La presencia del distintivo de Bolt en los VTC que operan en Málaga capital y toda la Costa del Sol, así como en los patinetes eléctricos que recorren la capital, se ha consolidado con el paso de los años. Daniel Georges, director de la compañía en España, reflexiona en esta entrevista sobre el funcionamiento de la empresa en la provincia, y analiza el escenario en el que se encuentran los vehículos de alquiler con conductor.
¿Cómo diría que es la relación de Bolt con Málaga en los últimos años?
Málaga ciudad y la provincia son una de las regiones estratégicas para Bolt a nivel de España. Nosotros comenzamos nuestras operaciones en España justo antes de la pandemia con nuestra vertical de micromovilidad. Pero realmente cuando empezamos a aumentar la actividad fue con el lanzamiento del servicio de VTC y Taxis.
El primero que lanzamos fue en Madrid, en julio de 2021, pero a los pocos meses ya estábamos también en Málaga. Actualmente tenemos dos verticales que están plenamente consolidadas: la de la VTC y Taxis, que no deja de ser la más importante y la más estratégica, y la de micromovilidad. Málaga y Andalucía, en general, configuran una región en la que estos en el que este tipo de servicios se complementan muy bien con las necesidades de demanda que hay.
Una zona como Málaga tiene dos particularidades. La primera es que es bastante amplia, con la Costa del Sol, donde los VTC se han consolidado como un servicio fundamental, en especial dado el flujo de turismo que hay. Notamos claramente que cuando entramos en temporada alta la demanda se dispara. Tanto la VTC como la micromovilidad se han establecido como alternativas fundamentales, no solo para la movilidad del cliente local, sino también del turismo.
El primer desembarco de Bolt en Málaga tuvo como protagonista a los patinetes. ¿Qué datos puede aportarnos después de cuatro años?
Este campo de acción es un poco particular, porque tenemos una licitación que sigue pendiente de quedar resuelta y que está afectada por un proceso judicializado. Nuestro perfil de usuario es, en general, el de un turista con entre 25 y 35 años de edad. Nos encantaría ampliar el servicio a un abanico más amplio de usuarios, pero todo queda sujeto a que se aclare el tema de la licitación y de los aparcamientos.
Le quería preguntar justamente por ese proceso de adjudicación que está estancado desde hace tiempo. ¿Bolt comparte la idea del Ayuntamiento de Málaga de dejar el servicio de micromovilidad en una sola empresa?
A nuestro entender y aplicando nuestra experiencia en otros mercados creemos que es un gran error. La idea de dar el monopolio a una empresa sin tener en cuenta la evolución del sector, en general, puede traer muchos problemas. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los operadores de micromovilidad en Europa no tiene más de cuatro años de historia y hay muchos que han acabado desapareciendo. Con el riesgo que hay de que gane la licitación una empresa que no sabe si en un año va a seguir operando…
"Que haya un monopolio en la micromovilidad de Málaga es un gran error; en una ciudad como esta lo mínimo son tres"
Al final el que más sufre es el usuario, porque no tiene garantizado el servicio. A eso se suma que al tener un solo operador no se genera la dinámica de competencia que hay cuando tienes más, lo que permite mejorar el servicio. Eso lo hemos visto en muchísimas entidades que han optado erróneamente por tener un solo operador y en la mayoría de los casos después de 12 o 18 meses, la operadora ha dejado de existir o no tiene los recursos suficientes como para sustentar la calidad o la disponibilidad del servicio.
Lo mínimo para una ciudad como Málaga es que haya al menos tres operadores funcionando que puedan competir entre sí. Así se minimizan riesgos. Este servicio se ha consolidado como uno de los servicios de transporte fundamental dentro del mix de transporte privado y público.
Ustedes llegaron a Málaga con la idea de ser competidores de Uber. ¿Los datos confirmar esta idea?
Estamos funcionando muy bien. A nivel del sector VTC Europa somos líderes de mercado o segundo player frente a nuestra competencia, que en este caso es Uber. La situación en España es un poco particular, porque fue uno de los últimos mercados europeos que lanzamos. En el año 2021 ya nos habíamos consolidado en la mayoría de los países de Europa. Faltaban España y Alemania, que eran los países más grandes en el que no teníamos presencia.
Pero desde que lanzamos el servicio en 2021, Bolt ya está plenamente consolidada en la Costa del Sol como una opción de movilidad. Aquí gran parte de nuestros usuarios son turistas del norte de Europa, donde ya estamos asentados. Nos hemos consolidado en el número y volumen de VTC que pueden ofrecer este servicio. En España nos está yendo muy bien, pero particularmente en Málaga y en la Costa del Sol el crecimiento ha sido excepcional.
¿Puede comentarnos algunos datos?
Desde que lanzamos el servicio en 2021, hay más o menos 3.000 conductores activos en la región. Digamos que en Andalucía hay unas 3.200 licencias de VTC, la inmensa mayoría en manos de conductores autónomos y Pymes. Esa ha sido nuestra estrategia desde el principio, enfocarnos en este segmento y consolidar su lealtad a nuestra plataforma. Han podido aumentar su facturación con nosotros, los tenemos bastante contentos y eso nos permite ofrecer un mejor servicio.
Habla de licencias en Andalucía…
Sí, porque las licencias están asignadas a una comunidad autónoma, pero sabemos que la mayoría de estas 3.200 autorizaciones suele trabajar en la Costa del Sol.
¿Y tienen previsiones de seguir creciendo?
Bastante, sobre todo en la parte de la demanda. Nosotros lanzamos el servicio en 2021, cuando todavía estábamos en la recuperación postpandemia. Y año tras año hemos ido creciendo. Nuestro foco es asegurarnos que cuando llegue la temporada alta tengamos suficiente capacidad de VTC para ofrecer el buen servicio que hemos conseguido dar hasta ahora. Y ello en dos pilares. La disponibilidad y la calidad, de manera que un usuario que abra la app de media no tenga un coche a más de tres minutos. Y después la parte del precio. Tiene que ser un servicio asequible al usuario, pero también tiene que dar una rentabilidad a nuestros asociados.
¿El dato de los servicios?
No lo puedo comentar, porque es un dato interno. Sí puedo decir que si comparamos 2023 con 2022 hemos aumentado la demanda un 35%, pero si tenemos en cuenta la tendencia y lo proyectado a 2024, estamos hablando de un 60 o 65%.
¿Qué previsiones maneja Bolt en el actual panorama legal de los VTC?
Los VTC en España y, particularmente, en Andalucía, se han consolidado como una opción y una pieza fundamental para la movilidad. En otros puntos de Europa llevan algunos años de adelanto en cuanto a su consolidación desde el punto de vista jurídico. Aquí hemos tardado más por temas políticos y el conflicto con el taxi. En Andalucía, es absolutamente necesario el servicio de los VTC, porque con el incremento del volumen de actividad no da abasto. Uno de los puntos que remarcamos sobre el conflicto del taxi y que trabajamos con la Administración no es tanto defender o priorizar a un sector sobre otro, que se ha declarado ilegal.
"El sector del taxi está híper regulado. Hay una serie de barreras que no le permite competir en igualdad de condiciones"
¿Qué es lo que, a su juicio, tiene que hacer?
Lo que tiene que hacer la Administración es ver cuáles son las fricciones que hay en la regulación del taxi para ayudarles a ser más competitivos. Es un sector híper regulado tanto por el lado de los precios como de las zonas de prestación conjunta. No tiene sentido que un taxista recoja a alguien en el aeropuerto de Málaga para llevarlo a Marbella y ese mismo taxi tenga que volver vacío porque las zonas están delimitadas.
Hay una serie de barreras en el sector del taxi que no les permite competir en igualdad de condiciones. El foco de la Administración tiene que ir por ahí, no en limitar los VTC artificialmente para, al final del día, degradar el servicio en su conjunto al ciudadano, que no deja de ser el mayor afectado. La Junta de Andalucía ha sacado una regulación que en términos generales consolidan a los VTC, al permitir su actividad y dar cierta seguridad jurídica al sector, pero por otro lado se siguen poniendo trabas como la fijación de límites al tipo de vehículo que pueden usar las empresas de VTC.