Marco, el presunto asesino de Paula, estaba registrado en el sistema de protección de víctimas de violencia de género (VioGen) del Ministerio del Interior, en el que hay inscritos 655.571 hombres en toda España. Antes de presuntamente acabar con la vida de esta joven de 28 años en Fuengirola, había maltratado a otras dos mujeres que llegaron a denunciarlo ante las fuerzas y cuerpos de seguridad. Por uno de estos casos, le impusieron medidas cautelares para proteger a la víctima.
Él es uno de los 61.079 agresores persistentes que hay en España, según una estadística de Interior fechada el pasado mes de febrero que no estratifica los datos por provincias, como sí lo hacen los informes relativos a las víctimas. De ellos, 51.092 aparecen en el sistema con dos víctimas, 7.832 con tres y 2.155 con más de tres.
Los agresores persistentes suponen casi el 10% del total de los inscritos en Viogen. Son hombres que tienen dos o más denuncias de distintas mujeres y presentan, según los expertos, un perfil mucho más peligroso: son más manipuladores, más propensos a volver a agredir con mayor intensidad y a quebrantar medidas judiciales y suelen tener muchas relaciones sentimentales.
La amenaza que estos hombres representan llevó a Interior a poner el foco sobre ellos el pasado mes de febrero. "La experiencia nos ha enseñado una lección que, por obvia, no deja de ser importante: el nivel de riesgo que afronta una víctima si el agresor ya tiene antecedentes sobre la mujer es muy alto, con esa víctima y con sus parejas anteriores”, explicaron fuentes del departamento entonces.
"El nivel de riesgo que afronta una víctima si el agresor ya tiene antecedentes sobre la mujer es muy alto, con esa víctima y con sus parejas anteriores"
Desde el ministerio constatan no solo que estos maltratadores presentan mayor probabilidad de agredir a otras mujeres sino que, de hacerlo, lo harán mayor lesividad, haciendo más daño a la nueva pareja que a la anterior.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad acceden a todos estos datos a través de Viogen, diseñado para determinar el riesgo de que una mujer vuelva a ser agredida, y, por ende, el peligro de que su agresor reincida. En base a ello, el sistema ayuda a determinar los protocolos necesarios para proteger a las víctimas y realiza el seguimiento de cada caso para ajustar si es necesario las medidas de seguridad.
Además, desde el pasado mes de febrero, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil pueden informar a las víctimas si su agresor es persistente, pero solo en unos supuestos muy concretos que no dieron cabida a que Paula, pese a que también estaba inscrita en Viogen, recibiera la alerta.
El primer paso es que la mujer haya denunciado al agresor persistente. La joven malagueña se encontraba bajo la lupa del sistema de protección de víctimas de violencia de género por una relación anterior, pero no constaba ninguna denuncia contra Marco.
Según datos de la Fiscalía y del propio Gobierno, solo acaban en denuncia el 30% de los casos de violencia de género
Según contaban sus más allegados, la chica hablaba en algunas ocasiones del maltrato al que estaba sometida, pero se negaba a dar el paso a denunciar para proteger a sus hijos, tres menores de edad, uno de ellos fruto de su relación con Marco.
“Recuerdo un día que me dijo que le había dado cuatro puñetazos en la espalda y una patada, pero lo justificaba porque era el padre de su hijo”, contaba a este medio una compañera suya hace unos días, que se lamentaba de no “haberla defendido aún más”.
Además de constar una denuncia hacia el maltratador, Interior estableció una serie de factores para que se produjera el aviso a la víctima, como que las estas tuvieran un nivel de riesgo alto o extremo o que existieran amenazas específicas como la adicción a sustancias tóxicas o que la víctima hubiera expresado su intención de romper la relación.
Ilustrar qué hubiera pasado con Paula si todos estos escenarios hubieran sido diferentes es un planteamiento errático y arriesgado, pero después de que fuera asesinada, el Gobierno ha reconocido que plantea la posibilidad de extender las alertas que activaron hace tan solo tres meses a aquellas víctimas que no hayan podido dar el paso de denunciar.
“Los datos son de mucha importancia, pero estamos seguras de que los agresores persistentes tienen información que una víctima agradecería tener”
La medida está siendo objeto de un estudio jurídico por la Abogacía del Estado para buscar los términos legales en los que se podría producir el aviso. “Los datos son de mucha importancia, pero estamos seguras de que los agresores persistentes tienen información que una víctima agradecería tener”, aseguró la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell.
El planteamiento, según expuso, no parte de una reflexión tras el asesinato de Paula, sino de los comités de crisis que tuvieron lugar en diciembre de 2022 y enero de 2023 por el repunte de feminicidios, pero no fue precisamente hasta este jueves cuando se supo de ello.
AUMENTAN LAS DENUNCIAS
La delegada del Gobierno constató que el número de denuncias por violencia machista en España está aumentado, así como el número de mujeres que buscan ayuda fuera de las dependencias policiales o judiciales (en departamentos como, por ejemplo, los servicios sociales comunitarios). Según ha podido saber este medio, Paula había sido atendida en el Instituto Andaluz de la Mujer.
El incremento de estas denuncias, sin embargo, no tiene por qué significar que la violencia esté aumentando, sino que el maltrato que antes estaba oculto va saliendo a la luz. Según datos de la Fiscalía y del propio Gobierno, solo acaban en denuncia el 30% de los casos de violencia de género.
Según la última estadística publicada por el Ministerio de Interior, a fecha de 30 de abril, en la provincia de Málaga hay 3.831 casos activos en Viogen. De ellos, 422 presentan un riesgo medio, 49 alto y uno extremo. 1.884 de estas víctimas tienen, como Paula, menores a su cargo: 395 en situación de vulnerabilidad, 45 de riesgo y 347 de especial relevancia.