Hace ahora justo 16 años, Málaga abrió las puertas a la alta velocidad ferroviaria y descubrió lo que supone poder llegar a Madrid en poco más de dos horas y media de trayecto. La inauguración de la línea AVE con el centro de la Península supuso un antes y un después en la manera de moverse en la provincia. En este intervalo de tiempo, son ya más de 33 millones de pasajeros los que se han beneficiado de este ramal de altas prestaciones.
En concreto, según los datos de Renfe, compañía que hasta hace apenas un año había explotado en solitario la infraestructura ferroviaria, han sido 33.079.000 los clientes que se han desplazado en los trenes de alta velocidad que cubren a diario la relación entre la capital de la Costa del Sol y Madrid desde el año 2007.
La compañía dispone actualmente de una oferta semanal de 174 trenes semanales entre Málaga y Madrid, incluyendo las circulaciones en el modelo low cost AVLO. Esto supone un total de 60.000 plazas disponibles.
Tomando en consideración la información aportada por la empresa, de la demanda total acumulada en estos 16 años, cerca del 86 % tienen la estación Málaga-María Zambrano como origen o destino del viaje.
Uno de los grandes beneficios de la puesta en servicio del AVE a Madrid es medioambiental. Algo que queda constatado cuando se observa que la utilización de los trenes de alta velocidad ha evitado en todo este periodo la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Asimismo, ha permitido el ahorro de 47,5 millones de litros de gasolina si se hubiese utilizado el vehículo privado en lugar del tren.
Hay que recordar que la construcción de la infraestructura en la provincia de Málaga, que se sume al ramal de Andalucía en dirección a Madrid, supuso una inversión de 2.539 millones de euros. Su materialización ha supuesto un antes y un después para la economía de la provincia malagueña.