Si hay un sector que está padeciendo de manera directa el impacto del temporal de viento que desde el fin de semana azota la costa de Málaga, ese es el de los empresarios de chiringuitos. La gran mayoría de los 437 establecimientos repartidos por el litoral de la provincia sufre daños por el oleaje, que ha llegado a superar los 5 metros en determinados momentos.
"La situación es muy mala; desde 1998 no tenemos un temporal de esta categoría, es le peor desde entonces", ha recalcado Manuel Villafaina, representante del sector. Aunque a lo largo de este martes se podrá disponer de una información más concreta y cercana, Villafaina admite la incidencia que ha tenido sobre la mayoría de los negocios.
Sobre ello, habla de algún establecimiento en la zona de Torre del Mar que ha sido arrastrado por el mar, unos pocos que obviaron los avisos lanzados desde la asociación que han perdido sus hamacas y muchos con los sótanos inundados.
Un problema que se multiplica justo en la antesala de una Semana Santa que para el sector era clave en el proceso de recuperación tras la Covid. "Ya habíamos ampliado las plantillas en un 30%; ahora a ver qué hacemos, nos ayudarán a limpiar", ha afirmado. De acuerdo con estos números, la contratación relacionada con Semana Santa puede alcanzar entre 13.000 y 14.000 trabajadores.
A la espera de que amaine el temporal, Villafaina se muestra convencido de que con el apoyo de las administraciones públicas, será posible recuperar la situación para la llegada masiva de turistas a partir del fin de semana que viene. "Somos un colectivo fuerte y valiente y vamos a estar para Semana Santa; vamos a estar preparados, trabajaremos día y noche para que todo esté listo", ha asegurado.
Ha informado de que desde primera hora de este martes ha recibido llamadas de la consejera de Agricultura, Carmen Crespo; el subdelegado del Gobierno, Javier Salas, y de un buen número de alcaldes mostrando su disposición a colaborar.
El malestar entre algunos de los regidores es más que evidente. Un ejemplo de ello es el mensaje lanzado por la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, en el que exige al Gobierno central una reacción ante esta situación.
Si bien es cierto que el impacto del oleaje es de una intensidad mucho mayor a otros ocurridos estos años, Villafaina insiste en demandar soluciones que permitan mitigar los efectos no sólo sobre los chiringuitos, sino también sobre las playas. "Venimos reivindicando la estabilización de las playas, pero no se hace nada; al final todos los años tiramos arena pero no sirve de nada", lamenta, apuntando a la necesidad de ejecutar diques sumergidos.