Este es el pueblo más bonito de Granada, según National Geographic

Hay territorios, como Granada, que aguardan una belleza envidiable. La provincia andaluza esconde mucho más secretos que los que hay tras las calles empedradas y los patios de la capital nazarí. Uno de ellos se ha colado entre las 20 localidades "más representativas de la belleza rural del país" que ha seleccionado National Geographic.

Esta nueva lista de la revista, que complementa la de los 100 pueblos más bonitos de España, es todavía más selectiva, ya que busca encontrar esos lugares que, por "su historia, su arquitectura o su comunión con la naturaleza", son "maravillas en miniatura". "Esta selección es un viaje por la España rural y por sus principales pueblos, donde encontrar lugares Patrimonio de la Humanidad y degustar algunos de los principales platos de nuestra gastronomía", apunta. 

Entre estos 20 municipios, en el puesto número 16, se encuentra Guadix, un lugar a solo 40 kilómetros de Granada donde se encuentra "la mayor concentración en Europa de viviendas trogloditas habitadas", destaca la revista. 

Este municipio está situado a 1000 metros por encima del nivel del mar, en un altiplano del declive norte de Sierra Nevada. "Asomados al mirador Padre Poveda, rodea un escenario de casas con puertas y chimeneas encaladas donde no existen las ventanas, por lo que es fácil adivinar que se adentran en la tierra", dibuja la revista.

De hecho, en este pueblo de poco más de 16.000 habitantes, hay más de 2.000 casas cueva en las que vive la mitad de la población.  

Para descubrir el lugar, un "mundo de aspecto irreal", National Geographic propone visitar la cueva-museo del Centro de Interpretación de  Guadix, que se mantiene tal y como la dejó la familia Cruz-Úbeda en 1980. A lo largo de sus las estancias y a través de los enseres que todavía conserva, "el tiempo se detiene y la imaginación del visitante se inunda de risas, pasos y voces". 

Tras ello, la revista invita a caminar sin rumbo fijo por el Barrio de las Cuevas: "En Guadix no puede faltar un paseo por la terrosa Alcazaba del siglo XI y la exuberante Catedral y sus palacios señoriales, para acabar en la plaza de la Constitución, saboreando un típico tocinillo de cielo".