A los cadáveres no les importa lo más mínimo, pero a los profesionales que realizan las autopsias en el Instituto de Medicina Legal de Málaga sí. Pasan mucho calor mientras trabajan ya que la temperatura de la sala oscila entre 24 y los 26 grados con una humedad de más del 70%, equipados con pijama y bata, que por seguridad no son transpirables para evitar contacto con fluidos.
Así lo aseguran desde el sindicato CSIF, que lo ha denunciado este lunes a la Inspección de Trabajo en Málaga y a los medios de comunicación. Afirman que las condiciones de trabajo de los profesionales del IML son "insoportables" y que la situación no es nueva, ya que lo denunciaron también en julio. El día 19 criticaron "las insufribles consecuencias del permanente fallo de los sistemas de aire acondicionado, que mantuvo a los médicos forenses y los auxiliares trabajando a altísimas temperaturas, tanto en la sala de Infecciosos como en la General, ubicadas en los bajos del edificio".
Desde el sindicato precisan que no hay una normativa definida en Andalucía sobre la temperatura que debe haber en una sala de autopsias, pero que en otras comunidades autónomas como la Comunidad Valenciana o Canarias sí marcan que deben estar a 18 grados.
"Los médicos forenses y auxiliares permanecen durante horas expuestos a estas condiciones, claramente peligrosas para la salud, lo que ha provocado que durante las autopsias sufran incidentes como dolores de cabeza, bajadas de tensión, principio de desvanecimientos, mareos y exceso de sudoración. En ocasiones se han visto obligados a abandonar la sala durante las autopsias para volver a cambiarse de ropa y continuar su trabajo con seguridad", destacan desde el CSIF.
El IML cuenta con dos salas individuales -la de infecciosos y la de docencia- y la Sala General de Autopsias, en la que llegan a prestar servicio cuatro médicos forenses y cuatro auxiliares al mismo tiempo, agravando el problema.
A ello se suma la alta ocupación que sostienen las neveras, de entre el 80% y el 90% de su capacidad, y que rozan el colapso en determinadas épocas debido a los fallecimientos de extranjeros en esta zona y los trámites para la reclamación y su posterior repatriación, que hace que deban mantenerse durante más tiempo.