia, talento externo y cuidar el interno. Adrián y Daniel son dos de los opositores que han logrado plaza en el segundo proceso selectivo para personas con discapacidad intelectual llevado a cabo por el Consistorio de José Luis Martínez-Almeida.
Acuden a la cita con este diario el jueves 28 de noviembre, acompañados de sus familiares: Adrián, respaldado por su pareja Mireya y su madre Isabel; y Daniel por su padre Vicente.
Fue en junio cuando se enteraron de la buena noticia. La "alegría fue grande", pero después llegó la "angustia" de entregar a tiempo la documentación que les pedían, recuerda Vicente, que además es vicedecano de Investigación y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos.
La madre de Adrián resume así qué sintió en aquel instante. Para el padre y la madre de un chico con estas características -cuenta Isabel- siempre aparecen preguntas sobre el futuro de sus hijos: "¿Cómo terminará? ¿Va a tener un trabajo fijo? ¿Va a poder ser independiente económicamente...?". Por eso, conseguir un hueco en Cibeles ha supuesto una "tranquilidad".
A Isabel se la nota especialmente orgullosa del logro de Adrián: "Desde muy chiquitito, como yo soy funcionaria, me decía: 'Yo voy a ser funcionario como mi mamá'. Y al final lo ha conseguido. Es muy constante y tenaz. Ha conseguido todo lo que se ha propuesto". Pero el camino de los últimos meses y años ha sido "duro".
Camino "duro"
Adrián había trabajado como camarero y como vigilante. Su último puesto antes de ingresar en el Consistorio madrileño fue en la cafetería de una universidad. Se enteró por su madre de que existía este proceso para personas con discapacidad intelectual y se puso a ello. De la misma manera que lo intentó en otras oposiciones del Estado y de la Comunidad de Madrid. "Casi todas las he aprobado, sólo que no he conseguido plaza...". En las de Cibeles sacó la segunda mejor nota y logró el objetivo.
El resultado fue posible gracias a su rutina: estudiar antes de ir al trabajo, marcharse a la cafetería y seguir hincando los codos hasta las 23 o 24 horas. "Como ha estado uniendo una oposición con otra, no había parón entre medias". Ahora, vive con "mucha tranquilidad" y elogia el ambiente entre sus compañeros. En su entorno de trabajo se "gestionan todas las ayudas sociales a mujeres y familias que no tengan muchos recursos", apunta.
Trabaja 35 horas semanales, siete cada día. Pasa las tardes en su casa de Majadahonda, donde está independizada con su pareja Mireya. Y dice que le ha cogido el gusto a las siestas para las que antes no tenía tiempo. Ver películas, jugar a la PlayStation y cuidar de su perro son algunos de sus pasatiempos.
Daniel, unos ocho años menor que su compañero, cumple las mismas horas. No tenía vida laboral previa. Conoció la oportunidad a través de la Fundación Aprocor y se empapó del temario municipal desde noviembre de 2022 a febrero de 2024, cuando se celebró el proceso. "Le dimos cinco vueltas al temario... Aquí te tienes que saber las vocalías, los directores generales, el Ayuntamiento entero", añade su padre.
Dentro de sus funciones en Medio Ambiente están la de controlar los accesos de los visitantes que llegan al Palacio de la Cibeles y ayudarles a encontrar su destino. También, como el dice, hace muchos "recados fuera", colaborando en la entrega y recogida de materiales. La experiencia -concluye- está siendo "muy buena": tanto por sus compañeros y jefes, "que te arropan cuando llegas", como por las condiciones, "que son muy buenas". "¡Disfruto mucho!", añade.
Sus ratos libres los dedica al ajedrez, a ver alguna película, ir al gimnasio o irse de cañas con sus amigos, aunque no bebe alcohol.
Hay una crítica general en la que coinciden las dos familias y los dos jóvenes funcionarios: el lenguaje de las administraciones, en general, debería estar más "adaptado" a personas con discapacidad intelectual.
El éxito de Adrián y Daniel no se queda aquí. Ambos tienen planes de futuro. Ascender en su propio departamento, dentro del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida. "Ser funcionario te cambia totalmente la vida", dice el más joven, que quiere ahorrar para comprarse una casa propia. Adrián también busca un cambio en este sentido: mudarse con Mireya a Alcorcón.
"Perfectos ejecutores"
En la recta final de la charla entre los trabajadores y sus familias con este periódico aparece Antonio Sánchez Díaz, director general de planificación de Recursos Humanos del Ayuntamiento. Tal y como apunta, por ley, las administraciones tienen que reservar un 5% de plazas de su oferta pública para personas con discapacidad. Y luego un 2% adicional a aquellas con discapacidad intelectual, algo que "no es tan común que se lleve a la práctica".
Bajo el mandato del actual alcalde, se ha adoptado una "línea de continuidad" para incorporar a las filas municipales a este tipo de personal. La primera promoción de personas con discapacidad ingresó en 2022. La segunda ha sido la de Adrián y Daniel, con 24 plazas. Y la tercera contará con 34 plazas y se convocará más adelante.
"La experiencia está siendo súper positiva", resume Sánchez Díaz. "Quienes tienen en su servicio a personas con discapacidad nos dicen que están encantados. Por un lado, son súper cumplidores, personas que sólo necesitan instrucciones expresas y claras para saber cuál es su tarea. Pero son unos perfectos ejecutores", afirma. El alto cargo añade otras cualidades: tienen una "empatía brutal en la atención hacia el público y aportan un montón de creatividad". Y, además, remata Sánchez Díaz, "te enseñan muchas cosas".