Ahora que se estaría celebrando la Feria de Málaga, la ciudad se olvida de las aglomeraciones habituales de las fechas. Sin embargo, las fiestas de los pueblos de la provincia son una tradición casi ineludible a pesar de la pandemia. Muchas se celebran en agosto, mes de vacaciones. Aunque muchos no necesitan ni las fiestas populares para montarse sus fiestones. Es el caso de pueblos de la comarca de Guadalteba, donde llevan meses celebrándose concentraciones masivas.
A los asistentes les puede la marcha y las ganas de fiesta. Ellos mismos la gestionan a través de redes sociales y convocan a una mayoría a la que le basta un espacio al aire libre y, al menos, una botella de alcohol para divertirse.
Un ejemplo es Teba, un municipio ubicado en el interior de la provincia de Málaga, en la comarca de Guadalteba. Allí, convocan estos botellones en "descampados en las afueras del pueblo", según fuentes policiales del lugar. No tienen problema en adaptase al entorno.
En algunas ocasiones, relata un agente de la Policía Local de Teba a este periódico, "hemos tenido conocimiento de estas fiestas a través de redes sociales". Y han acudido hasta el lugar donde se iba a celebrar esta fiesta para "evitar que se produjeran". Lo han logrado en alguna ocasión; eso sí, afirman que, una vez montada "la fiesta es imposible de disolver". Igualmente, "si se enteran de que la Policía va a actuar, se desplazan hasta otros municipios cercanos", asevera.
De acuerdo con fuentes cercanas al Ayuntamiento de Teba, el paraje de la Romería, como se conoce en el pueblo, es uno de los "lugares preferidos" por los jóvenes para reunirse. Pero la policía ya ha acudido en numerosas ocasiones hasta ese lugar para disolver y evitar estas fiestas en época de Covid-19.
Los vecinos de Teba y Campillos, principalmente, respaldados por el resto de los municipios de la comarca de Guadalteba, han denunciado los hechos a las autoridades locales en alguna ocasión, según ha podido confirmar este periódico. Pero no han obtenido respuesta.
Las fiestas ilegales siguen sucediéndose. Además, los organizadores han agudizado su ingenio para evitar ser descubiertos. "Quedan en un punto y dan varios viajes en el mismo coche", así, si la Guardia Civil o agentes de policía tratan de detectar una gran concentración de coches para tratar de disolver la fiesta, no pueden.