Corría el mes de febrero de 2015 cuando el entonces presidente de la Diputación provincial, Elías Bendodo, ahora consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, paseaba junto al empresario Juan Barco por el interior del recién inaugurado Centro de Arte de la Tauromaquia.
El equipamiento cultural, que albergaba la que se decía era la mejor muestra vinculada a la fiesta de los toros, ocupaba un edificio propiedad de la Diputación provincial asentado en pleno Centro histórico de la capital. La buena nueva fue celebrada, ensalzando el valor de disponer de un espacio cultural más con el que atraer a los visitantes.
Pero hasta ahí las sorpresas positivas. Porque casi desde el mismo día en que abrió sus puertas, el también conocido Museo Taurino se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para la institución supramunicipal. Hasta el punto de que durante años el otrora socio de la Administración supramunicipal ha permanecido como una especie de okupa en el interior, negándose a desalojar pese a la resolución del contrato que en su día unió a las dos partes.
Casi seis años y medio después del nacimiento del Museo Taurino, la Diputación vuelve a tener las manos libres para actuar sobre tan significativo edificio. Y lo hace después de que el 30 de noviembre del año pasado, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que rechazó las razones expuestas por Barco para frenar el desahucio del edificio.
Un extremo confirmado por la propia Diputación. Preguntadas sobre el uso que se quiere dar ahora al edificio, localizado en la Plaza del Siglo, las fuentes consultadas han afirmado que se están estudiando "varios proyectos de interés provincial". Aunque no han dado más detalles sobre los mismos.
De manera precisa, lo que hizo la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Málaga fue avalar a pies juntillas una sentencia previa, también del alto tribunal andaluz, de julio de 2018, que consideraba justificada la revocación de la concesión que fue aprobada por el Pleno de la institución provincial, dado "el incumplimiento acreditado de sus obligaciones por parte del concesionario".
Los numerosos antecedentes vienen a confirmar el fracaso de esta iniciativa cultural. Hay que recordar que ya en diciembre de 2016, año y medio después de la puesta en servicio del centro, la Diputación inició el procedimiento para retirar la concesión del uso del edificio a Juan Barco por una deuda de 153.000 euros. Una cuantía resultado del canon anual de 2015 (41.341,67 euros) y 2016 (62.012,50 euros), así como de otros gastos de mantenimiento del edificio.
La resolución de Cultura emitida en su día concluía la existencia de un "incumplimiento grave" por parte del concesionario lo que, según el pliego de condiciones que rige el contrato puede ser causa de la resolución de la concesión, además de la imposición de una sanción de entre 2.000 y 30.000 euros.
Lo que queda aún por resolver, según han informado fuentes judiciales, es el embargo de las obras de la colección taurina que fue reclamado por la empresa Construcciones Arjona. Una fórmula con la que resarcir la deuda acumulada por Barco, cifrada en unos 455.000 euros. Para ello, incluso ha solicitado la subasta de la misma, que está pendiente de celebrarse.
El programa inicial del museo informaba de una colección con una muestra inicial de trescientas piezas (el conjunto era de unas 3.000), incluyendo algunas joyas de arte contemporáneo y otras relacionadas con cerámicas de Picasso y un dibujo del genial autor malagueño. Además, estaba el famoso traje de luces que le diseñó a Luis Miguel Dominguín.