En el PSOE se respira sufrimiento, pero quieren imponer la idea de que nada está perdido. Frente al derrotismo, agarrarse a que nada está cerrado o, lo que es lo mismo, que todavía está por librar la batalla final y que hay opciones de decantar la balanza hacia el bloque progresista. A eso se encomiendan, a que la suma de PP y Vox no llegue a los 176 escaños.
Para ello, es esencial ese puñado de diputados que todavía está en juego en varias provincias como Málaga y que pueden revertir el equilibro que se ve en las encuestas y, sobre todo, es importante el ánimo. Que se asiente la idea de que en estos últimos días de campaña el PSOE está subido en una ola de entusiasmo creciente que puede desembocar en una victoria.
“He visto cómo hemos ido de menos a más”, ha aclamado el ministro José Luis Escrivá en Málaga, en un cierre de campaña en el que se ha esforzado en trasladar la idea de que la movilización “está siendo creciente” y “tiene que ser máxima” porque “España no puede aceptar un gobierno de Feijóo y Abascal”.
El ministro ha lanzado su discurso directamente en contra del líder popular, a quien ha acusado de “llenarse la boca con España” mientras va a Bruselas “a parar las políticas buenas para el país”. “No podemos tener un presidente menos patriota”, ha aseverado.
A juicio de Escrivá, si el PP logra llegar a La Moncloa de la mano de Vox, “España se puede convertir en un país apestado a nivel europeo, un país residual, sin influencia” porque quienes estarían liderándolo no creen en valores comunitarios como la transición verde.
“Lo que está en juego de verdad son los derechos de los ciudadanos que hemos ido logrando década tras década con el PSOE. No son unas elecciones cualquiera”, ha aseverado el socialista, que ha contrapuesto una España que volvería a la reforma de 2013, “a congelar las pensiones de por vida” o “a la precariedad laboral, a los despidos masivos que ponen para solucionar cualquier problema”, frente al avance de un gobierno del PSOE.
“No solo vamos a parar lo que podría venir sino que vamos a seguir avanzando”, ha augurado, defendiendo que en esta legislatura “se ha hecho muchísimo y en la peor situación posible”.
CIERRE DE CAMPAÑA EN MÁLAGA
Escrivá acompañó a los socialistas malagueños en un cierre de campaña donde hicieron de la discreción su máxima en contraposición al acto que protagonizaron Feijóo, Moreno y Bendodo en los Baños del Carmen horas antes en la capital. En una sala austera, ni de lejos la que más aforo tiene y que hace unos meses llenó Pedro Sánchez para la campaña del 28M, sentaron al ministro junto a Dani Pérez y Mari Nieves Ramírez.
Sin ambiente mitinero, pero con las caras más representativas del partido en la provincia y un puñado de militantes, los socialistas clamaron por las razones que tienen para creer pueden ganar este próximo domingo.
Fue Dani Pérez el primero que tomó la palabra para insuflar ánimo. “Ahora mismo, Pedro Sánchez está cerrando la campaña en Madrid en un acto con más de 4.000 personas. Vamos a ganar estas elecciones”, aclamó.
“Esta campaña va de remontada” y de decidir, defendió, que este 23J está en juego “retroceder 40 años de democracia” o “avanzar, avanzar y avanzar”, aseguró el líder de los socialistas malagueños, haciendo un llamamiento al voto útil porque “nos jugamos un diputado que es muy importante”. “No hay otra papeleta que no sea la del PSOE que impida un gobierno de extremaderecha”, aseveró.
Ramírez, por su parte, intentó insuflar ánimos a los militantes presentes. “Tenemos que contárselo a la gente, que queremos seguir mejorando la vida de la gente, seguir avanzando en derechos sociales. Tenemos que contarle a la gente que tenemos proyecto, tenemos que seguir avanzando”, apostilló, avanzando que será “la oleada feminista” la que “cierre la puerta a la derecha y a la ultraderecha”.