El legado de Antonio Lamela: el arquitecto de la Costa del Sol
Sus trabajos marcaron un antes y un después en el despegue turístico de la provincia, con los ejemplos del hotel Tres Carabelas y La Nogalera, en Torremolinos.
14 agosto, 2021 08:20Noticias relacionadas
La reciente presentación del diseño del que será el gran hospital de Málaga, con una inversión estimada en 375 millones de euros, ha vuelto a unir la provincia con un apellido ilustre: Lamela. Una referencia indispensable para entender la arquitectura de la Costa del Sol en los últimos 60 años, cuando la industria turística daba los primeros pasos, y ahora, en pleno siglo XXI.
De esta última etapa es fiel exponente la labor que viene protagonizando Carlos Lamela, al frente de uno de los grandes estudios de arquitectura nacional e internacional. Suya es la firma, en parte, del tercer hospital, trabajo de especial relevancia que viene a sumarse al que desde hace algunos años realiza con las tres torres del paseo marítimo de poniente.
El escenario en el que ahora se asienta su obra es el mismo en el que mucho tiempo atrás innovó su padre, Antonio Lamela. Su marca, seña de modernidad en tiempos pretéritos, queda plasmada aún en parte de los hoteles levantados en el litoral malagueño.
La confluencia de padre e hijo invita ahora a realizar un recorrido extenso, deteniendo la mirada en las particularidades de los muchos inmuebles diseñados por Antonio Lamela.
El Hotel Tres Carabelas. 1962
Cronológicamente fue una de las primeras actuaciones a la que puso su firma Antonio Lamela en la provincia. Cómo recuerda su hijo, fue "uno de los primeros proyectos de arquitectura moderna que se realizaron en España". Su inauguración tuvo lugar en los inicios del desarrollismo español (julio de 1962), "marcando un antes y un después en los proyectos de los establecimientos hoteleros de costa".
Para Lamela hijo, junto a los establecimientos Tritón y Pez Espada, abrió la puerta a la "época de esplendor de Torremolinos". Desde el punto de vista arquitectónico, pone en valor la disposición de las terrazas, "buscando las vistas del mar". El edificio ya no puede ser contemplado, ya que fue demolido en 2007.
La Nogalera. 1966
Fue el primer gran complejo comercial, residencial y turístico de la zona, construido en un solar de 23.500 metros cuadrados. Fue una de las promociones inmobiliarias más importantes de España en ese momento, y la más importante de Málaga.
El área comercial y deportiva se diseñó en horizontal mientras que los departamentos se dispusieron en vertical, comenzando a cuatro metros sobre el nivel de las calles. La idea principal fue trasladar los jardines hasta la azotea del nivel comercial para crear espacios de ocio con piscinas y un campo de minigolf. El restaurante, diseñado como club social y lugar de encuentro, tiene una presencia notable en la composición volumétrica.
Los locales comerciales fueron terminados genéricamente en madera natural para lograr uniformidad, y se ubicaron en el nivel inferior, en el perímetro de cada lote a lo largo de las calles peatonales interiores, o galerías techadas, con ventilación natural.
El área residencial se distribuyó en seis edificios, cada uno con tres entradas. Se diseñaron grandes áreas de terrazas para los 242 apartamentos con buena exposición a la luz solar, dando importancia a la ubicación de las cocinas, todas exteriores. El complejo recibió la Placa de Oro al Mérito Turístico, otorgada por el Ministerio de Información y Turismo en 1967.
Aloha. 1966
Fue construido entre 1966 y 1969. Fue un conjunto vacacional de apartamentos, réplica de su urbanización Playamar. Como ésta, el conjunto Aloha busca el desarrollo vertical de los bloques de apartamentos para liberar suelo y emplearlo como zona verde, deportiva y de ocio. Según se recoge en la web Arquitectura de Málaga, Aloha constituye uno de los mejores ejemplos del modelo de urbanización turística y vacacional desarrollado en Torremolinos en los años setenta.
Paseo Marítimo Ciudad de Melilla (1967-1971)
Este edificio es uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura contemporánea en la capital de la Costa del Sol, a juicio de Carlos Lamela. Ejemplo de una modernidad que empezaba a llegar a la ciudad en los años sesenta del siglo pasado. Arquitectura nueva, fruto de la presencia de jóvenes arquitectos malagueños y otros ya reconocidos que desembarcaron en la ciudad provenientes de Madrid.
Sus terrazas diáfanas y continuas, su basamento estructural con unos pilares escultóricos de hormigón armado muy bien construidos, pero sobre todo con una inteligentísima geometría de plantas giradas para buscar las mejores vistas y soleamiento.
Al tiempo, destaca "el interesantísimo portal", como complemento del edificio. La calidad del inmueble ha sido reconocida por la Junta de Andalucía, que hace pocos meses acordó inscribirlo en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.
Conjunto Residencial Turístico Playamar (1964-1968)
Fue el primer premio de un concurso convocado por un grupo promotor extranjero. Está integrado por veintiún edificios de quince plantas cada uno, con 945 apartamentos. Formado por dos grupos de bloques. Una vía interior perimetral permite llegar a cada bloque, con sus correspondientes estacionamientos. Cuenta con club y restaurante, piscina, campos de tenis.
Todas las unidades tienen vistas al mar. Se dejó la planta baja libre, salvo el portal y accesos, como ya se había hecho en otros proyectos. La jardinería fue muy cuidada. Este conjunto obtuvo la Placa De Oro al Mérito Turístico en 1969. También fue premio “al mejor jardín de la Costa del Sol”.
La Meridiana, 1969
Fue concebido como centro comercial de la zona norte de Torremolinos, situándose al borde la antigua N-340 a modo de fachada septentrional. El conjunto residencial y comercial se dispone sobre un gran solar de 70.498 metros cuadrados.
La idea fue desarrollar la zona comercial en varios planos subterráneos con el fin de respetar la limitación de altura y separar claramente los distintos usos del complejo. Ha de ponerse en relación con la arquitectura turística de la Costa del Sol, donde se entremezclan los principios del Movimiento Moderno bajo un nuevo enfoque, más "amable" y destinado a proporcionar espacios naturales para el desarrollo de los nuevos tipos de vida asociados al ocio.
Seghers Club. 1970
El proyecto de urbanización comprendía la rehabilitación y ampliación del Seghers Club, un hotel de apartamentos de playa, edificios de apartamentos entre la carretera y el puerto, viviendas de uso permanente, centro cívico y comercial, incluyendo oficinas, zona pueblo, y zona de villas. No se desarrolló en todas sus fases.
Sólo se construyeron los edificios de apartamentos cercanos al puerto y la zona pueblo, un conjunto de habitaciones hoteleras alrededor del hotel existente, independientes en cuanto a su ubicación pero dependiendo del hotel para los servicios generales.
Juzgados de Marbella. 1983
Es una de las pocas obras realizadas para la Administración, destinada a agrupar los juzgados dispersos de la ciudad, adaptándonos a las nuevas necesidades judiciales. El programa de partida fue particularmente complicado, pues incluía viviendas para funcionarios además de los juzgados y despachos. Todo ello comprimido en una superficie escasa. La solución planteada se desarrolla en cuatro plantas, con un fuerte carácter simétrico favorecido por el uso y el programa.