La llamada mafia rusa son un conjunto de organizaciones criminales que operan en Rusia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán o Ucrania, después de la caída de la Unión Soviética los principales clanes de la mafia rusa tenían su sede en San Petersburgo. En la ciudad bañada por el río Neva se disputaban el control durante los años 90 los clanes Tambovskaya y la Malyshevkaya.
Alexander Ivanovich Malyshev dio nombre a la Malayshevkaya: fue uno de los primeros clanes de la mafia rusa en tomar el nombre de su capo, ya que lo normal era nombrarse igual que la ciudad de origen de sus miembros. Su organización llegó a reunir a más de 2.000 criminales a principios de los 90, estaba estructurada a la perfección y se dividían sus funciones dentro del clan como si de una empresa se tratase. Malyshev es un enamorado de la Costa del Sol, trasladó su residencia primero a Marbella alrededor de 1998 y fruto del buen conocimiento de la zona residió años más tarde en un chalet de la codiciada urbanización Cortijos de San Rafael en Frigiliana. Allí fue detenido en 2008 fruto de la operación Troika.
Alexander Malyshev cuenta con antecedentes en Rusia por homicidio doloso, homicidio imprudente y tenencia ilícita de armas; pero no por pertenencia a organización criminal a pesar de las decenas de informes policiales y de inteligencia internacional que lo avalan. En 1992 fue detenido e investigado en Rusia por liderar la organización criminal Malayshevkaya, y acabó absuelto en 1995 de ese caso: algo habitual en las investigaciones que mezclan la mafia y la corrupción política rusa. Pasó 2 años y medio en prisión preventiva, y le condenaron por tenencia ilícita de armas porque al detenerlo iba armado. Como les suele pasar a estos empresarios, necesitan tomar esas precauciones.
Por esta razón, que se investigue por blanqueo de capitales en España a personas no condenadas por pertenencia a organización criminal en la Federación de Rusia puede provocar circunstancias absurdas aquí. Como el caso Troika, que inició Baltasar Garzón en 2008 deteniendo a una serie de personas acusadas de pertenecer a las organizaciones criminales Tambovskaya-Malyshevskaya de la mafia rusa. El caso finalizó en 2018 con la absolución de todos los acusados que se presentaron en el juicio, los líderes Gennady Petrov y Alexander Malyshev no fueron juzgados porque están huidos de la justicia española. No quedó acreditado que las personas juzgadas pertenecieran a la Tambovskaya-Malyshevskaya, ni que ayudaran entre 1996 y 2008 a blanquear decenas de millones que provenían del narcotráfico, extorsión o corrupción política.
Hay afirmaciones en la sentencia que pueden provocar comentarios jocosos, ya que se corrobora la existencia de la organización criminal de la mafia rusa: la Malyshevskaya. Pero se dice que Alexander Malyshev no pertenece a ella, cuando él mismo en declaraciones judiciales no negó que existiera tal organización. Como si una persona anónima decidiera un día denominar así al clan Malasyshevskaya por puro azar. Eso es fruto de la poca colaboración de Rusia para luchar contra su crimen organizado. A quien no le debió hacer mucha gracia estas afirmaciones fue al fiscal José Grinda, que durante el caso Troika se le asignó protección especial por amenazas directas de la mafia rusa. En una entrevista reciente en El Mundo, el fiscal incidía en que —a pesar de que pueda parecer que es fácil vivir en España siendo un mafioso ruso— es más sencillo hacerlo en Francia, Alemania o Suiza, donde han invertido mucho más dinero que aquí.
Malyshev nació en 1958 en la ciudad de Leningrado, que luego en 1991 pasó a llamarse San Petersburgo. Como curiosidad nunca ha sido un Vor v Zakone, la máxima autoridad del crimen organizado ruso, ni lo necesitó. Para ser un Vor v Zakone otro miembro te debe introducir en la organización, Malyshev tomó el poder por sí mismo. Conocía bien las calles de San Petersburgo y se hizo con el control de ellas uniendo a muchas organizaciones criminales que compitieron contra la Tambovskaya, la otra gran organización criminal de la ciudad en esos finales de los 80 y principios de los 90.
El líder de la Tambovskaya en esa época era Vladimir Kumarin, un histórico capo de la mafia rusa. Kumarin si ha sido condenado a 24 años de cárcel por crear esa organización criminal, pero ese momento tuvo que esperar hasta 2019. También fue condenado en otras ocasiones por ordenar asesinatos, y por organizar asaltos millonarios. A Kumarin se le conocía como el Rey de la noche en San Petersburgo por sus negocios de striptease, y llegó a ser vicepresidente de la petrolera PTK (empresa de combustible de San Petersburgo) desde 1998 a 1999 porque su clan había invertido en ella. Gracias a un decreto de Vladimir Putin cuando fue teniente alcalde de San Petersburgo, esa compañía se convirtió en 1995 en la única capaz de suministrar gasolina en la ciudad. Un buen negocio.
El clan Malyshevskaya se dedicó primero al tráfico de drogas y la extorsión. Con esos ingresos invirtieron en hoteles y restaurantes, y también tuvieron una fuerte influencia en el sector bancario de San Petersburgo. Extorsionaron a multitud de negocios, muchos de ellos situados en la principal calle de la ciudad: la impresionante avenida Nevski. Algunas de estas empresas colocaban en esos años carteles anunciando en el escaparate que pagaban al clan Malyshevskaya, por si a otra mafia se le ocurría extorsionarles también.
Otro hecho histórico del clan fue la construcción del primer casino de San Petersburgo. Lo inauguraron en 1992, y se llamó Casino Neva. Para crear ese establecimiento necesitaron la ayuda de un japonés afincado en Estocolmo (Suecia) llamado Kinichi Kamiyasu. El padre de este hombre era un miembro de la yakuza, la mafia japonesa, y él tenía otros contactos en la organización. Kamiyasu era propietario de una empresa que desarrollaba y vendía el software necesario para las máquinas tragaperras con premios en metálico. En una entrevista concedida en 2002 a Novaya Gazeta, Kamiyasu afirmó que sabía perfectamente que sus socios rusos de esa época eran mafiosos porque un amigo se los presentó en 1990 de esta manera. Kamiyasu conoció en 1990 a Gennady Petrov, el otro capo de la Malyshevskaya y del que se dice que era el verdadero ideólogo de la estrategia del clan. A Malyshev se le podría considerar el ejecutor.
El japonés en esa extensa entrevista describió más episodios con los miembros de la Malyshevskaya, comentó que acudió varias veces entre 1990 y 92 a la sede del clan mafioso en la calle Berezovaya en el número 7. Aquel edificio de San Petersburgo estaba resguardado por guardias con fusiles de asalto, y siempre había un grupo de personas dispuesto a reunirse con Gennady Petrov como si del Padrino se tratara porque muchos miembros de la mafia rusa acudían a él para que les resolviera sus problemas. Según Kamiyasu, Petrov le dijo que se estaba construyendo en esa época una vivienda al lado de la casa de Vladimir Putin. Petrov siempre estuvo bien conectado, ahora se supone que vive en San Petersburgo y por España no se le espera en mucho tiempo.
Debido a los enfrentamientos contra el clan Tambovskaya, los principales miembros de la Malyshevskaya decidieron en 1995 huir de Rusia tras ser absueltos de la principal causa judicial contra ellos. Gennady Petrov acabó en Marbella en 1996, Malyshev primero se marchó a Suecia, luego a Alemania y por último a Marbella. Después Petrov se marchó a Mallorca, y Malyshev decidió vivir en una casa de lujo en Frigiliana. Entre 1996 y 2008 está acreditado que estas dos personas invirtieron muchos millones de euros en España, pero no se pudo probar su origen ilícito. El único revés judicial que Malyshev se ha llevado en España ocurrió en diciembre del año pasado por parte de la sección 3 de la Sala Penal de la Audiencia Nacional.
La hermana de Olga Solovieva, mujer de Malyshev, fue condenada por un delito de blanqueo de capitales porque abrió cuentas a bancarias a su nombre en España para que Olga Solovieva y Alexander Malyshev disfrutaran de cientos de miles de euros de origen ilícito de la Malyshevskaya entre 2002 y 2008. Ese dinero que ingresaron provenía de sociedades opacas de Chipre. Gracias al poder notarial que le concedió su hermana, Solovieva domicilió gastos ordinarios, realizó transferencias, y extrajo dinero cajeros automáticos en España. Con esas cuentas, Solovieva retiró más de 400.000€ en efectivo en cajeros automáticos españoles. A la hermana se le embargó una cuenta con más de 400.000€ de saldo para liquidar la responsabilidad civil del caso.
Malyshev actualmente reside en Rusia y se dice en prensa rusa que vive de sus empresas legales sin relación con el crimen organizado del que está muy alejado. Cuando vivía en España, apenas volvía a Rusia porque necesitaba tomar muchas precauciones de seguridad. Una de las cosas que más le gustaba de España era la de desplazarse con tranquilidad, por eso quizás decidió residir en un chalet de lujo Frigliana. Allí, en el pueblo de la miel de caña, nadie se podría imaginar que uno de sus vecinos era un capo histórico de la Malyshevskaya.