La Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación conjunta, han desarticulado una organización criminal asentada en la costa de Málaga, cuyos miembros efectuaban vuelcos —robos violentos de droga a otros narcotraficantes—. Los integrantes de la red, muy violentos, utilizaban armas de guerra y simulaban, en los asaltos, ser agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, con medios en apariencia policiales.
Se han practicado registros en dos viviendas de Estepona y una de Mijas, y han sido detenidas diez personas por su presunta participación en los hechos, nueve en las localidades malagueñas de Estepona y Marbella, y uno en el municipio gaditano de Ubrique. De los hechos conoce el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Estepona, que ha dictado el ingreso en prisión provisional para seis de los investigados.
La operación, denominada Sirena 21, se inició a partir de unas informaciones que apuntaban como un entramado criminal, asentado mayoritariamente en la costa occidental de la provincia de Málaga y ramificaciones en Cádiz, perpetraría vuelcos a otros narcotraficantes, utilizando, para dicho objetivo, armas de fuego tanto cortas como largas y de guerra, así como medios en apariencia policiales.
Así, según han informado en un comunicado, la investigación comenzó en junio de 2021 y se llevó de manera conjunta desde los inicios, por parte de la Policía Nacional y la Guardia Civil, al confluir las investigaciones de agentes de ambos cuerpos sobre una misma red criminal.
Las pesquisas practicadas por los agentes permitieron centrar al cabecilla de la trama en un domicilio de Estepona. El líder, procedente de un país de Europa del Este, iba siempre armado y era muy escurridizo, han detallado los cuerpos policiales. Utilizaba varias identidades —para ello contaba con documentos de identidad falsos de varias nacionalidades—, y cambiaba de manera frecuente de domicilio y de aspecto físico —se cortaba el pelo, se lo teñía, o bien se dejaba barba o perilla—.
Continuando con las indagaciones, los investigadores lograron identificar a otros integrantes de la organización, con funciones claramente diferenciadas entre ellos —guardadores, transportistas, labores de vigilancia, entre otras labores—.
Con los objetivos centrados, los agentes fueron desmembrando la red con la práctica de sucesivas detenciones. Así, ocho hombres y dos mujeres fueron arrestados por su presunta responsabilidad en delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, falsedad documental, robo de vehículo a motor y/o tenencia ilícita de armas.
Entre los arrestados se encontraba el líder de la trama, que en el momento de la detención portaba una pistola preparada para abrir fuego. Le constan varias requisitorias judiciales: una por un Juzgado de Marbella, en relación con un delito de tenencia ilícita de armas; otra de la Audiencia Provincial de Granada, por tráfico de drogas; y una última dictada por las autoridades de Albania, por un delito contra las personas.
Durante el dispositivo se practicaron dos registros en sendas viviendas de Estepona utilizadas como guarderías, así como en un inmueble de Mijas donde el líder de la trama había fijado su residencia temporalmente, interviniéndose 70 kilogramos de hachís, 1,6 kilogramos de hachís, cinco vehículos —dos de ellos sustraídos—, matrículas robadas, armas, abundante munición, documentos de identidad falsos, útiles para el procesamiento de la droga y para llevar a cabo los vuelcos, entre otros efectos.