La mujer flamenca, símbolo atemporal de la Feria de Málaga: un paseo por sus carteles históricos

La Feria de Málaga viene siempre acompañada de una serie de producciones culturales que muestran el arte y retratan la sociedad de la ciudad año tras año. Una de las producciones más representativas es el cartel de la Feria, del que se tiene nociones en el registro del Ayuntamiento de Málaga desde 1884. El Archivo Municipal recoge del 16 al 31 de agosto en una exposición las obras que históricamente han anunciado estas fechas tan señaladas. 

El origen de las fiestas se encuentra en la conquista de la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos, en 1487. Cuatro años después, el concejo llegaba a un acuerdo por el que deberían celebrarse la fiestas de la ciudad cada año, a las que debía darse un carácter de Feria. Sin embargo, hasta 1887, las fiestas fueron intermitentes y se celebraron, en muchos casos, a la vez que el Corpus o que el día de la Virgen del Carmen. 

Con motivo del IV centenario de la conquista de Málaga se reconoce de manera oficial la Feria, a la que se le atribuye una duración y una programación permanentes, además de fecharse en agosto, coincidiendo con el aniversario de la conquista (19 de agosto). Desde entonces, la extensión de la feria se fijó en dos semanas y tenían lugar todo tipo de representaciones artísticas: una cabalgata con motivos históricos, la tradicional corrida de toros, fuegos artificiales, certámenes de baile, conciertos, regatas y procesiones en honor a la Virgen de la Victoria. El archivo municipal cuenta con documentos que, desde 1884 dan constancia de la celebración de las fiestas.

Cartel Feria de Málaga 1884, coincidiendo con la festividad de la Virgen del Carmen. Archivo municipal.

El siguiente cartel del que hay constancia en el consistorio data de 1887, la fecha del IV cententario de la conquista de Málaga. La instauración de la Feria de manera oficial ese año conllevó un cartel más ilustrado. Por entonces, los carteles que publicitarían la celebración de la fiestas de la ciudad no estaban sujetos a concursos públicos, sino que se adjudicaban. 

Fue Joaquín Martínez de la Vega al que se le concedió el honor de presentar la Feria a la ciudadanía ese año y hasta en tres ocasiones más (1892, 1894 y 1895). De estos cuatro, solo queda constancia de dos (1887 y 1894). En ambos se puede apreciar la temática malagueña, con La Farola y la Catedral presentes. Asimismo, se aprecia una evolución desde un cartel más solemne (1887) a uno más festivo, que pone a la mujer envuelta en el manto como centro del cartel, haciéndola protagonista.

A la izquierda el cartel de 1887 y a la derecha el de 1894. Archivo municipal.

Desde 1900 se suceden diferentes artistas que dan imagen a las "Grandes fiestas de Málaga": Enrique Jaraba (1900), Ruiz Guerrero y Ramírez Bono (1901), Eugenio Vivó y Murillo Carreras (1902), José Fernández Alvarado (1906), José Ponce Puente (1907). A lo largo de estos años, se resaltaron diferentes motivos en el cartel cada año. Llama la atención que en 1903 volviera el estilo austero a los carteles de la feria, en el cual tan solo se indicaba la programación de la misma.

Se aprecia un gran contraste entre los carteles de 1899, 1900 y 1901. Entre ellos tan solo hay un año de diferencia, pero la gama de colores escogida es tan diferente, que les hace parecer de épocas totalmente lejanas. Si algo hay coincidente entre el cartel de 1899 y 1900, es la representación de mujeres vestidas con trajes de flamenca y la presencia del escudo de la ciudad. 

En orden: cartel de 1899, 1900 y 1901. Archivo municipal.

El cartel de Enrique Jaraba, pintado en 1908 recibió el nombre de La perla del Mediterráneo, representando a una joven vestida de gitana sobre una perla. La tipografía de las letras hace que resulte complicado leer en ella "Grandes fiestas en Málaga". Jaraba volvería a ser el artista al cargo de los carteles de los siguientes tres años (1909, 1910, 1911). 

En los carteles de la Feria de Málaga la mujer suele ser protagonista, mientras que al hombre, en caso de aparecer, con frecuencia se le relega a un segundo plano. Sin embargo, el cartel de 1910 se salta esta "norma" no escrita y hace protagonista al hombre, situándolo en el centro del cartel. Ese hombre es el cenachero, antiguo vendedor de pescado y símbolo de Málaga.

En orden: los carteles de 1907, 1908 y 1910. Archivo municipal.

El cartel de 1911 constituye una peculiaridad con respecto al de los años anteriores: toma un formato horizontal. La elección de la disposición del cartel era a elección del artista. En este año vuelve a ser protagonista la mujer, ocupando la práctica totalidad del cartel en forma de óvalo. 

En 1912 el cartel vuelve a la verticalidad y se representa a la mujer sobre un burro a la vez que se protege del calor con un parasol. Al año siguiente, son dos mujeres y una niña las que cobran protagonismo posando en un poyete con el faro de fondo. El cartel del año 1914 anunciaba unas fiestas inexistentes, puesto que, a causa de la I Guerra  Mundial, tuvo que suspenderse. Las fiestas tenían fecha de vuelta para el año 1921, cuando tuvieron que volver a suspenderse por el Desastre de Annual.

Cartel de la Feria de Málaga de 1914, que tuvo que ser suspendida. Archivo municipal.

El año 1921 también contaba con un cartel de anuncio para la feria, las cuales finalmente no pudieron tener lugar. En 1922 volvieron las fiestas de agosto a la capital, las cuales se volvieron a celebrar año tras año hasta 1936, año en que estalló la Guerra Civil. La vuelta de la feria supuso también una vuelta a la austeridad en los carteles. El de 1925 llama la atención, por ser una fotografía de una mujer vestida de mantilla, y no una ilustración, como habían sido hasta entonces.

El estilo de los carteles desde 1926 hasta 1936 fue muy parecido: colores muy saturados, repitiéndose siempre el rojo, el azul, el verde y el amarillo. La caligrafía de las letras de los carteles que anunciaban "Las grandes fiestas de Málaga" era muy parecida y en todos ellos, la protagonista era la mujer, siempre vestida con un traje de flamenca. A lo largo de los años, se aprecia una evolución de un tono de piel más claro a otro más moreno.

En orden: los carteles de 1926, 1930 y 1936. Archivo municipal.

Tras al Guerra Civil, en la década de los 40 y 50 todos los carteles mantienen las mismas características que en la década anterior: tonos saturados, centralidad de la mujer y uso de colores primarios. Llaman la atención los carteles de 1940, 1943 y 1949.

El cartel de protagonizaba la vuelta a la feria en el 40, tenía un estilo muy solemne, con un marco con motivos árabes y una foto central. El de 1943, a pesar de seguir con el estilo de la década por sus colores, destaca por carecer de una figura humana. El diseño de 1949, en el cual vuelve a aparecer la figura del cenachero, es reseñable por volverse a repetir idéntico en 1953.

En orden: los carteles de 1940, 1943 y 1949. Archivo municipal.

De la década de los 50 cabe destacar el diseño de 1956, el cual emplea un collage de fotos con un fondo punteado de color rojo. Una vez entrada la década de los 60 se llevó a cabo una renovación estilística. Los carteles de 1960 y 1961 guardan cierto parecido entre ellos por el empleo único de tres colores y la organización de fotos o ilustraciones en collage.

En 1962 el diseñador del cartel quiso hacer un tributo a Picasso, elaborando un dibujo cubista en el que un boquerón adopta la forma de mujer. Entre los años 65 al 68 no fueron ilustraciones las que publicitaban la feria, sino fotografías del centro de Málaga. En concreto, el Paseo del Parque y la Plaza de la Marina.

En orden: los carteles de 1961, 1962 y 1968. Archivo municipal.

En el 69 se volvió a las ilustraciones, aunque desde el 72 al 74 se quiso dar promoción a la feria de nuevo con fotografías. Cabe destacar los diseños del 76 y del 77, con figuras muy geométricas y de nuevo colores muy saturados, si bien esta vez la gama era más amplia.

En 1980 fue el biznaguero el que volvió a quitarle protagonismo a la mujer. El diseño de 1986 dejó atrás la geometría y las líneas rectas de los diseños anteriores para dibujar a una mujer vestida de flamenca con una pincelada más difusa. Pero el estilo no se mantuvo, sino que a lo largo de los siguientes 10 años siguieron estilos muy diferentes, pasando de los colores saturados al blanco y negro y de las ilustraciones a las fotografías.

En orden: los carteles de 1977, 1980 y 1986. Archivo municipal.

Recopilados 113 años de Feria de Agosto, es evidente que los diseños y los gustos de los malagueños han variado con el paso del tiempo. Desde los estilos más austeros a los más recargados, pero siempre con un denominador común: la mujer vestida de flamenca.