Veintidós acusados se sientan este martes en el banquillo de la Audiencia Nacional por participar supuestamente en una estafa piramidal que afectó a más de 50.000 víctimas en todo el mundo y consiguió defraudar hasta 50 millones de dólares, en la que se llegó a crear una "moneda virtual inventada" llamada unetecoin o únete.
La Fiscalía les atribuye delitos como integración en grupo criminal, estafa o blanqueo y solicita condenas de entre once años y medio y siete años y medio de prisión, así como una serie de indemnizaciones por los daños y perjuicios sufridos por las víctimas de la estafa.
El castigo más alto que reclama es para José Manuel R., a quien el ministerio público considera, junto a su mujer, también acusada, "máximo responsable" y socio de la empresa sobre la que pivotó la estafa, Union Business Online LTD (Unetenet). Ambos estuvieron en prisión preventiva por estos hechos.
La base de la estafa piramidal fue la creación de dicha empresa, registrada en Kingstwon (San Vicente de Granadinas) como matriz de otras filiales, una de ellas con domicilio social en Rincón de la Victoria (Málaga).
Bajo la promesa de ganar dinero "por simple publicidad", la Fiscalía cree que los acusados captaron "ciudadanos de todo el mundo, que habrían adquirido 'packs o franquicias'" de esta empresa. Sin embargo, resultó que la "única manera de recuperar su inversión" fue recurrir al dinero procedente del alta de nuevos socios.
Los hechos, relata el ministerio público en su escrito de conclusiones provisionales, se remontan a 2012, cuando los "dirigentes" de la empresa se ponían en contacto con los responsables intermedios para dar a conocerla a través de charlas y vídeos y "conseguir el máximo número de socios/víctimas".
Se les convencía de que, si compraban "una serie de packs", podían obtener "grandes beneficios publicitando los servicios de Unetenet" y que debían desembolsar "un importe previo mensual". Si no lo hacían, se les daba de baja y no recuperaban su inversión inicial.
Las víctimas entraban a formar parte de la empresa con "la única obligación de introducir una serie de anuncios en la red de la marca", pero en realidad no se comercializaba ningún producto porque no existían clientes finales.
Para conseguir los ingresos prometidos y recuperar el dinero invertido se captaban nuevos socios, que se iban "incorporando a la pirámide", y era con sus cuotas con las que se pagaban los "beneficios".
En abril de 2014 los supuestos beneficios empezaron a abonarse "en una moneda virtual inventada" por los dos principales acusados, denominada "unetecoin" o "únete".
Con los beneficios obtenidos, dice la Fiscalía, José Manuel R. "creó una estructura destinada a blanquear el dinero" a través de "un sinfín de sociedades interpuestas" creadas en diferentes países.
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