Las últimas décadas han demostrado que la provincia de Málaga se ha convertido en refugio de delincuentes internacionales que encuentran, principalmente, en los municipios de la Costa del Sol, el lugar adecuado para pasar desapercibidos. Menos son las ocasiones en las que estos mismos individuos optan por esconderse en el interior.
Pero casos los hay. El último de ellos es el que ha dado a conocer este sábado la Policía Nacional. Por medio de una nota informativa, ha desvelado la detención en la localidad de Alhaurín el Grande de un hombre sobre pesaba una orden de detención emitida por Países Bajos.
¿Por qué? De acuerdo con los detalles aportados por las fuentes policiales, el sujeto en cuestión era responsable de, al menos, tres laboratorios creados para la producción de metanfetamina.
Según refleja la requisitoria judicial, el prófugo, de 40 años de edad, pertenecería a una organización criminal dedicada a la producción a gran escala de drogas sintéticas y blanqueo de grandes cantidades de dinero y bienes de alto valor.
Los agentes lo situaron en Alhaurín el Grande, que cuenta con apenas 26.000 habitantes. Tras ser identificado y comprobarse la vigencia de la reclamación, la Policía lo detuvo.
Según la orden europea, esta persona pertenece a una organización criminal internacional, dedicada, principalmente, a la producción a gran escala de drogas sintéticas (metanfetamina).
Los investigadores holandeses aseguran que el fugitivo era el responsable de, al menos, tres laboratorios de estas sustancias en Países Bajos. Fue puesto a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional que decretó su extradición.
Esta detención viene a sumarse a otras realizadas en las últimas semanas en la provincia. Una de ellas ha tenido como protagonista a David Ungi, de 30 años y sospechoso de estar implicado en el asesinato de Vinny Waddington, de 18 años, en Liverpool en 2015.
Fue arrestado, junto a otros tres hombres, cuando entraba en un gimnasio de un centro comercial en Coín, en una operación conjunta con las fuerzas de seguridad españolas, la Agencia Nacional contra el Crimen británica y otros cuerpos policiales británicos. Los agentes se incautaron de un arma de fuego Ruger de 9 mm y municiones en una mochila.