Desde hace ya varios años, Javier Frutos es el referente de los empresarios de la hostelería en la provincia de Málaga. Una responsabilidad que ahora ejerce compatibilizando la labor de representación del sector en Andalucía. Pone de relieve el peso de su industria y la importancia de apostar de manera decidida por la formación y la calidad.
-¿Qué número de empresas, empleados tiene la hostelería en Málaga?
-No tenemos segmentado por hostelería el volumen económico de facturación, aunque es algo en lo que llevamos trabajando varios años. Estaremos en unos 13.000 negocios en la provincia y en unos 80.000 empleados, con picos en los que hemos superado incluso los 100.000 en momentos de temporada alta.
-¿La hostelería de Málaga está preparada para responder al turismo de calidad que se viene reclamando?
-Estamos en ese desarrollo. Se está dando una hostelería que apuesta por la calidad. Eso es algo que se ve en los establecimientos, en los que se dedica cada vez más a la cocina, a la decoración. Que haya varios negocios que lo hacen bien obliga al resto a ponerse las pilas. Málaga y la hostelería lo están entendiendo, es el recorrido que le queda a Málaga. Ya tenemos tres hoteles 5 estrellas y el cliente que viene a esos establecimientos quiere una hostelería acorde. Vamos en la línea.
-¿Tiene la sensación de que el ciudadano de a pie sabe lo que supone montar un bar?
-Una asignatura de emprendimiento no vendría mal dentro de la escuela. Hay que tener conocimiento de lo que es un empresario. Parece que uno abre un negocio, esté bonito o feo, y se está hinchando a ganar dinero. Y obviamente eso no es así. Cuesta mucho. Al final es para sacarse un sueldo con un riesgo mayor. Es verdad que montar un establecimiento requiere muchos miles de euros. Una de las cosas que más nos ha lastrado es el tema de los alquileres, que están disparados, sobre todo en zonas turísticas.
-Volvamos al tema de la calidad. ¿El personal de la hostelería está preparado? ¿Es una de las debilidades que tiene el sector?
-Es una debilidad. Puede ser la principal. Durante esta pandemia una de las cosas que hemos dicho cuando se hablaba de industria turística es la necesidad de invertir en ella. En Alemania seguro que se invierte en mano de obra cualificada en la industria del motor. Aquí no se invierte en los cimientos de la industria turística y eso va a través de la formación. Nuestra junta directiva lo lleva diciendo desde el principio.
Un ejemplo es el sello Málaga Cocina Calidad. Una de las exigencias es que para tenerlo al menos el 30% del personal que trabaje en el local tiene que tener acreditada una formación. El otro día hablaba con una persona que ha tenido responsabilidad en escuelas de formación y me decía que los titulados que salen no suplen ni a los que se jubilan. Así es muy complicado.
Hemos tenido contactos con el SAE para organizar cursos. Y hablábamos de la posibilidad de reciclar a muchas personas que no han trabajado en la hostelería, con independencia de la edad. La mayoría de los hosteleros no miramos eso, sino que tengan actitud y si tienen formación mejor.
-¿Tienen problemas para encontrar personal cualificado?
-Para encontrar personal cualificado, sí. Pero es porque cada vez salen menos alumnos de las escuelas. Tenemos una industria muy potente. Cada vez son más los empresarios que dan formación directamente. Eso tiene que seguir, la formación tiene que ser continua.
-Muchas veces se ha dicho eso de que cualquiera vale para trabajar en un bar y que el trato que se da a este personal no es el más adecuado.
-Eso no lo comparto. Es verdad que antiguamente… Pero es que ahora recibimos inspecciones de trabajo a cada instante. Habrá excepciones como en todos los sectores, pero en líneas generales eso está cambiando y se está mejorando.
-Hace unas semanas conocimos la sentencia sobre el ruido de la Plaza Mitjana. ¿Entiende a los vecinos?
Tienen derecho a acudir a los tribunales cuando consideren. No se trata de compartir o no. Creo que lo de la plaza ha sido muy excepcional y se ha usado como ataque a ese modelo de ciudad. Los que han pagado han sido sobre todo los empresarios, que han desaparecido y se va a transformar totalmente en restaurante. El Centro no ha evolucionado respecto a su propia realidad. Hay que hacer una zonificación, saber primero dónde puede haber un problema.
-¿Tiene la sensación de que son los malos en esta historia?
-Es que son circunstancias distintas. Entendemos que Teatinos puede ser un barrio más residencial y el Centro, no tanto. Pero hay equilibrio suficiente; no creo que sea para estigmatizar y atacar a los empresarios ni para dejarles manga ancha.
-¿El Ayuntamiento hace la vista gorda con los hosteleros?
-Ya le garantizo que no es nuestra sensación. Con el Ayuntamiento tenemos conflictos. Si quiere le puedo dar una mochila de sanciones dentro de los establecimientos.
-Usted conoce a muchos empresarios. ¿Todos cumplen con la normativa?
-Mi sensación es que la mayoría cumple, pero también le digo que el que no lo haga, que sea sancionado. Nosotros no vamos a defender a nadie que incumpla. Defenderemos cuando creamos que haya una injusticia en el sector.