Una foto promocional de la finca El Campillo, uno de los lobos vistos en la zona y una de las ovejas atacadas.

Una foto promocional de la finca El Campillo, uno de los lobos vistos en la zona y una de las ovejas atacadas.

Sociedad

Los ganaderos de la Sierra de Madrid acechados por los lobos: "No puedo proteger a las ovejas metiéndolas en la cama"

Desde la Finca El Campillo de El Escorial explican que ellos y sus vecinos ven a estos depredadores incluso de día: "Es una pesadilla".

Más información. El ataque salvaje de una manada de lobos en El Escorial: 11 corderos, cuatro ovejas y cuatro sementales devorados

Publicada
Actualizada

Los ataques de lobos en fincas de San Lorenzo de El Escorial y alrededores, en la Sierra de Madrid, han puesto en jaque a los ganaderos locales, que describen una situación desesperante tras varios ataques en la zona con pérdidas significativas.

En El Campillo, una finca con 550 hectáreas y una historia que se remonta a la época de Felipe II, los depredadores han acabado con 11 corderos, seis ovejas y cuatro sementales, según relata a Madrid Total Francisco Zamarreño, uno de los afectados, como portavoz de la finca, propiedad de su mujer: "Llevamos cinco días que es una pesadilla".

Ellos, que cuentan con 650 cabezas de vacuno y 100 ovejas, tuvieron un problema similar hace seis años pero fue "algo puntual". El verdadero problema ha empezado ahora. Y no es la única víctima de los lobos ni se trata de un caso aislado. Uno de sus vecinos, que enfrenta una situación similar, ha perdido cerca de 30 animales.

Campillo añade que su "vecino de abajo estuvo todo un año sufriendo ataques". Y es un problema que se está volviendo común y sufren varios de ellos: "Hay muchos más, seguro", asegura. De hecho, sólo en 2024 se registraron 183 ataques de lobo a cabezas de ganado de Madrid.

Según la Unión de Agricultores, Ganaderos y Selvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA), en toda la región se han reportado eventos similares, lo que pone en evidencia un problema creciente que amenaza la sostenibilidad de la ganadería. En palabras de su presidente, Alfredo Berrocal, "la convivencia lobo-ganadería será inviable sin una gestión responsable, seria y equitativa".

Impotencia ante la ley

Campillo, cuya familia administra esta finca desde 1987 que también organiza bodas y eventos, explica que los lobos no solo atacan de noche, sino que también se han dejado ver durante el día. A pesar de los esfuerzos por proteger el ganado mediante pastores eléctricos y mastines, el problema persiste. 

"El otro día bajaba un chico de la finca a la por la mañana y se encontró un lobo bajando tranquilamente la carretera de la finca", relata.

Lobo avistado cerca de la finca El Campillo

"No puedo meterlas en la cama", comenta con resignación al hablar de las ovejas, subrayando la impotencia que sienten los ganaderos cuando les dicen que las metan en casa y bajo techo. "Ya están al lado de casa, tenemos pastor eléctrico, mastines...", cuenta.

Los ganaderos denuncian que las normativas actuales, que prohíben actuar contra los lobos, los dejan en una posición de indefensión. "No podemos hacer nada, solo mirar cómo se comen las ovejas", lamenta Campillo, al referirse a un animal designado como especie protegida.

Piden medidas

Aunque el Ministerio de Transición Ecológica establezca ese estatus al animal, el sector ganadero asegura que esta protección no va acompañada de medidas efectivas para prevenir los ataques o para compensar de manera adecuada las pérdidas sufridas.

UGAMA sostiene que, en regiones como Castilla y León, podría haber más lobos que en toda Francia, lo que ejemplifica la magnitud del desafío. Y es algo que, según los testimonios de los ganaderos y los casos registrados, también está afectando a Madrid.

Pese a que los datos del Área de Hábitats y Especies Protegidas de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior indican que hay 35 lobos ibéricos repartidos en más de cinco manadas, el número de ataques habla de su crecimiento. Desde UGAMA reclaman un nuevo censo que refleje con exactitud la población actual de este animal y que permita implementar estrategias adaptadas a cada zona.

Campillo, como otros ganaderos, apuesta por soluciones más equilibradas, como el uso de collares de control o el traslado de ejemplares conflictivos a zonas protegidas. "En otros países, si un lobo tiene comportamientos problemáticos, lo capturan y lo llevan a centros de fauna salvaje. Aquí no tenemos medidas así, y estamos sufriendo las consecuencias", señala.

Las compensaciones tampoco alivian la situación. Según Campillo, el dinero recibido, en caso de que llegue, no cubre ni de lejos el esfuerzo invertido en los animales. "Por un semental que hemos criado durante años para mejorar el rebaño, te dan 60 euros. Es ridículo". La indignación crece ante el abandono percibido por parte de la Administración, que aún no ha convocado la Mesa del Lobo en la Comunidad de Madrid.

El impacto de estos ataques trasciende lo económico. Las pérdidas minan el ánimo de los ganaderos, quienes consideran que la falta de soluciones pone en riesgo no solo su modo de vida, sino también el futuro del campo madrileño.