La excelente situación geográfica de la ciudad permite a los malagueños y a todo aquel que se interese en conocerla disfrutar de dos fantásticas cualidades mediterráneas: el clima y la gastronomía, además de conocer los preciosos rincones que aguarda.
No importa cuántos años haya vivido uno en Málaga, ni cuántas veces la haya visitado. Siempre se presta a ser redescubierta. Por eso, este verano es la oportunidad para conocerla a través del paladar, y de paso, de la vista. La capital de la Costa del Sol cuenta con un gran número de restaurantes donde degustar platos típicos, y no tan típicos, de la gastronomía andaluza.
Mi niña Lola
Con menos de siete meses de vida, el restaurante Mi niña Lola es la mejor opción para los amantes de la cocina española y francesa. En el barrio de la Coracha, con unas vistas envidiables de la bahía, Pablo Rullant y Miguel del Valle han decidido emprender su propio negocio.
Tras varios años guisando en restaurantes Estrella Michelín, estos dos cocineros, han querido dar el paso a la cocina vanguardista fusionada con la tradicional en el centro de la ciudad.
En Mi niña Lola te puedes encontrar desde platos típicos españoles, como croquetas o ensaladilla rusa, hasta las fusiones más inusuales, como son los donuts de rabo de toro o el campero steak-tartar.
Restaurante Lola, del hotel Only You
Con vistas al Puerto, al Muelle Uno, a La Farola y a la calle Larios, el restaurante Lola es otro de los reclamos culinarios para este verano. Only You ha transformado el emblemático edificio de La Equitativa en un hotel 5 estrellas capaz de responder a todos los reclamos turísticos: gastronomía, piscina, ciudad y playa.
Ubicado en la séptima planta del hotel, cuenta con unas vistas excepcionales, a las que se tiene acceso desde la sala interior y, por supuesto, desde la terraza. La comida de este lugar tiene toques de la cocina malagueña y cocina al carbón. ¡No te vaya sin probar la crema de puerro asado con huevo pochado y cecina de picaña!
Restaurante Parador de Málaga Gibralfaro
Situado en pleno monte Gibralfaro, no habrá un rincón de Málaga que no alcances a ver desde este mirador. Al tiempo que degustas, por ejemplo, un paté de ciervo artesano, podrás asomarte con un simple gesto a Málaga. El Parador tiene una carta mediterránea e ingredientes autóctonos. Entre los platos más localistas, cabe mencionar la tabla de quesos de cabra o las berenjenas fritas, miel de Frigiliana y aguacate.
Para salir del Centro sin perder el ambiente, acércate al barrio pesquero de Pedregalejo.
Pez Tomillo
Dejando atrás los Baños del Carmen, el primer restaurante del paseo marítimo de Pedregalejo es Pez Tomillo. Este establecimiento, con terraza en la calle y una azotea, forma parte del grupo Perro Viejo, con presencia también en Sevilla.
Pez Tomillo tiene una carta que conquista a todo tipo de paladares, con las típicas raciones de los bares españoles, como son las lagrimitas de pollo o las patatas bravas. Pero no solo son estas tapas las que te podrás tomar aquí; otros de los platos estrella son la rosada o el mini-dog: un perrito caliente de costillas con salsa barbacoa.
Frida Pahlo
A pocos metros de Pez Tomillo se encuentra Frida Pahlo. Este original nombre, que hace alusión a la pintora y a la vez al barrio en el que se localiza, tiene una colorida fachada que seguro llamará tu atención. Desde la azotea del bar, podrás ver romper las olas del mar en la orilla de Pedregalejo.