El impacto mediático generado por las informaciones relacionadas con la sumisión química ha despertado una sensación de alarma social entre la población. La percepción de inseguridad entre algunas mujeres (objetivo principal de aquellos que supuestamente suministran fármacos o drogas para abusar sexualmente o robar) consta en las hemerotecas más recientes. Sin embargo, el impacto de este fenómeno, hasta el momento, no mantiene una relación directa con los datos ofrecidos.
Según detallan desde la Policía Nacional, a fecha del miércoles, constan cinco denuncias por este motivo en la demarcación del Cuerpo dentro de la provincia de Málaga. Casos en los que se han registrado pinchazos, pero no resultados positivos; explican que actualmente todos ellos están en estudio, sin ofrecer más información al respecto.
El alcance adquirido en las últimas semanas por esta causa supuso que fuera un tema a tratar en la junta local de seguridad convocada para organizar a los dispositivos de seguridad en la Feria de Málaga.
"Hasta ahora cuando ha habido noticias de 'pinchazos' en distintas provincias, no ha habido luego relación en encontrar un efecto que vaya en la dirección de lo que se dice, de la sumisión, de violencia sexual. No ha habido efectos reconocidos en el análisis que se ha hecho, hasta ahora", subrayó entonces el alcalde.
Esta situación mantiene su correlación a nivel nacional. Tal y como publicó EL ESPAÑOL el 1 de agosto, de las 9.331 agresiones sexuales registradas desde 2019, 162 casos se habían perpretado mediante sumisión química, quedando eclipsada la cuantía frente al total de episodios de esta índole recogidos en España.
Aun así, con independencia de que se produzca o no la inoculación de fármacos o drogas, las autoridades señalan que los pinchazos con objetos punzantes tienen el carácter de delito de lesiones. Además de los riesgos que supone para la transmisión de enfermedades o infecciones.
Historial
El primero de los casos desvelados tuvo lugar el pasado 8 de julio. La denunciante, una turista francesa que estaba de fiesta en la capital, decidió volver a su apartamento en compañía de un hombre extranjero al que había conocido. A la mañana siguiente se levantó mareada y observo en sus brazos dos puntos de inoculación. Más de un mes después, todavía no han trascendido los resultados del estudio toxicológico; tampoco del resto de denuncias interpuestas por este mismo motivo.
Fuentes sanitarias consultadas por este periódico explican que el protocolo de actuación establece que, una vez que el paciente llega a la consulta, se redacta un parte describiendo si existen o no síntomas compatibles con los fármacos o algún tipo de lesión en la piel. A partir de ahí, se solicita a la persona el consentimiento para la toma de muestras ante una posible agresión en relación con esta causa. Dicho documento se envía a la Policía y se notifica al juzgado.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL de Málaga, el pasado fin de semana fueron tres los casos sospechos los que se atendieron en el Hospital Regional. Todavía no se sabe si con efecto negativo o positivo, ya que se encuentran a la espera de las pruebas del forense.
Protocolo
Pese a estas llamadas a la calma, el Ayuntamiento ya ha planteado un protocolo de cara a la Feria, que comienza la próxima semana. Es en esta situación cuando entran en juego los puntos violeta, espacios de atención e información para mujeres ante posibles agresiones sexuales.
Los efectivos de Policía Local atenderán a la víctima y darán comunicación inmediata a Policía Nacional; se procederá a la identificación de la misma así como a la de posibles testigos; si la víctima presenta síntomas y está acompañada se derivarán al Hospital Materno; en caso de que la víctima se encuentre sola será la policía la encargada de acompañarle al centro médico; en el caso de ser un menor se activará rápidamente la localización de padres y tutores.
En el centro médico será examinada y se le hará analítica para determinar la posible sustancia inoculada, así como la posibilidad que se hayan producido abusos o agresiones. En caso de que además de la posible sumisión química se entienda que ha podido existir violencia sexual, se aplicará el protocolo específico que ya existía al respecto.