La Costa del Sol, referente del turismo nacional e internacional por excelencia, tiene en el mar y sus playas dos de sus grandes atractivos. Sin embargo, verano tras verano las mismas se ven sometidos a problemas que son objeto de estudio y análisis por parte de investigadores y especialistas en materias varias. Todos ellos coordinados en el marco de la Cátedra de Ciencias del Litoral de la Costa del Sol.
Al frente de ella, Francisco Franco, quien se muestra muy satisfecho del trabajo realizado desde su puesta en marcha. Una de las particularidades de la misma es que está compuesta de 24 profesores de áreas tan diferentes como geología, ingeniería, turismo… "Cualquier problemática la estudiamos de una manera muy global y eso nos permite estudiar el problema y aportar soluciones", explica a EL ESPAÑOL de Málaga.
Pero siendo muy variado el tipo de elementos que pueden poner en riesgo el siempre delicado equilibro de la costa malagueña, Franco no tiene dudas al apuntar los tres elementos que más pueden afectar a la zona.
El alga rugulopterix
Es un alga invasora de cuya presencia es cada vez más encontrada en el litoral de Málaga. "Es el problema que más afecta; en 2012 ya se detectó en Ceuta y Cádiz y hace tres años empezaron por Estepona, llegando en verano a Marbella; el año pasado llegaron a Manilva, Casares y Mijas Costa y actualmente, aunque se ha saltado Málaga, sí está presente en el paraje natural de Nerja", describe.
¿Por qué es un problema un alga? El responsable de la Cátedra, vinculada a la UMA pero que cuenta con acuerdos con varias instituciones, informa de que se trata de un ejemplar que "invade todo el sustrato rocoso, desplazando al resto de algas que forman parte del alimento diario de los peces, que no están acostumbrados a esta alga, que es muy amarga". Esto hace que los bancos de peces se desplacen.
Otro ejemplo gráfico es que al depositarse sobre las rocas impiden que haya erizos, lo que a su vez afecta a la presencia de determinadas especies de peces. Al tiempo, apunta que su llegada masiva provoca una acumulación que perjudica a la calidad de las aguas de baño.
Se da la circunstancia de que al ser la parte de Málaga capital más arenosa no se ve tan perjudicada por la rugulopterix. En el intento de colaborar con los ayuntamientos a minimizar el problema, el grupo de investigadores trabaja en el diseño de unas barreras de contención, "diferentes a las que hay en el Caribe mexicano".
Dado que esta alga tiene menos densidad, el equipo avanza en un sistema de inteligencia artificial "que dice qué playas se van a ver más afectadas en función del estado de la mar". Y ello permite ofrecer información al usuario a través de diversas aplicaciones.
Medusas
El segundo gran problema, del que estos días son testigos miles de turistas que se acercan a las playas a bañarse, es el de las medusas. "La mayoría de los años encontramos medusas de forma esporádica", admite Franco.
Sin embargo, el que haya más o menos depende del giro anticiclónico que se produce a la altura del estrecho, donde coinciden la corriente del Atlántico con el Mediterráneo.
"En los veranos en los que el final de la primavera recibe gran cantidad de frentes borrascosos y bajas presiones, el giro se desdibuja y los enjambres de medusas quedan libres y se dejan arrastrar por el viento", aclara.
La estabilización de las playas
El tercer elemento a considerar es bien conocido en puntos como Málaga capital y tiene que ver con la cantidad de sedimento que hay en la arena de las playas y con la estabilización de las mismas.
"Los malagueños nos quejamos mucho de que nuestros arenales tienen mucho polvo, pero es algo propio de nuestros sedimentos, que se forman a partir de la meteorización de nuestra geología, que está con muchas rocas, arcillas…", explica.
A esto contribuye la escasa estabilidad de las playas. De este modo, cuanto hay un temporal de levante, el agua se lleva la arena, que suele ser regenerada con sedimento que hay en los ríos. "Y es un sedimento no ha sufrido el lavado natural, con lo que tiene importantes cantidades de arena y grava pero también partículas finas que no se ven al ojo", agrega.
Este fenómeno tiene una relación directa con las conocidas como natas de las playas. Los estudios realizados en estos años por este grupo han permitido poner luz sobre el origen de las mismas. "Tenemos muchas por las características de nuestros sedimentos y porque tenemos muchas playas que son regeneradas", aclara. De acuerdo con la explicación, las natas surgen cuando la ola del mar se adentra en la arena de la playa, arrastrando, justamente, esta gran cantidad de polvos que tiene.