Pasaban pocos minutos de las 17.00 del pasado lunes, 20 de marzo, cuando varios agentes de la Policía Local de Málaga que patrullaban la barriada 26 de febrero, en el distrito Palma-Palmilla, dieron el alto a un Mercedes Benz Clase A con dos jóvenes de 18 y 20 años.
Sabían que el conductor podía carecer de permiso de conducir, ya que había sido denunciado penalmente por ello con anterioridad.
En un primer momento, el conductor aminoró la marcha, simulando tener intención de parar, pero todo fue un espejismo: el joven aceleró bruscamente y huyó, lo que obligó al agente que conducía el vehículo policial a realizar una maniobra evasiva brusca para evitar ser embestido.
Los agentes activaron las señales acústicas y luminosas, pero el conductor del vehículo fugado hizo caso omiso y siguió circulando a gran velocidad, tomando incluso en sentido prohibido rotondas y calles aledañas.
Continuaron así hasta que detuvieron el coche, lo colocaron obstaculizando la circulación y salieron a la carrera hacia un edificio. Comenzó entonces la persecución a pie hasta que los policías locales lograron localizarlos en el interior de una vivienda habitada a la que, al parecer, habían entrado forzando la puerta a golpes aprovechando que la misma presentaba un estado deteriorado.
Los agentes llamaron a la puerta identificándose y comprobaron que en el interior había tres moradores, dos hombres y un niño de nueve años con apariencia de encontrarse afectados por los hechos.
Siguieron la búsqueda hasta localizar al conductor en el interior de un cuarto de baño, el cual, al verse descubierto, intentó escapar acometiendo contra uno de ellos al que llegó a causarle lesiones.
El segundo individuo lo encontraron sentado en la cama de uno de los dormitorios con la camiseta quitada para intentar pasar desapercibido simulando ser otro morador más de la vivienda.
Los agentes corroboraron que el conductor carecía de permiso de conducción por pérdida total de puntos. Tras ser detenidos, los individuos fueron trasladados por los policías locales a dependencias policiales, para, posteriormente, ser puestos a disposición judicial. Se les acusa de un delito de desobediencia y allanamiento de morada, sumándosele al conductor presuntos delitos contra la seguridad vial por conducir careciendo de carné y con temeridad manifiesta, atentado y resistencia a agentes de la autoridad.