Málaga es una provincia que atrae a las personas por múltiples motivos, siendo el clima, la calidad de vida y la hospitalidad tres de los principales. Es muy habitual que cualquier persona que llegue a Málaga por motivos laborales o personales procedente de otras partes de España o del mundo termine residiendo en la Costa del Sol. Eso se refleja en las cifras. Málaga ha disparado un 30% su población empadronada en los últimos 20 años, superando los 1,7 millones de habitantes, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y hay que tener en cuenta que hay muchos más habitantes, mayoritariamente extranjeros, que viven en Málaga pero que no están censados, aunque los consulados están haciendo de manera constante campañas para animar a sus compatriotas a que se empadronen.
El boom poblacional de Málaga es indudable. Y dentro de ese auge hay municipios que lo han experimentado con mayor o menor fuerza. Ocho localidades han duplicado, triplicado e incluso cuadruplicado su número de residentes en las dos últimas décadas.
La única localidad que ha multiplicado por cuatro sus ciudadanos es Benahavís, que ha pasado de tener 2.204 habitantes en 2002 a 8.763 en 2022. Cabe señalar además que muchos de estos vecinos son personas adineradas, ya que en ese municipio se han construido numerosas villas de lujo en este tiempo al estar pegado a Marbella.
A Manilva le ha ocurrido prácticamente lo mismo que a Benahavís, pues están situadas en la misma zona. Casi ha triplicado su población censada en 20 años pasando de 6.270 habitantes a 17.157. En Casares y Ojén más de lo mismo. Un 129% y un 102% más de residentes en dos décadas hasta los 7.700 y 4.218 respectivamente.
Son aumentos espectaculares que no son fáciles de manejar por los respectivos ayuntamientos, aunque también es cierto que gracias a eso han conseguido incrementar sus ingresos y ha subido la renta per cápita de sus lugareños.
Pero si es llamativo el incremento poblacional de esas localidades próximas a Marbella, es aún más sorprendente como municipios que ya eran grandes hace 20 años tienen ahora el doble de habitantes. En Benalmádena se ha pasado de 35.946 residentes en 2002 a 73.160 en la actualidad; en Cártama de 13.900 a 27.712; en Mijas de 47.565 a 89.502; y en Rincón de la Victoria de 25.682 a 50.569.
Málaga capital y Marbella
La mejora de las comunicaciones y la creación de nuevas infraestructuras han permitido que se abra el melón y que haya numerosas personas que residan en Rincón o Cártama o municipios de la costa oeste y que trabajen en Málaga capital. A esos municipios no les gusta que les llamen ciudades dormitorio, pero es un fenómeno que se repite en el arco perimetral de cualquier gran ciudad.
Las dos mayores localidades de la provincia son Málaga y Marbella. En el caso de la capital ha habido un crecimiento mucho más lento, de apenas un 8% en 20 años, desde los 535.686 habitantes en 2002 a los 579.076 de 2022. Al ser una ciudad tan grande es difícil crecer más rápido y tampoco hay que olvidar que, como hemos comentado, ahora es más fácil desplazarse de un municipio a otro y, por otra parte, que el precio de la vivienda en Málaga capital -tanto en alquiler como en compra- está desbocado y las personas que no pueden afrontarlo tienen que buscar otras localidades donde sea más accesible.
Marbella ha experimentado un crecimiento más espectacular: un 30% en 20 años. En 2002 era el segundo municipio de la provincia con más de 100.000 habitantes (tenía 115.000) y ya ha conseguido superar la barrera de los 150.000.