Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una trama criminal que se dedicaba en la costa de Málaga al robo de vehículos de alta gama, en su mayoría de tipo todoterreno, que más tarde eran vendidos a redes de narcotraficantes del Campo de Gibraltar (Cádiz). Según la investigación, los integrantes de la organización desmantelada estarían tras la sustracción en el litoral malagueño de 52 coches, valorados en más de tres millones de euros.
En el marco de la operación Beta, que ha sido liderada por el Grupo III de Crimen Organizado de la Comisaría Provincial de Málaga (especializado en investigar delitos relacionados con el tráfico ilícito de vehículos), la Policía ha detenido a cuatro hombres, de entre 44 y 50 años, por su presunta responsabilidad en delitos de robo con fuerza, pertenencia a organización criminal y falsedad documental.
Los arrestados, altamente especializados en el uso de medios técnicos sofisticados, burlaban los sistemas de seguridad de las principales marcas del sector del automóvil. La autoridad judicial competente ha dictado el ingreso en prisión de tres de los investigados. A un cuarto se le ha retirado el tercer grado penitenciario que tenía concedido.
Fruto de sendos registros domiciliarios en las localidades malagueñas de Vélez-Málaga y Estepona, los agentes han dejado inoperativa la red con la intervención de la extensa infraestructura con la que delinquían: inhibidores de frecuencia, sistemas de duplicación de llaves y/o centralitas, extractores de bombines, detectores de radiofrecuencia, arrancadores de emergencia, llaves vírgenes, mandos de garaje, instrumental para el injerto de bastidores y otras piezas, herramientas específicas, entre otros efectos.
Asimismo, la Policía Nacional ha recuperado cuatro vehículos robados, que ya han sido devueltos a sus legítimos propietarios, según han informado en un comunicado.
La investigación se inició en enero del año 2021 con la vinculación de varios robos de vehículos en la costa de Málaga. Las sustracciones reunían unos mismos patrones, que hicieron a los agentes sospechar desde un comienzo que estaban tras un mismo grupo organizado.
Rastreo por la costa
Según las pesquisas policiales, la red realizaba labores de reconocimiento por las más destacadas urbanizaciones de la costa malagueña, desde Nerja hasta Estepona, localizando coches susceptibles de ser sustraídos con los medios técnicos de los que disponían sus integrantes.
Para tal fin, la trama se desplazaba en grupo de tres personas y actuaba en horario nocturno contra vehículos estacionados en la calle, o bien en garajes comunitarios o particulares.
Para consumar las sustracciones de los coches, los sospechosos utilizaban numerosos mandos e incluso captadores de frecuencia --mandos pandora-- para clonar las frecuencias de apertura de las puertas de garaje; continuaban desconectando las alarmas de los vehículos; accedían a los mismos con métodos muy variopintos, como llaves turbodecoder, técnicas de sacacorchos y/o ganzúas; y, por último, arrancaban los todoterrenos a través de sofisticados procedimientos de clonación de llaves.
En última instancia, y para evitar el rastreo de los vehículos sustraídos, la trama anulaba los dispositivos de geolocalización integrados en los mismos a través de inhibidores.
6.000 euros por coche
Los vehículos sustraídos, en su mayoría modelos 4x4 de gran cilindrada y capacidad de carga, eran proporcionados generalmente, a las 24 o 48 horas siguientes del robo, a organizaciones dedicadas al narcotráfico en el Campo de Gibraltar, llegando a pagar las mafias hasta 6.000 euros por coche. Los todoterrenos eran destinados a labores de alijo y de transporte de la droga.
Finalmente, tras múltiples diligencias de investigación, los investigadores identificaron y localizaron a los presuntos responsables de la trama, que ya han sido detenidos y puestos a disposición judicial.
Dos de los arrestados tenían en su poder documentos de identidad búlgaros con signos evidentes de manipulación, por lo que también se les atribuye un delito de falsedad documental. Aprovechaban los documentos fraudulentos para arrendar viviendas y vehículos en la costa, según la investigación.
Los investigados, que cuentan con un amplio historial delictivo, forman parte de un entramado itinerante pese a que en los últimos tiempos habían fijado su actividad en la provincia de Málaga.
En la operación Beta han colaborado Medios Aéreos y agentes adscritos a Sistemas Especiales, las Brigadas Locales de Seguridad Ciudadana de las Comisarías malagueñas de Marbella y Estepona, entre otros efectivos.