El choque entre los hosteleros y los cofrades de Málaga por las terrazas comenzó días antes de que la Semana Santa arrancara, pero las críticas de los ciudadanos no han cesado. Para evitar más imágenes polémicas, el Ayuntamiento se mantiene vigilante y entre este Lunes y Martes Santo ha levantado una veintena de actas a bares y restaurantes por exceso de ocupación o por carecer de autorización.

En concreto, durante el Lunes Santo, el Consistorio sancionó por ocupar más espacio del autorizado a Lateral y Casa Lola en calle Strachan, a Tabú, Baires, Kinchbowl y Palacio Nazarí en Juan de Padilla y a Estambul Grill y Estambul Kebab en la Alameda Principal.

Además, levantó actas contra Goblin y Mala Mía y Pe-pito por no tener autorización. 

Este Martes Santo, actuó por exceso en calles Beatas contra Los Patios de Beatas y María Lisboa, en calle Granada contra Granier y Biganvilla, en calle Zapatero contra Parisnack y en la plaza Félix Sáenz contra Starbucks

Durante la misma jornada, levantó las terrazas de Las Güemes, Paco José y Mala Leche por carecer de permisos.

Críticas ciudadanas

Desde la semana pasada, proliferan en redes críticas de los ciudadanos ante la excesiva ocupación de la vía por terrazas y reiteradas peticiones al Ayuntamiento y a la propia hostelería para actuar al respecto. 

Muchas de ellas vienen de la mano de imágenes polémicas, como la que estos días mostraba sillas y mesas apiladas contra la fachada del Museo Picasso u otra de varios comensales delante de la puerta del Thyssen.

A esto se suma el cruce de comunicados que la Agrupación de Cofradías y Mahos se intercambiaron días antes de que comenzara la Semana Santa. Los primeros denunciaban incumplimientos de algunos establecimientos durante el paso de las procesiones, lo que, a juicio de la institución, "proyecta falta de sensibilidad y responsabilidad por parte de algún negocio, generando un ambiente negativo que ensombrece al conjunto de la ciudad y al cofrade en particular".

Los hosteleros, por su parte, alegaron que cumplían con las indicaciones y que "el absoluto respeto que existe a la Semana Santa no se rompe por el hecho de que, de manera puntual, un negocio no haya sido avisado del paso de una procesión por su puerta o por el hecho de que comensales con distinta sensibilidad a la cofrade no se levanten al paso de una imagen".

El Consistorio entró horas después en la pugna señalando directamente que "no todos los negocios acatan": "Si así fuera, los inspectores de Vía Pública no tendrían que proceder periódicamente a la retirada de mesas y sillas", alegaba.