El libro de las citas icónicas está repleto de frases que vienen a convertir la lucha de clases en una guerra de eslóganes. Desde los postulados liberales hasta los planteamientos más intervencionistas. Todos los pensadores han pretendido marcar una impronta dentro de la filosofía económica con el fin de dar respuesta a las diferencias entre grupos. Basta con echar un vistazo para recurrir al Self made-man de Henry Clay o al aforismo de Karl Marx, "la familia burguesa se basa en el capital, en el lucro privado".
Sin embargo, el trasfondo de esta cuestión social va más allá de los simples chascarrillos que cubren las pancartas en las manifestaciones. Detrás de ideas más o menos consolidadas en la población, existe un trabajo académico que trata de evidenciar algunas de las hipótesis más escuchadas en los debates políticos. ¿Qué posición ocupa una persona que ha nacido en una familia con pocos recursos? ¿Y con muchos? ¿De qué forma influye el territorio en la fluidez intersocial? ¿Son iguales los resultados para un malagueño, o gaditano, que para un barcelonés o soriano?
Estas son algunas de las preguntas a las que se da respuesta en el informe El ascensor social en España: un análisis sobre la movilidad intergeneracional de la renta, de Esade. Este estudio, elaborado por Javier Soria, investigador doctoral en la Paris School of Economics, y profesor de Science Po, analiza de qué manera influyen los ingresos de los padres en el provenir de sus hijos, así como la relación entre movilidad y prosperidad. Y Málaga no sale bien parada.
Desde una perspectiva geográfica, el informe subraya que la región en la que una persona crece "puede implicar o reducir sustancialmente esta dependencia". Con el objetivo de comparar las diferencias territoriales de renta, se presentan dos mapas de calor: en el primero se refleja el percentil medio (la posición) alcanzado por los hijos de familias del cuartil más pobre, es decir, el último estrato en el que se divide el grupo. El segundo evidencia el ingreso medio alcanzada por esos mismos hijos.
"El primer resultado que arroja el gráfico es la gran heterogeneidad en términos de movilidad absoluta existente en nuestro país. Las zonas más móviles tienden a situarse en el norte/ nordeste del país, mientras que las menos móviles se sitúan principalmente en el sur/suroeste", destaca.
Así, se constata como aquellas provincias con un nivel más alto de movilidad intergeneracional ascendente también alcanza una renta media mayor. En este caso, de algo más de 20.500 euros, que se corresponde con Barcelona. Situación contraria la que ocurre desde la otra perspectiva.
La provincia con un nivel más bajo de movilidad intergeneracional ascendente también tiene una renta media inferior, que en el caso de la Costa del Sol es menor de 15.400 euros. De esta forma, junto a Cádiz, Huelva y Sevilla, Málaga es uno de los cuatro territorios con un ascensor social más defectuoso. La diferencia entre ambos extremos (Barcelona y Cádiz) es de casi 6.000 euros.
Renta familiar
Una de las ideas en las que también incide el trabajo de Javier Soria es que el ingreso de los padres influye en gran medida en el ingreso que sus hijos tendrán en el futuro, especialmente entre los niveles más altos de la distribución de la renta: "Los hijos del 1% con mayor ingreso acaban con una renta media de más de 20.000€ respecto a una familia en la mediana (percentil 50) de la distribución. Además, 1 de cada 10 miembros del top 1% de ingresos viene de padres que ya estaban en el top 1%, pero menos de 4 de cada 100 viene de familias que empezaron en el 10% más pobre: es por tanto 24 veces más fácil acabar en el top 1% viniendo del percentil más alto en comparación a proceder del más bajo", afirma.
Así, la renta familiar se presenta como un elemento clave a la hora de analizar el futuro económico de los hijos. Según detalla Soria, esto es más evidentemente especialmente si se tienen en cuenta los percentiles más altos: "En términos de ingresos, vemos que hay diferencias de hasta 23.000€ entre el ingreso medio alcanzado por los hijos de las familias más ricas y las más pobres".
Del mismo modo, sostiene que en España existe "claramente una curva del Gran Gatsby" (relación entre desigualdad e inmovilidad social intergeneracional) a nivel territorial. "La comunidad autónoma con el mayor nivel de movilidad absoluta y relativa es Cataluña, con tasas de movilidad al nivel de Escandinavia, mientras que las
regiones con los niveles más bajos de movilidad absoluta y relativa son Andalucía
y Canarias, con una movilidad absoluta similar a la del sur de Estados Unidos", asegura.
Es decir, queda demostrado que "las provincias que tienen mayores niveles de desigualdad de ingresos tienden a ser menos móviles tanto en términos relativos como absolutos, confirmando la existencia de una Gran Curva de Gatsby dentro de España". Los datos presentados evidencian una asociación negativa entre la desigualdad de ingresos y las medidas de movilidad intergeneracional.
Otra de las contribuciones de este trabajo viene en el análisis de género: "Las hijas tienen sistemáticamente peores resultados de movilidad intergeneracional que los hijos, tanto en términos relativos como absolutos y en diferentes niveles geográficos. Las hijas que crecieron en hogares con ingresos medianos terminan, de media, en el percentil 46, mientras que los hijos de esas mismas familias alcanzan el percentil 52. Esto se corresponde con una brecha de ingresos medios de 2.796€, correspondiente a un 13% de la renta media nacional".